Continuamos comentando la obra del barón von Bibra, uno de los primeros autores en publicar un tratado sobre drogas. Leer primera parte.

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Citemos a otras personalidades que también reconocieron la labor de von Bibra. Richard Evans Schultes, uno de los grandes nombres de la etnobotánica, escribió en The plant kingdom and hallucinogens (El reino vegetal y los alucinógenos): “En 1855, von Bibra publicó el primer libro de su género, en el que trató diecisiete plantas narcóticas y estimulantes. Además, animó a los químicos a que estudiaran un campo tan prometedor para la investigación y tan lleno de problemas aún no resueltos. Una revisión de la literatura científica de la segunda mitad del siglo XIX indica que sus tesis se aceptaron y que inauguró el interés interdisciplinario por los narcóticos. Demostró ser la chispa que originó toda la literatura actual sobre drogas. Medio siglo después, en 1911, apareció otro excepcional libro, pero más amplio y moderno, Die menschlichen Genussmittel, de Karl Hartwich, que describía treinta drogas narcóticas y estimulantes de origen vegetal, y mencionaba de pasada muchas otras. Hartwich señaló que la obra pionera de von Bibra no estaba actualizada, ya que la investigación sobre los aspectos botánicos y químicos de estas plantas psicoactivas prácticamente no había comenzado en el año 1855, y en cambio en 1911 ya se había avanzado mucho”.

Albert Hofmann escribe en LSD, mi hijo problemático: “Este libro es una obra pionera de la literatura sobre drogas, una fuente de primer orden, sobre todo en lo referente al aspecto histórico”. Sigue diciendo Hofmann: “Lo que von Bibra incluye bajo la denominación de ‘narkotischen Genussmittel’ [‘drogas beneficiosas’] no son sólo sustancias como el opio y la datura, sino también el café, el tabaco y el cat, que no entran dentro de la actual clasificación de narcóticos; lo mismo que drogas como la coca, la amanita muscaria y el hachís, que también describió. Son notables, y tan relevantes en la actualidad como en aquella época, las opiniones sobre sustancias psicoactivas que von Bibra escribió hace más de un siglo: el individuo que se excede con el hachís y sale a la calle para enfrentarse a quien se le pone por delante es un caso insignificante comparado con todos los que, después de comer, pasan unas horas tranquilas y felices gracias a una dosis moderada. Y el número de quienes pueden soportar los más terribles esfuerzos gracias a la coca, así como el de quienes se salvaron de morir de hambre gracias a ella, superan con mucho los pocos que han destrozado su salud por culpa de un uso excesivo. Del mismo modo, sólo desde una posición hipócrita se puede condenar la copa de vino del patriarca Noé porque algunos borrachos no conozcan los límites ni la moderación”.

En El dios de los ácidos Hofmann afirma que la investigación de Lewin debe mucho a von Bibra, y que el libro de éste constituye el primer estudio sobre drogas. Hofmann cuenta en este librito de entrevistas que Ernst Jünger le regaló un ejemplar de la primera edición de Die narkotischen Genussmittel und der Mensch. Posteriormente, Hofmann lo cedió a Jonathan Ott para convertirse en el ejemplar utilizado en la traducción moderna al inglés, según cuenta el mismo Ott en las anotaciones a la edición inglesa.

Nos parecen muy acertados los comentarios de Schultes y Hofmann. El gran mérito de von Bibra fue publicar su obra en una época en que comenzaban a desarrollarse las ciencias biológicas; en un momento en que, ya agonizante la visión romántica del mundo, el positivismo empezaba a tomar el control de la investigación científica. En cambio, a comienzos del siglo XX ya se habían logrado grandes avances en numerosos campos y la ciencia positiva era un hecho.

Una nota interesante para poner de relieve la importancia que tuvo en su época es que el filósofo Schopenhauer criticó, en su obra Parerga y Paralipomena, sus prácticas de vivisección de animales. Schopenhauer, desde su postura vitalista, criticaba la experimentación y el sacrificio de animales en nombre de la ciencia, algo común en nuestros días y que von Bibra realizaba para sus estudios farmacológicos.

Un tema relevante para los lectores drogófilos tiene relación con el título, Die narkotischen Genussmittel und der Mensch. ‘Genussmittel’ es un término de difícil traducción (palabra compuesta: Genuss = placer; Mittel: recursos, remedios). La traducción inglesa evitó el problema empleando un título muy distinto al original, Plant Intoxicants (Intoxicantes vegetales), y añadiendo un subtítulo para orientar al lector: A classic text on the use of mind-altering plants (Un texto clásico sobre el uso de las plantas que alteran la mente). Ya hemos comentado que una posible traducción del original alemán sería Las drogas beneficiosas y el hombre; von Bibra llama “drogas beneficiosas” al opio, la datura, la coca, el cannabis, e incluso a sustancias que en nuestro tiempo generalmente no se consideran drogas, como por ejemplo el café y el tabaco. Creía que son regalos otorgados por los dioses al ser humano, para aliviar su sufrimiento y reconciliar a los hombres entre sí. En ningún momento critica el uso de las sustancias que describe; y sí defiende su uso racional, la sobria ebrietas romana, mucho más común a lo largo de la historia que los usos inadecuados, los cuales se han incrementado exponencialmente desde que dio comienzo la guerra contra (algunas de) las drogas, utilizando la expresión de Chomsky. Louis Lewin, en cambio, es partidario del uso terapéutico de las drogas, pero no tanto del uso lúdico; y en ocasiones hace valoraciones morales negativas sobre el consumo de psicoactivos.

Con lo que llevamos dicho podemos hacernos una idea de la importancia de von Bibra y su obra, injustamente olvidados. En la próxima entrega ofreceremos su biografía.

 

Bibliografía de las entregas I y II:

Escohotado, Antonio, Historia general de las drogas, Espasa-Calpe.

Lewin, Louis, Phantastika, G. Stilke, Berlin, 1924.

Von Bibra, Ernst Freiherr, Die narkotischen Genussmittel und der Mensch, Wilhelm Schmid, Nuremburg, 1855.

Schultes, Richard Evans, “The plant kingdom and hallucinogens”, Bulletin on Narcotics XXI, 3, 3-16; 4, 15-27; XXII (1970), 25-53. Edición en Internet: http://www.lycaeum.org/leda/docs/16535.shtml?ID=16535

Hofmann, Albert, La historia del LSD, Editorial Gedisa.

 

(Continuará)

 

Ernst von Bibra es uno de los Pioneros de la coca y la cocaína 

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