En el artículo de este mes abordamos un tema delicado, el de las situaciones conflictivas que se pueden producir en la vida cotidiana. No pocos usuarios afirman tomar cannabis con el fin de lograr un estado de relajación y distanciamiento ante las diversas piedras que nos vamos encontrando en el camino.


Por Psicotar

 

Caminante son tus huellas, el camino y nada más

Caminante no hay camino, se hace camino al andar

Al andar se hace camino y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar

Caminante no hay camino, sino estelas en la mar

                        Antonio Machado, Caminante.

 

La vida del ser humano está plagada de situaciones muy variopintas, según época histórica, cultura, familia, vecindario, etc. Esto puede suponer una diferencia mayúscula entre las oportunidades a las que tenga acceso una persona. Si nace en Beverly Hills, posiblemente tendrá una vida rodeada de comodidades y lujos, mientras que si nace en Ruanda, el sólo hecho de tener que conseguir comida será un problema constante. Evidentemente, el desarrollo personal y humano en ambos contextos seguirá caminos muy diferentes.

Vamos a pedir a nuestro querido lector, a ti, que pienses en un palo que la vida te haya dado. Porque por muy feliz que hayas vivido la vida, te has llevado algún palo seguro. No tratamos de pillarte en un renuncio, es que sabemos en propia carne que la vida está llena de palos, y que hay para todos. Puede ser un embargo por un problema con la hipoteca, una faena jugada por un amigo, una infidelidad de tu pareja, la pérdida de alguien querido, un rechazo laboral doloroso, etc. Seguro que todos podríamos enumerar algún suceso doloroso, molesto o cuanto menos, desagradable. Es posible que el impacto de esto haya sido variable, pero supongamos un impacto fuerte y alterador. ¿Y ahora qué hacemos?

Le vamos a pedir al lector que, aparte de recordar esas situaciones dolorosas e impactantes, recuerde la forma en cómo las afrontó, qué es lo que hizo cuando le tocó vivir la situación. De nuevo, las respuestas y situaciones serán muy variopintas, dependiendo de muchos factores. Por resumirlo de forma gráfica, una persona responde en base a unos antecedentes de situación, a una biografía que incluye su desarrollo personal, educación, conocimientos, etc… y a unas consecuencias de la conducta determinada. Gráficamente sería un esquema tipo A – B – C.

En no pocas partes de este camino las personas nos hemos visto enredadas con los problemas, lo cual nos puede haber llevado a adoptar soluciones o conductas poco útiles ante el problema. Lo difícil en estos casos es actuar correctamente y hacer las cosas bien, ya que estamos literalmente enganchados en la situación y no podemos pensar fría y objetivamente como podríamos hacerlo en cualquier otro momento menos impactante.

El consumo de cannabis para aplacar estados desagradables es algo que ya hemos comentado antes y que en las encuestas revela el uso como “fármaco” que muchos usuarios le confieren al cannabis.

Esto no es una cuestión baladí, sino que requiere un momento de reflexión por las importantes connotaciones que se pueden derivar de esta situación. Según datos oficiales (1) el cannabis es la tercera sustancia más consumida en la franja de edad de 15 y 64 años, detrás del alcohol y del tabaco.

De las emociones que podemos sentir, una cierta cantidad de ellas son aceptadas e incluso buscadas. Nos referimos, seguro que el lector ya se ha percatado de ello, a las emociones positivas: alegría, orgullo, felicidad, júbilo, etc…

Pero, sin embargo, hay un cierto número de emociones que son vividas de forma muy negativa y que en cierta manera todos nos “entrenamos” a evitar de la mejor manera posible. Me refiero a las emociones consideradas negativas: tristeza, abatimiento, vergüenza, ansiedad, etc… La razón por la que se evitan es simple: constituyen un mecanismo de aviso y con ese malestar, activan patrones de evitación en la persona para que ponga fin rápidamente a la situación. El problema de estas situaciones es que no se van tan fácilmente como nos podría interesar, ya que nuestra mente está preparada para almacenar información y generar contextos mentales, “otros mundos” aparte del exterior.

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En esos otros contextos mentales nos podemos ver literalmente atrapados y experimentar una enorme cantidad de sufrimiento que nos lleve a vías muertas en las que podríamos no encontrar salida y sólo conseguiríamos seguir enredándonos. En este punto, es muy probable que una persona recurra a algún recurso que aplaque ese malestar. Puede ser el alcohol, los tranquilizantes o alguna otra sustancia entre la que se encuentra el cannabis.

En este momento, el cannabis podríamos decir que cumple la función de psicofármaco, ya que la persona lo puede utilizar para regular el malestar emocional experimentado ante una situación demasiado negativa para la persona. Este uso es totalmente legítimo y de hecho, se ha realizado desde tiempos inmemoriales, cuando nuestros antepasados descubrieron el potente efecto que ejercía sobre las mentes atormentadas. Pensemos que en otras épocas la supervivencia era más complicada en términos biológicos y era frecuente experimentar la pérdida de seres queridos por ataques, enfermedades, accidentes, etc.

En contextos actuales, ya hemos tratado anteriormente cómo en algunos círculos el consumo de cannabis está plenamente autorizado e incluso es fomentado, como por ejemplo, en el ejército de Israel, donde se suministra cannabis a soldados que han participado en combate con el fin de reducir el impacto emocional y con ello reducir igualmente el riesgo de sufrir estrés postraumático (2)

De igual forma, el uso de cannabis como apaciguador del malestar permite distanciarse del proceso emocional y cognitivo, lo que puede ayudar a algunas personas a controlar la vivencia y reducir el sufrimiento. Pero no todo es de color de rosa. Este uso conlleva un cierto riesgo y es el riesgo derivado de establecer el consumo de cannabis como única estrategia de afrontamiento, o de constituirla como principal recurso.

Por ello, en caso de que usted, estimado lector, recurra al cannabis de forma habitual para manejar los estados emocionales desagradables, le recomendamos que practique e intente mejorar otros recursos alternativos de afrontamiento, de forma que usted pueda elegir de forma libre de malestar cuándo y cómo consumir, con lo que uno rompe el hábito de hacer las cosas por costumbre.

No se confunda nadie, no estamos moralizando ni tomando el discurso prohibicionista harto escuchado desde muchos ámbitos. No es eso. No es lo mismo echarse un día un porro por haber tenido un problema serio que echárselo todos los días porque no se resuelven adecuadamente las cosas. Esto último implica una falta de recursos que es peligrosa y es esa carencia la que recomendamos afrontar.

Para ello, hay que eliminar progresivamente el “colchón” usado y empezar a adoptar otras estrategias más activas de afrontamiento. Teniendo en cuenta que la vida estará llena de palos, que realmente el sufrimiento es lo más cotidiano y extendido en este mundo, tener varios aliados en cuanto al afrontamiento se refiere es una buena idea. Depender de un único recurso no es nada recomendable. Da igual que sea fumar cannabis o hacer ganchillo… ya que si sólo se hacer ganchillo, estoy igualmente limitado porque alguna situación habrá en la que el ganchillo no me ayude, sino que incluso me pueda perjudicar. La diversificación de estrategias implica más seguridad a la hora de afrontar el riesgo con mayores recursos.

Sirva el esquema (3) que presentamos en la imagen para ilustrar lo que queremos decir. Hablamos de tener más capacidad de ver las cosas antes de dar una respuesta, por lo que así valoramos tener más capacidad y recursos. Eso nos da un análisis de la situación más completo y nos permite estar más tranquilos al percibir que tenemos más posibilidades de afrontamiento. Además, al poder abrir la mente a otras alternativas, las respuestas pueden ser más variadas y con ello así experimentar diversas alternativas, lo que redundará en nuestro aprendizaje vital. Aaron Beck, un conocido psicólogo estadounidense tenía un dicho que ilustra muy bien estas líneas: “si vas con un martillo en la mano constantemente, todo lo que verás te parecerán clavos”

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Los cinco elementos del esquema presentado serían:

  1. Selección de la situación: Se refiere a la aproximación o evitación de cierta gente, lugares u objetos con el objetivo de influenciar las propias emociones. Esto se produce ante cualquier selección que hacemos en la que está presente un impacto emocional. En el esquema vemos que se selección S1 en vez de S2 (se marca en negrita). Es una buena forma en principio, de afrontar un problema, porque lo evitamos. Sin embargo, si al final hay que entrar en la situación (en el trabajo, por ejemplo), es mejor otra estrategia.
  1. Modificación de la situación: Una vez seleccionada, la persona se puede adaptar para modificar su impacto emocional, lo cual podría verse también como una estrategia de afrontamiento centrada en el problema (S1x, S1y, S1z). Si no se puede modificar la situación de forma externa, al menos podremos percibir y plantear un cambio de estrategia por nuestra parte.
  1. Despliegue atencional: La atención puede ayudar a la persona a elegir en qué aspecto de la situación se centrará (distraernos si la conversación nos aburre o tratar de pensar en otra cosa cuando no preocupa algo) (a1, a2, a3 … representan los diferentes aspectos de la situación a los que podemos atender)
  1. Cambio cognitivo: Se refiere a cual de los posibles significados elegimos de una situación. Esto es lo que podría llevar al “reappraisal” y sería el fundamento de terapias psicológicas como la reestructuración cognitiva. El significado es esencial, ya que determina las tendencias de respuesta.
  1. Modulación de la respuesta: La modulación de la respuesta se refiere a influenciar estas tendencias de acción una vez que se han elicitado, por ejemplo inhibiendo la expresión emocional. En el esquema, se muestran signos – y + para representar la inhibición o excitación de estas respuestas a diferentes niveles.

Las cuatro primeras estrategias abordan los antecedentes. La última, actúa sobre los consecuentes.

Las estrategias de reapreciación (reappraisal) son más eficaces que suprimir la emoción, supresión que puede derivar del uso de cannabis, ya que esa supresión se ha relacionado con daños a la salud a largo plazo como por ejemplo, depresión del sistema inmune, mayor riesgo coronario, progresión del cáncer, etc (4)

Por ello, animamos al lector a plantearse las cuestiones anteriores de forma seria y consecuente. Sin renunciar a nada, por supuesto, pero permitiendo la entrada a otras cosas y a otras alternativas aparte de las que actualmente están ahí.

Nos despedimos hasta la próxima… salud y ¡buen viaje!

 

NOTAS:

 1-      Encuesta Plan Nacional sobre Drogas:

http://www.mspsi.es/gabinetePrensa/notaPrensa/pdf/presentacionEdades200910.ppt

 2-      http://www.psiquiatria.com/noticias/ansiedad/estres/tratamiento450/18425/

 3-      http://www.psicologia-online.com/colaboradores/nacho/emocional.shtml

 4-      http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0717-92272005000300004&script=sci_arttext

 

 

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.