Otra entrega de la información sobre el doping en el deporte. Leer todas las entregas

girlbody

 

Pioneros de la coca y la cocaína

Tras un largo proceso, el ciclista estadounidense Floyd Landis ha sido finalmente sancionado por haberse dopado con testosterona en el Tour 2006, el cual ganó. En consecuencia, se le ha desposeído de su título y se ha proclamado vencedor al español Óscar Pereiro, un año y dos meses después de la celebración del evento (1). Por supuesto, la prensa deportiva nacional —siempre tan chovinista— calificaba de tramposo al norteamericano y defendía los derechos del español. En cambio, ahora que la UCI (Unión Ciclista Internacional) anda tras los pasos de Alejandro Valverde y quiere excluirle —con el apoyo de la Agencia Mundial Antidopaje— de las competiciones internacionales por su presunta implicación en la Operación Puerto, nadie duda de su integridad e incluso nuestro Secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, le defiende. Ante esto, la UCI, a través de su presidente, Pat McQuaid, acusa al político español de encubrir a Valverde y afirma que “el gran problema que tenemos con el dopaje y el ciclismo viene de España” y que “es muy bueno escribir leyes, pero luego necesitas aplicarlas”. Sobre la Operación Puerto, dice que “todavía estamos esperando a que suceda algo. Es una vergüenza para el ciclista y debe serlo para los españoles también”, y finaliza comentando que “no parece haber una voluntad real, una voluntad política en España para expulsar este problema a pesar de que acogerá la conferencia de la AMA [Agencia Mundial Antidopaje] a mediados de noviembre” (2). Ya veremos en qué acaba todo. De momento —y como era de esperar—, nuestra prensa califica de “guerra sucia” la actitud de la Unión Ciclista y celebra la reciente decisión del Tribunal de Arbitraje Deportivo, que da la razón a las autoridades españolas y ordena que se admita a Valverde en los Campeonatos del Mundo 2007. Sin embargo, los escándalos no se limitan al ciclismo. El popular futbolista Ronaldo, que ahora juega en el equipo italiano del Milan, ha tenido una lesión y es sospechoso de estar utilizando procedimientos dopantes para recuperarse de ella. Según parece, la terapia incluye la extracción de cierta cantidad de sangre que se le administra después de ser alterada, procedimiento sospechoso para el Comité Olímpico Italiano (3).

 

¿Son adictivos los anabolizantes?

Centrándonos en el tema que estamos tratando desde hace varios meses, planteamos una pregunta que está en mente de muchos: ¿son adictivos los anabolizantes? Siempre es difícil estudiar conceptos como adicción, dependencia y abuso, ya que se emplean con fines visiblemente interesados, con la intención de clasificar como patológico el consumo de drogas no controladas por el sistema. En cambio, cuando se habla de drogas oficiales —las recetadas por médicos y psiquiatras— se habla de terapia y de controlar o ajustar la dosis. En cualquier caso —y sin que sirva de precedente—, si partimos de que la adicción consiste en la intoxicación crónica y la necesidad de tomar una sustancia porque de lo contrario aparece el síndrome de abstinencia —con síntomas más o menos fuertes dependiendo de la sustancia de que se trate y del tiempo que se ha estado utilizando—, los anabolizantes no son adictivos en este sentido, ya que no originan ningún síndrome abstinencial que impulse al sujeto a consumirlos. Puesto que sus efectos son lentos —y lo mismo ocurre con la estimulación y sentimiento de bienestar que originan en algunos usuarios— no se establece en el cerebro una conexión entre la administración de la droga y los mecanismos neuronales de recompensa. Volviendo de nuevo a esos conceptos tan dudosos (debemos reconocer que resulta difícil emplear otros, hasta tal punto se han introducido en nuestro lenguaje), puede hablarse de cierta dependencia psicológica en caso de que el deportista, al dejar de doparse, ansíe volver a hacerlo por notar la pérdida de fuerza, potencia o tamaño, o porque las sustancias han alterado el eje hormonal y surge ahora el consiguiente bajón de testosterona que repercute negativamente en el estado de ánimo. Pero nunca aparece síndrome de abstinencia como tal —a no ser que se juegue con el significado de los términos y se amplíe según convenga, como es el caso— ni riesgo para la salud derivado de la ausencia de droga en el organismo, como sucede con el alcohol o la heroína. A pesar de no haber dependencia física de los esteroides, ciertos sectores no dejan de insistir en que sí existe, como los organismos antidroga —siempre deseosos de ampliar su campo de acción— y otros gremios interesados. Por ejemplo, en una entrevista realizada por Carlos Arribas y publicada en el diario El País el 5 de junio de 2006, el psiquiatra Néstor Szerman (4) afirmaba que hay adicción a los anabolizantes y síndrome de abstinencia asociado a ellos.

En lo que respecta al abuso, sí existe en algunos deportes profesionales y aficionados de alto nivel, especialmente en los que es crucial la fuerza, la potencia o la velocidad (halterofilia, powerlifting, lanzamientos, natación, carrera), así como en el fisicoculturismo debido a la importancia del factor estético. ¿Es una solución restringir la venta de anabolizantes y penalizar su tráfico y posesión, como de hecho ya se está haciendo? Evidentemente no. Como bien sabemos por otras sustancias, se van a consumir igual o más, con el problema añadido de que se carece de control sobre su calidad. Además, en el caso de las drogas deportivas no sólo está implicado el deseo de tomarlas para sentirse mejor, para mejorar el rendimiento, sino porque hay en juego grandes cantidades de dinero.

Retomando el hilo de lo que tratamos en meses anteriores, continuamos con los anabolizantes más populares. En la pasada entrega estábamos con los esteroides poco androgénicos y habíamos citado el methilclostebol, el estanozolol, la nandrolona y la metenolona (puntos 1 – 4).

 

5. Trenbolona

En su origen era un anabolizante inyectable de uso veterinario. Es muy anabólico y medianamente androgénico. Posee acción rápida, por lo que se suele administrar diariamente. Origina grandes ganancias de fuerza con poco aumento de peso y de retención de líquidos, por lo que permite conseguir unos músculos más duros. Es potencialmente hepatotóxico a altas dosis. Su uso en mujeres puede producir virilización.

 

6. Ethestrenol

Es muy poco androgénico. Debido a su presentación oral en comprimidos de sólo 2 miligramos, suele ser utilizado por deportistas principiantes en lo que al contacto con esteroides se refiere, así como por mujeres. Origina muy poca retención de líquidos. La conversión a estrógenos es muy baja. No obstante, a altas dosis puede ser tóxico para el hígado.

 

(Continuará)

 

(1) Información: http://www.elmundodeportivo.es/web/gen/20070922/noticia_53395346709.html

(2) Información:  http://www.sport.es/default.asp?idpublicacio_PK=44&idioma=CAS&idnoticia_PK=442626&idseccio_PK=809&h= http://www.diariovasco.com/20070919/deportes/ciclismo/acusa-lissavetzky-20070919.html y  http://www.marca.com/07/09/24/guerrasuciauci.html

(3) Información: http://elmundodeporte.elmundo.es/elmundodeporte/2007/09/12/futbol/1189613959.html

(4) Web del psiquiatra Néstor Szerman: http://nestorszerman.com/

 

Advertencia: describimos productos comercializados por laboratorios legales, no drogas prohibidas. El propósito de este artículo es informar sobre las sustancias dopantes que utilizan los deportistas, no recomendar ninguna de ellas. Tan sólo citamos principios activos, no marcas concretas, a fin de evitar hacer publicidad de medicamentos con receta. No fomentamos el uso de drogas deportivas y estamos en contra del consumo no responsable.

 

 

portadacoca2

 

Acerca del autor