Por M. Salami (drgrow)

Introducción

El tratamiento con pesticidas es el método de control más común entre la mayoría de los cultivadores de cannabis. Los pesticidas que se utilizan en esta labor son más o menos respetuosos con el medio y se aplican sin un calendario preestablecido, es decir, siempre se hace ante la presencia de alguna plaga. Pero cuidado, porque todavía existen cultivadores sin escrúpulos que utilizan cualquier tipo de pesticida, inclusive los no autorizados, ni siquiera con plazo de seguridad establecido. Y todo para salvaguardar su cosecha sin tener en cuenta ni prever el peligro que esa práctica conlleva.

Es bien conocida la rapidez con la que los insectos y ácaros fitófagos se protegen de los pesticidas. Al cabo de pocas generaciones habrá que sustituir el veneno empleado. Normalmente, en las técnicas de control basadas en tratamientos químicos se suelen usar dos o tres principios activos diferentes que se van rotando y alternando para disminuir el efecto de resistencia. Esto, todo hay que decirlo, encarece el control de las plagas a largo plazo.

Basándonos en esto, la lucha biológica se convierte en la herramienta cuasi perfecta para el control de las plagas. Pero, aun siendo un arma a favor de los cannabicultores, hay que saber emplearla en el momento adecuado, ya que de lo contrario se corre el riesgo de fracasar. Esta situación se presenta con bastante frecuencia entre cultivadores, tanto aficionados como profesionales, cuando realizan actuaciones demasiado tardías.

Lucha biológica en el cannabis

La lucha biológica consiste en el control, no la exterminación, de las plagas, a través de la acción de seres vivos como insectos, ácaros, y de microorganismos como nemátodos, bacterias y virus, conocidos como entomopatógenos. Estos “bichejos”, inocuos tanto para las plantas como para el medio, resultan ser letales para las distintas poblaciones invasoras. Con estas técnicas no se pretende acabar con las plagas (ya que es prácticamente imposible), sino evitar que estas alcancen unos niveles de población perjudiciales para el cultivo.

En la lucha biológica no se acepta la aplicación de insecticidas, ni siquiera los más respetuosos como el aceite de neem. En cambio, sí que se pueden y se deben integrar determinadas labores como la eliminación de ramas, el deshoje, control de clima, etcétera, para dificultar el desarrollo de las plagas.

La naturaleza es la principal fuente de animales empleados como soluciones biológicas para el control de las plagas. A estas soluciones se las conoce como enemigos naturales de las plagas del cannabis. Con frecuencia, los remedios animales aparecen de forma espontánea en cultivos de exterior, en especial donde no se aplican pesticidas. Todas las explotaciones regidas por las normas de la agricultura ecológica suelen ser las más beneficiadas en lo que respecta a reserva de enemigos naturales, y suelen favorecer los reservorios para su asentamiento.

Dos de las grandes ventajas del empleo de enemigos naturales para el control de plagas son:

  1. El ciclo vital de estos animales es más rápido.
  2. Su reproducción suele ser más prolífica.

Aun así, cuando la población de la plaga es muy elevada, los daños en las plantas son inevitables y la eficacia de la lucha disminuirá. Por eso es de suma importancia saber elegir el momento adecuado para la suelta: nunca se debe esperar a la superpoblación para actuar.

Un sírfido depredador de pulgones. Las larvas de esta mosca coloreada y divertida son sanguinarios enemigos naturales de los pulgones.

La suelta siempre se realizará en cuanto se observen los primeros individuos o detectemos cualquier síntoma de su presencia. Los insectos fitófagos del cannabis son pequeños y sus puestas cuantiosas; por tanto, la existencia de pocos individuos adultos en el cultivo indicará también la aparición de multitud de huevos y larvas. Por este motivo no se debe esperar, sino atacar.

Cuando nos encontramos ante una plaga importante y pretendemos introducir enemigos naturales, es aconsejable reducir parte de dicha población fitófaga antes de realizar las sueltas. Como prácticas más comunes se pueden citar: el lavado con agua a presión, la eliminación de órganos infectados o que les sirvan de cobijo a las plagas y enfermedades.

Cuando se habla de control a través de la lucha biológica, algunas de las preguntas más frecuentes que formulan los cultivadores son: “¿es viable en exterior?” o “¿se irán los enemigos naturales una vez que no encuentren más alimento?”. Lo primero que debemos tener en cuenta es que los enemigos naturales viven en el exterior, en la naturaleza, y su forma de vida es mucho más simple que la nuestra. Estos pasan la mayor parte del tiempo buscando presas o huéspedes para alimentarse y dejar nuevas generaciones. Mientras encuentren suficiente sustento, los enemigos permanecerán en la planta; cuando sientan que el alimento disminuye, entonces migrarán hacia otras partes de la misma planta o de otras plantas del cultivo; inclusive hacia otras cercanas no pertenecientes al cultivo. La creación de reservorios próximos a las plantas es una práctica muy extendida en los cultivos donde el control de plagas se realiza principalmente a través de la lucha biológica.

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A diferencia de los cultivos de exterior, en los de interior es raro que los enemigos naturales aparezcan de forma espontánea. Por tanto, las plagas que se desarrollan en ese medio no encuentran competidores ni enemigos que puedan frenar su desarrollo, por lo que sus poblaciones aumentan de forma exponencial. Para frenar la evolución de las plagas de interior se debe recurrir siempre a las sueltas comerciales, más eficaces y seguras que las recogidas directamente de la naturaleza.

Enemigo natural de la araña roja depredando huevos.

Depredadores, parásitos y entomopatógenos

Como se ha visto, el control a través de la lucha biológica se efectúa sobre todo con el empleo de seres vivos, los cuales pueden dividirse en tres grupos: depredadores, parásitos y entomopatógenos.

Los depredadores

Los depredadores son animales que dan caza a otros de distinta especie para su subsistencia. En la lucha biológica aplicada al cultivo del cannabis los depredadores empleados son algunos insectos y ácaros. Estos artrópodos están provistos de un estilete con el que atraviesan a sus presas, o de un potente aparato bucal masticador preparado para matar.

Uno de los peligros que se corren al emplear ciertos depredadores es que, si estos sienten que les falta alimento, pueden atacar al cultivo; aunque, dicho sea de paso, esta situación no se ha registrado en los cultivos de cannabis. Los depredadores suelen disponer de un “menú” más amplio, por lo que pueden sobrevivir a base de distintos insectos o ácaros. Esto puede convertirse en un arma de doble filo cuando se emplean varios enemigos para controlar diferentes plagas, ya que unos podrían depredar a los otros. Con los parásitos esto no suele pasar, ya que son específicos para cada género e incluso para cada especie de fitófago. Algunos de los depredadores comerciales más comunes empleados en el cultivo del cannabis son:

Ácaros

  • Para el control de la araña roja
    • Amblyseius californicus
    • Phytoseiulus persimilis
  • Para el control de trips y mosca blanca
    • Amblyseius swirskii

Insectos

  • Para trips
    • Orius laevigatus (chinches)

Antes de realizar las sueltas, especialmente las de especies aladas como las chinches, se deben retirar las tarjetas cromáticas atrapa-insectos empleadas para el monitoreo de las plagas, al ser estas un foco de atracción también para los enemigos naturales.

Los parásitos o parasitoides

Los parásitos son, por regla general, insectos que ponen sus huevos dentro del cuerpo del insecto plaga.

La parasitación es propia de los insectos y es más específica que la depredación.

En los cultivos de interior, las sueltas de parásitos suelen ser muy efectivas, pues estos, una vez liberados, vuelan constantemente de un lado a otro del cultivo en busca de huéspedes donde proceder a la puesta.

Algunos de los parásitos comerciales más comunes empleados en la lucha biológica en el cultivo del cannabis son:

Avispas parásitas

  • Para el control de mosca blanca
    • Encarsia formosa
    • Eretmocerus eremicus
  • Para el control de minadores de hojas
    • Diglyphus isaea
    • Dacnusa sibirica
  • Para el control de pulgones
    • Aphidius colemani

Al igual que hicimos con la suelta de depredadores, se deberán retirar todas las tarjetas atrapainsectos antes de liberar a los parásitos; esta práctica es vital para no perder individuos en las sueltas que hagamos.

Pulgón alado parasitado por un enemigo natural asociado de forma espontánea a la colonia plaga.

Los entomopatógenos

Los entomopatógenos son nemátodos, bacterias, virus y otros microorganismos (que no sean ni insectos ni ácaros). Los más conocidos son el Bacillus thuringiensis y los nemátodos Steinernema feltiae para el control de las orugas de lepidópteros y de moscas del mantillo respectivamente.

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En la lucha cabe la posibilidad de realizar sueltas conjuntas de depredadores y parásitos; estos afectan normalmente a distintos estadios vitales de las plagas, aumentando así las garantías de control. Antes de llevar a cabo este tipo de sueltas hay que estudiar la compatibilidad de dichos enemigos naturales. Un hecho muy importante a tener en cuenta es que, en general, las sueltas de enemigos naturales solo tienen poder curativo, al ser muy específicas para cada plaga; aunque también se pueden encontrar soluciones comerciales en formatos preventivos, como los ácaros Amblyseius swirskii, depredadores de moscas blancas y trips, pero que pueden sobrevivir en los cultivos alimentándose a base de arañas rojas y otros insectos y ácaros.

Las sueltas de la mayoría de los enemigos naturales que se venden en comercios deben realizarse siempre que haya presencia de individuos que puedan engendrar una plaga. Por este motivo, grandes invernaderos comerciales pueden introducir especies de plagas no dañinas para el cultivo principal e introducir asimismo enemigos naturales con fines preventivos. Las plagas introducidas sirven de alimento para las sueltas de enemigos comerciales hasta la aparición de la verdadera población fitófaga dañina para el cultivo.

Factores limitantes para la lucha biológica en el cultivo de cannabis

A continuación se exponen los principales agentes que frenan la lucha biológica en el control de las plagas que afectan al cannabis.

La climatología

Las condiciones atmosféricas extremas suelen beneficiar a los fitófagos y perjudicar a los enemigos naturales.

La variedad huésped

El cannabis en general no es una planta muy accesible para los depredadores durante la floración, por eso la lucha debe programarse muy bien para que no fracase. El momento idóneo para proceder a las sueltas es durante el periodo vegetativo.

La magnitud de la plaga

Las poblaciones de fitófagos muy numerosas son controladas con mayor dificultad que las más pequeñas.

En la lucha biológica es frecuente favorecer las condiciones para que los distintos enemigos naturales puedan instalarse o aparecer de forma espontánea (exterior e invernadero), como la creación de reservorios para esta fauna amiga. El monitoreo y las sueltas de repoblación pueden ser necesarios para la creación de un ambiente protegido para el cultivo.

Dos motivos por los cuales se recomienda el cambio a la lucha biológica para controlar las plagas en el cultivo del cannabis:

  1. Los pesticidas son tóxicos por inhalación.
  2. No existen estudios sobre los plazos de seguridad de muchas sustancias pesticidas empleadas en este cultivar, lo que aumenta el riesgo de intoxicación.

Como su mismo nombre indica, un pesticida es un producto peligroso que mata, y por tanto debe ser manipulado con conciencia y respeto.

Para más información

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Referencias

[1]    Malais M. H. y Ravensberg W. J., 2003. “Knowing and recognizing, the biology of glasshouse pests and their natural enemies”. Reed Business Information.

[2]    McPartland J.M., Clarke R.C. & Watson D.P., 2000. “Hemp diseases and pests. Management and biological control”. CABI Publishing.

[3]    Salami M., 2008. “Cannabis sativa L.” Dr.Grow´s Productions.

Acerca del autor

Massimiliano Salami
Massimiliano Salami es escritor, autor del libro Cannabis sativa L., colaborador de Cannabis Magazine e investigador en el cultivo del cannabis. Licenciado en matemáticas, es técnico en gestión de empresas agropecuarias con amplia experiencia como breeder.