Científicos israelíes desarrollan una cámara que detecta las plantaciones de cannabis desde 500 metros.

Las plantas de marihuana ya no pasarán desapercibidas en un frondoso jardín. En una nueva vuelta de tuerca a la aplicación de la tecnología a la lucha contra la droga científicos israelíes han desarrollado un sistema de vídeo capaz de detectar dónde crecen estas ilegales hojas.Ya no hará falta que un vecino denuncie la presencia de plantas sospechosas. Una cámara especial, capaz de captar las hojas de cannabis desde una altitud de 500 metros, e incluso una simple maceta desde una distancia más próxima (70 metros), permitiría «peinar» todos los jardines si se instalara en los helicópteros de la Policía.

En Israel, expertos de la Unidad Forense de la Policía, así como expertos de la unidad antidrogas de las Naciones Unidas, ya han mostrado su interés por este peculiar invento fruto de la colaboración del doctor Naftaly Goldschlager, que desarrolla su actividad en el Ministerio de Agricultura de Israel, y de Eyal Ben-David e Ilan Azariya, de la Universidad de Tel Aviv.

Actualmente, hay instituciones, como la Policía, que utilizan cámaras tradicionales con baja resolución espectral, «mucho más baratas, pero ni remotamente tan eficaces», confiesa al diario LA RAZÓN Goldschlager, quien además añade que empieza a haber un interés de otras compañías privadas por su sistema.

Los autores esperan mejorarlo para que pueda detectar la «valiosa mercancía» incluso a través de un toldo.

Lógicamente, la finalidad del invento nunca fue contribuir a la lucha contra la droga. Su utilidad era examinar la cantidad precisa de agua que se necesitaba irrigar en cada tipo de planta, pero pronto se dieron cuenta de su potencial aplicado a otros terrenos.

El aparato se fundamenta en tecnología por sensor remoto y, como explica Goldschlager, «detecta los materiales por sus propiedades electromagnéticas. En esta investigación vimos que el cannabis tiene sus señas de identidad electromagnética características y por eso pudimos aplicarlo». Aunque todavía no tiene un precio, los autores, creen que cuando se comercialice «no será muy cara».

Con este arma antidroga, Azariya confiesa  que «la metodología y los algoritmos podrán adaptarse para detectar otras sustancias y que, por tanto, no habrá droga que se les resista».

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