Les robaron las plantas del patio a la pareja que lucha por el autocultivo de marihuana con fines medicinales. Cuando se les termine el aceite, se quedan sin dosis para su hijo Iñaki.

Durante la madrugada les robaron las plantas de marihuana que tenían en el jardín a la pareja que lleva adelante la lucha por la legalización del autocultivo en la provincia. Ahora se quedaron sin la posibilidad de fabricar en lo inmediato el aceite de cannabis medicinal que le suministran a su hijo desde hace cuatro años. Durante dos noches seguidas,  los ladrones ingresaron a la vivienda y les sacaron las tres plantas que cultivaron en el patio. No pueden hacer la denuncia porque, formalmente, es ilegal tener plantas.

La familia está desesperada porque cuando se les termine el aceite no tendrán más medicina para darles a Iñaki,  su hijo de 20 años, cuya vida cambió mucho después de la llegada del cannabis a su tratamiento de la epilepsia refractaria que lo aqueja. Por eso la desesperación de sus padres, Rodrigo Catalano y Paola Ruggero, ante el robo de las plantas.

“Estamos pasando el peor de los momentos. Queremos hacerlo público porque nuestra lucha es pública, no somos narcotraficantes, y ahora no podemos ni hacer la denuncia porque la planta es ilegal”, dijo Paola. “Seguramente encontraré alguna persona solidaria. Pero ese no es el punto. Cuando se me termine, ¿qué voy a hacer? Nosotros pedimos la adhesión a la ley que permite el autocultivo. No hay voluntad política de ayudarnos. Pedimos un lugar con seguridad para los usuarios del cannabis medicinal”, le dijo a El Diario.

“Yo pido el autocultivo porque sin la planta no hay medicina”, dijo. “Yo no puedo volver atrás. Mi hijo no puede dejar de tomar cannabis. Es lo que queremos hacerle entender al gobierno y no entran en razon. Los usuarios estamos en la desprotección total. No tienen sentimientos”, lamentó la mujer.

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La familia de Iñaki hace cuatro años que tiene plantas en su jardín y fabrica el aceite que le “cambió la vida” a su hijo. Rodrigo Catalano y Paola Ruggero son padres de un joven con epilepsia que utiliza cannabis medicinal. Han organizado ya dos jornadas sobre cannabis medicinal en la provincia y luchan por la legalización del cultivo. Iñaki padece epilepsia refractaria y mejoró su calidad de vida gracias al cannabis.

“Cuando se termine el aceite, la planta tarda seis meses en desarrollarse”, explicó la madre. “Tenemos mucho miedo. Acá en Santa Rosa mataron dos personas para robar plantas de marihuana. Yo no sé si no me apuntaban con un revolver si salía cuando los escuché y ladraban los perros. Yo los ví irse y era un muchachito”, dijo Ruggero. “Le pedimos a la gente que no compre flores ni aceite. Porque la felicidad momentanea de tener dos o tres pesos nos estropea un año de trabajo”, dijo.

La familia de Iñaki vive al lado del Barrio Plan Vial. La primera noche ladraron los perros, Iñaki les dijo que había alguien en el patio, escucharon pasos y después comprobaron que los ladrones arrancaron de raíz dos  plantas y se fugaron. Quedó una planta.

Por eso pensaron que a la noche siguiente volvierían. Efectivamente ocurrió: a las 22.30, cuando terminaban de cenar, otra vez pasó lo mismo. Abrieron una venta y les gritaron, pero no salieron por miedo a que les peguen un tiro. Los ladrones se llevaron la planta que quedaba.

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Catalano remarcó “la desprotección” en la que se encuentran. “No podemos denunciar y eso les da más impunidad. Se afanan las flores para venderlas en el mercado del fumanchero recreativo, están vendiendo la salud de nuestro hijo”, dijo.

Pidió diferenciar “la lucha que hacemos, que tiene que ver con la salud, con la inseguridad, que es otra cosa”.

“Volver a cerrar un ciclo, para producir aceite, es esperar un año. Y jugarnos de nuevo a poner tres plantas, porque las cepas tienen que ser diferentes, que crezcan, que sean hembras, que no se las vuelvan a robar. Nos dejaron en pelotas y no sabemos cómo hacer para seguir el tratamiento de Iñaki”, finalizó.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.