La oposición en el Senado advirtió que las enmiendas van en contra el culto rastafari, el cual defiende el consumo de cannabis.

La oposición en el Senado de Jamaica advirtió este lunes de que las enmiendas que buscan despenalizar el consumo de marihuana con fines medicinales y religiosos en el país caribeño podrían discriminar a los rastafaris.

Según publicó este lunes el diario Jamaica Observer, Tom Tavares Finson, líder de la oposición en el Senado, está en contra de que la sección 7 de las enmiendas propuestas a la Ley de Drogas Peligrosas de 1948 dé poder al ministro de Justicia para autorizar a las personas, grupos y organizaciones que él reconozca como rastafaris a cultivar cannabis.

“No sé de ningún rastafari que desee que su religión sea determinada y catalogada por el ministro de Justicia. ¿Cuál será el criterio que utilizará el ministro de Justicia para determinar quién es o no es rastafari?”, afirma Tavares Finson.

Estas enmiendas, cuyo debate comenzó el pasado viernes en la Cámara alta jamaiquina, tampoco especifican cómo la Policía podrá determinar si una persona está consumiendo marihuana ilegalmente o si lo hace por motivos religiosos o medicinales, sin consultar antes con el ministro de Justicia.

“Lo que hace esta enmienda es darle al ministro de Justicia la autoridad suprema de decidir quién es rasta y quién no, y por tanto le confiere derechos por encima de los de otros jamaiquinos. No es correcto”, afirma el senador en declaraciones recogidas por ese diario.

Salvo estas observaciones, la oposición avala el resto de las enmiendas propuestas a la Ley para que el consumo de marihuana no sea delito, siempre que se cuente con una licencia, que se concederá a quienes demuestren intereses religiosos (reclamados por los rastafaris) o medicinales.

Además, proponen que deje de ser delito portar un máximo de 2 onzas (56 gramos) de cannabis, aunque la persona será multada con una falta administrativa.

Según explicó en su día el Gobierno en un comunicado, las enmiendas también contemplan la creación de la Autoridad de Permisos de Cannabis para regular la industria medicinal.

El Gobierno de Jamaica reconoció en 2003 al culto rastafari como religión, tras una sesión del Tribunal Constitucional en la que se advirtió que ello no suponía la legalización de la marihuana, cuyo consumo defiende ese credo.

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