Uruguay no atenderá las advertencias de la ONU de que la legalización de la producción y venta de marihuana es un “grave peligro para la salud pública”, afirmó el miércoles el presidente, José Mujica.

Con dos cojones“La ONU, que es tan vieja, nos tira de las orejas. Y le vamos a dar tanta pelota como las grandes potencias cuando toman sus decisiones aquí y allá. Les vamos a ganar el partido, les vamos a enseñar cuál es el camino de las reformas”, anunció el presidente del primer país latinoamericano que regula el cultivo y la comercialización del cannabis.

Su declaración llega un día después de que la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de la ONU publicara su informe anual, donde califica los cambios en la legislación en Uruguay (y también en los estados de Colorado y de Washington de EE.UU.) como “iniciativas equivocadas” que no cumplen con la Convención Internacional de Narcóticos de 1961.

La JIFE “no tiene idea de lo que es la sociedad uruguaya, ni lo que son las tradiciones del Uruguay”, insistió Mujica. “Tenemos la obligación de tratar de hacer un experimento con toda la frialdad y la devoción del espíritu creador y de encontrar caminos distintos para combatir este flagelo. Y si algo logramos, será a favor de la humanidad. Y si nos equivocamos, tendremos el coraje político de decir que nos equivocamos”, aseguró el mandatario.

El presidente uruguayo presentó estos argumentos en el marco del discurso de agradecimiento que pronunció recibiendo un premio de la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos. Según el jurado, el galardón tiene como objetivo reconocer las “reformas sustanciales” que Mujica ha emprendido durante su gobierno.

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