Una reflexión sobre los posibles peligros de las drogas, incluyendo el tabaco y el alcohol, para despejar prejuicios.

El LSD es menos dañino que las benzodiazepinas, mejor conocidas en las farmacias como Lexotan, Tafil o Ribotril. El éxtasis y los esteroides anabolizantes son menos dañinos que el tabaco e infinitamente menos que el alcohol. La mariguana es menos dañina que el tabaco y mucho menos que el alcohol. Los hongos alucinógenos son la droga menos dañina y la peor, por mucho, es el alcohol.

Puede sorprender, pero son los resultados de un estudio financiado por el Centro de Estudios del Crimen y la Justicia en Gran Bretaña, avalado por los miembros del Comité de Estudios Independientes sobre las Drogas y publicado en una de las tres más importantes revistas médicas del mundo, The Lancet. El objetivo del estudio fue elaborar una guía para quienes, en ese país, tienen hoy que diseñar las políticas públicas de justicia, salud y asistencia social. Para eso hicieron una clasificación según el daño que causan 20 sustancias que se pueden obtener legal e ilegalmente en ese país. Los investigadores definieron 16 criterios para determinar el daño que provoca el uso de una droga. Nueve se refieren al daño en el individuo que consume la droga y siete al daño que provoca en la sociedad. A nivel del consumidor se tomaron en cuenta los daños físicos tales como mortalidad directa o relacionada, a nivel psicológico, la dependencia y las posibles afectaciones mentales, a nivel social, la pérdida de relaciones o los estragos económicos. En cuanto al impacto sobre los demás se valoró qué tanto su consumo se refleja en accidentes, actividades criminales, desintegración familiar, costo para los sistemas públicos de asistencia médica.

El resultado: las drogas más dañinas para quien las consume son la heroína, el crack y las metanfetaminas; las que más dañan a los otros, el alcohol, el crack y la heroína. Combinados los dos criterios, el del consumidor y el del entorno, en Gran Bretaña el alcohol es de lejos la más dañina, seguida de la heroína y el crack.

El estudio se hizo en Gran Bretaña, pero coincide con los resultados de estudios anteriores e independientes hechos en ese mismo país y en los Países Bajos. Lo más interesante es que todas las clasificaciones, ésta incluida, confirman que el sistema de clasificación de drogas en esos países, y desde luego en el nuestro, tienen muy poca relación con el daño efectivo provocado por cada una de esas sustancias. Es decir, que no hay nada racional ni científico detrás de la actual separación entre sustancias legales e ilegales, permitidas o prohibidas. La historia, nuestras costumbres y muchos prejuicios es lo que explica lo que hoy aceptamos o castigamos.

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