Esta investigación parte del interés por conocer y comprender el papel que puede llegar a jugar un enteógeno como la ayahuasca en el desarrollo humano, dentro de un contexto como es el ritual.

© Mónica Hinojosa Becerra, Alexandra Raquel Abarca Aldean e Isidro Marín Gutiérrez

Isidro Marín en busca de la bebida sagrada

Para ello realizamos una observación participante y a través de la antropología visual hemos recabado información sobre el ritual de la ayahuasca (natem) en la comunidad ecuatoriana shuar de Shaime. Además observamos los cambios sociales que se están produciendo en la comunidad por los efectos de la globalización. Una de las conclusiones de nuestra investigación es que el consumo de ayahuasca sobrevive a pesar del proceso de globalización y los procesos de aculturación, por muy fuertes que hayan sido.

La metodología aplicada

Este documental etnográfico es la mirada participativa, de un proceso en un tiempo y en un lugar determinados, de personas y un colectivo específico, los shuar, en la localidad de Shaime a principios del siglo XXI ¿Cómo conocemos la realidad los diferentes grupos humanos que conforman Ecuador? ¿Conocemos el uso y consumo de la ayahuasca en la zona de Zamora-Chinchipe? ¿La población sigue visitando al curandero? ¿Cuáles son los efectos de la ayahuasca? Estos y otros interrogantes son parte de un trabajo de campo iniciado a principios del año 2014.

Gracias al CONSEP (Consejo Nacional de Control de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas) y a la UTPL (Universidad Técnica Particular de Loja) queremos dar cuenta y describir este proceso de cambio social y consumo de sustancias ancestrales. Esto nos ha llevado a realizar un trabajo etnográfico audiovisual y crear un equipo de trabajo interdisciplinar junto con cámaras, técnico de sonido, directora… En total ocho personas dispuestas a convivir con la comunidad shuar de Shaime durante dos semanas. Esta investigación desembocó finalmente en un documental etnográfico-participativo que realizamos. Este documental cuya duración final es de 20 minutos fue presentado el 26 de septiembre del 2014 en el Congreso de la Ayahuasca 2014 en Ibiza organizadas por el Instituto ICEERS.

El documental describe cómo es el consumo de ayahuasca en la Comunidad de Shaime, en el catón Nangaritza, en la provincia de Zamora-Chinchipe, en Ecuador. Su personaje principal es Juan Chuinda, el shamán de la comunidad, uno de los pocos que quedan. El documental enfoca cuatro ejes temáticos. El primero es la llegada a la comunidad y primeras valoraciones sobre la comunidad. El segundo eje es la presentación del chamán, Juan Chuinda y una entrevista sobre la visión de la ayahuasca. El tercer eje es la búsqueda de ingredientes para la realización de la bebida conocida como ayahuasca. El cuarto eje es la preparación de la ayahuasca. El quinto eje es el ritual de la ayahuasca y el sexto y último eje son consideraciones finales y despedida.

Nos damos cuenta entonces de que, en esta época de globalización, estamos en presencia de una tensión entre lo tradicional y lo moderno, entre la homogeneización y la diferenciación. En donde los cambios sociales son continuos y en donde lo único perenne que queda del pueblo shuar es su vinculación con la ayahuasca. La ficha técnica cuenta con la dirección de Mónica Hinojosa Becerra. La duración es de 20 minutos y está realizada entre julio y agosto de 2014.

El pueblo Shuar

Los Shuar son un pueblo amazónico de aproximadamente 80.000 personas que habitan entre Ecuador y Perú, en un territorio amazónico que los conquistadores incas y españoles no lograron controlar. “Shuar” significa, “persona” o “gente verdadera”. El carácter de los shuar no es el que describe los libros de historia de irreductible y bárbaro, más conocidos como jíbaros, son un pueblo acogedor y generoso con los visitantes.

La comunidad de Shaime, pequeña localidad ecuatoriana compuesta por población shuar y una minoría de colonos, se encuentra al extremo suroriental del Ecuador, frontera con el Perú, en la provincia de Zamora Chinchipe, en la parroquia Zurmi, cantón Nangaritza. El nombre del cantón Nangaritza se deriva de la palabra shuar “Nankais” que significa “Valle o río de las plantas venenosas”, en alusión al majestuoso río que lo atraviesa.

Llegar a Shaime tarda unas seis horas desde la sureña ciudad ecuatoriana de Loja. De Loja a la ciudad de Zamora se tarda una hora, sin contar con los posibles derrumbes de tierra por las lluvias. La población de Shaime se dedica al cultivo de plátano, yuca y palmito; también hay ganadería vacuna y explotación maderera. Para llegar a Shaime hace falta un último escollo, un imponente río, el Nangaritza. El día de nuestra grabación el río estaba muy crecido por las lluvias. Así que no fue posible llegar al puerto, sino a unos 20 metros al lado, en la entrada de un pequeño riachuelo.

El Alto Nangaritza se caracteriza por ser una de las zonas de más alta biodiversidad del mundo. Es una zona muy frágil ante los cambios socio-ambientales que se esperan por las carreteras, aumentando la deforestación y contaminación por procesos de colonización y prospección de minería. Los shuar poco a poco han decidido abandonar su estilo de vida tradicional para vivir de manera occidental. Han dejado su sistema de conformación familiar, sus jerarquías sociales y su forma tradicional de existencia. Pero mantiene una característica viva, a veces la única, de su mundo original: el consumo de ayahuasca. En el documental conoceremos a nuestro protagonista, Juan. Desde el año 2003 aprendió el viejo oficio de shamán, lo hizo de la mano de un uwishin de Zamora que le explicó la forma de entender el mundo interior.

Búsqueda de ingredientes

Para elaborar la Ayahuasca, Juan buscó los ingredientes por la mañana. La palabra “ayahuasca” es de origen quichua. Proviene de los términos “aya” (o cuerpo muerto) y “huasca” (o soga), así que ayahuasca significaría “la soga que permite ir al lugar de los muertos”. También es llamada la “liana de las almas” o “la soga del ahorcado”. Para los shuar es llamada natem.

Por este término se conoce una mezcla vegetal de poderosos efectos enteógenos, y al mismo tiempo es también el nombre popular de uno de los componentes vegetales que entran en la composición de la pócima, la liana Banisteriopsis caapi. La poción se realiza a base de esta liana, que contiene un potente lMAO, y otra muestra vegetal que contiene DMT en cantidades suficientes para que se consiga el resultado psicoactivo esperado. Los inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO) constituyen la categoría terapéutica a la que pertenece cierto grupo de fármacos antidepresivos. Fueron los primeros antidepresivos existentes en el mercado. La N,N-dimetiltriptamina (DMT) es un enteógeno. Se encuentra de forma normal en la naturaleza, pertenece farmacológicamente a la familia de la triptamina. Muchas culturas ingieren DMT como psicodélico.

Entre los shuar la liana conocida como ayahuasca se mezcla con yage (yági) que aporta la DMT visionaria a la mixtura, con parápra para conseguir visiones más duraderas y zumo de tabaco silvestre para potenciar el efecto enteógeno. La sustancia psicoactiva principal presente en el brebaje es el DMT. El DMT es inactivo por vía oral y sólo su combinación con un IMAO puede permitir que sus efectos psicoactivos afloren.

El descubrimiento de esta combinación de dos plantas es uno de los logros más significativos de las culturas indígenas y a nivel etnobotánico es lo que más intriga a los científicos. Ya incluso hubo intentos por patentarlo en Estados Unidos, pero tales intentos fueron impedidos por la oposición de las comunidades indígenas.

La preparación y el ritual de la ayahuasca

Juan, como chamán shuar, podaba la liana de dos metros de largo del tallo de la Banisteriopsis caapi en pequeñas tiras. Luego la cortaba en trozos más pequeños y limpiaba la corteza de la liana. Posteriormente colocó las tiras cortadas en un bote metálico junto con varios litros de agua. Entre las tiras de la liana se introducían las hojas de yage. Hirvió esta mezcla hasta que el agua se evaporó casi toda, lo cual tardaba entre tres y seis horas, dependiendo de la combustión que tuviera el fuego. Finalmente quedaba un fluido denso y de color marrón oscuro. Su sabor era amargo como el café o el mate; como el gusto a madera.

Juan utilizará la pócima de ayahuasca para fines médicos, el paciente será parte de un ritual sonoro, en un ambiente cobijado por la obscuridad de la noche, por el tiempo aproximado de tres horas. La pócima también fue ingerida por dos personas que participaron en el ritual y cuyo efecto psicoactivo fue diverso y controlado por Juan. Los efectos físicos incluyen vómito y diarrea, que lógicamente no son documentados en el video. El uso de natem es antiguo. Distintas pruebas provenientes de Ecuador y aportadas por la arqueología, afirman que los pueblos indígenas amazónicos consumen la ayahuasca desde hace, como mínimo, 5.000 años.

El primer efecto que da esta pócima es el vómito. A los pocos minutos de que la persona bebe el pequeño vasito, o pininga, ofrecida por Juan comienzan las ganas de vomitar. Juan sale de la casa y vomita. El vómito tiene efectos positivos para los shuar. Otro efecto físico de la ayahuasca es el temblor. También el pulso se vuelve lento y débil y las pupilas se dilatan. Por eso el consumidor se vuelve fotofóbico y el ritual debe de ser a oscuras. Más tarde se produce un adormecimiento en donde el consumidor acaba durmiendo.

Los síntomas claros de su consumo son el vértigo, los vómitos y sudores fríos que preparan al psiconauta para las visiones. El comienzo es desagradable, con posibilidad de tener vómitos o diarreas pero una vez pasado ese umbral el devoto comienza a tener visiones. Cuando es asimilado por vía oral el primer efecto al cabo de media hora es el vómito. Estos son importantes, se supone que tiene efectos beneficiosos para el cuerpo ya que te limpia. Durante el trance el consumidor tiene percepciones extrañas y alucinaciones que uno siente como reales. Puede ver paisajes, animales, personas o espíritus (Karsten, 2000:317).

Karin Hissink estudió los efectos psicológicos del consumo de ayahuasca, destacando entre sus efectos la aparición de hechos paranormales (clarividencia, conocimiento del futuro, descubrimiento de enfermedades, visión de espíritus…) y el poder alucinógeno. Entre las visiones más comunes están la visión de jaguares y serpientes luminarias (Larraya, 1979).

Los efectos al día siguiente de la ayahuasca son que la cabeza queda clara. Con la ayahuasca todos los sentidos se tornan extremadamente receptivos, cualquier cosa que no es más que una ingesta molesta con el natem se convierte en una tortura y hechos sutiles que pasan inadvertidos bajo el natem adquieren mucha importancia (Fericgla, 1994:236).

Los compañeros del documental que lo consumieron con Juan veían la silueta del shamán de forma gigantesca de colores rojos, verdes y azules de forma muy luminosa. Uno de ellos afirmaba como si estuviera en la película de Tron (1982) cuyo director fue Steven Lisberger que utilizaba la técnica de computación gráfica. Fue una de las primeras películas que utilizó gráficos generados por ordenador. Se tienen imágenes estroboscópicas de los movimientos, de la captación de la luz, de los sonidos, de un mayor cromatismo de los objetos. El natem aumenta la velocidad de los neurotransmisores en su trabajo de conducir la información por el sistema nervioso central.

Schultes afirma que se comienza viendo una orla de color azul y que posteriormente aparecen imágenes en rojo, verde o naranjas, junto con rayos luminosos. Uno de los efectos característicos de la ayahuasca es la sensación de vuelo. Este efecto lo utilizan muchos chamanes y hechiceros para convertirse en animales voladores (Panera, 2002: 38). Finalmente el consumidor de ayahuasca percibe visiones que asume que son reales: observa bellos paisajes, ve distintos tipos de animales, contempla a personas vivas y muertas, mira luces de distintos colores y formas geométricas.

Conclusiones

Tras unas semanas de convivencia con los habitantes de la comunidad de Shaime queda por concluir que los shuar que viven en este pueblo visten con camisetas, juegan al futbol en una cancha cubierta, tienen servicio de fluido eléctrico, viven en sus casas de madera, compran víveres en la tienda, hablan español, rezan en la iglesia y consumen la ayahuasca, de manera individual o en comunidad, lo cual muestra que tal vez sea el único vestigio presente de su cultura ancestral. Los shuar siguen buscando y consumiendo esta “medicina”, como ellos la denominan, como forma de hallar respuestas y salidas a las interrogantes y situaciones cotidianas y extraordinarias que plantea sus vidas. Esta es una primera experiencia de contacto pero seguiremos investigando sobre otras comunidades en Ecuador y el estado de sus rituales con sustancias enteógenas.

Agradecimientos

Este estudio se enmarca en los lineamientos del Consejo Nacional de Control de Sustancias Estupefacientes (CONSEP) y es consecuencia de un Convenio de colaboración entre la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) y el CONSEP. Concretamente del proyecto “Sustancias enteógenas en Ecuador. El ritual de la ayahuasca en Zamora Chinchipe” cuyo director es Isidro Marín Gutiérrez.

Bibliografía

Fericgla, J.M. (1994). Los jíbaros, cazadores de sueños. Diario de un antropólogo y experimentos con la ayahuasca, Integral-Oasis, Barcelona.

Karsten, R. (2000). La vida y la cultura de los Shuar. Cazadores de cabezas del Amazonas Occidental. La vida y la cultura de los jíbaros del este de Ecuador. Quito: Ediciones Abya-Yala.

Larraya, F. P. (1979). Los significados del uso de la ayahuasca entre los aborígenes chama (Ese’ejja) del Oriente de Bolivia: Una investigación transcultural. Antología de textos clásicos de la psiquiatría latinoamericana, 63.

Panera Cuevas, F.J. (2002). Museo del oro de Colombia. Los espíritus, el oro y el chamán. Consorcio Salamanca 2002. Universidad de Salamanca-Fundación La Caixa. Salamanca.

Acerca del autor

Isidro Marín Gutiérrez nació en la ciudad de Huelva en 1975. Es Doctor en Antropología Social y Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología. Ha publicado 29 artículos en revistas científicas, 18 libros y 15 capítulos de libros. Entre sus múltiples publicaciones e investigaciones