En 23 de los 50 estados norteamericanos la venta está permitida, si bien en la mayor parte de las regiones la autorización de venta está ligada a fines medicinales.

En Estados Unidos, el mercado de la marihuana está en auge. Los brownies “condimentados” se venden por 12,50 dólares, y una porción de ese bizcocho contiene 40 miligramos de THC, una cantidad que sorprende hasta a los consumidores experimentados. ¿Cómo se obtiene? Por vía legal. Puede comprarse, por ejemplo, en la Globe Farmacy de Arizona.

Pese a esa restricción, el mercado crece a pasos agigantados. Según la consultora Arcview Market Research, el año pasado los ingresos treparon de 4.600 a 5.400 millones de dólares. La suma no se remite a la venta de marihuana únicamente, sino también a otros productos asociados.

Los productos, que se conocen como “edibles”, van desde brownies hasta tragos, tinturas, lociones y píldoras de relajación. El sector, al que no le falta creatividad, incluso ha lanzado calmantes y productos para abrirles el apetito a las mascotas (“Canna-Pet”).

El boom no parece tener fin. Muy por el contrario, su horizonte está abierto. Arcview estima que la facturación del rubro crecerá en 2016 un 24 por ciento, hasta alcanzar los 6.700 millones de dólares, y que en 2020 el volumen de venta será de 21.800 millones. Las perspectivas, de más está decirlo, seducen a cada vez más “pequeños emprendedores”.

La emisora estadounidense MSNBC siguió a una serie de start-ups en su reality “Pot Barons of Colorado”. Una de las historias de éxito que presentó fue la de “Medicine Man”, de los hermanos Andy y Pete Williams, que logró bastante firmeza con sus dos filiales en Denver y Aurora.

Quiénes están detrás

El sector ya tiene algunos inversores estrella. Una de las más rutilantes es el famoso rapero Snoop Dogg, que asegura que fuma 81 porros por día y sostiene que ya ha fumado en la Casa Blanca, una vez que el presidente Barack Obama lo invitó de visita.

Snoop Dogg, de 44 años, invierte desde hace años lo que gana con la música en el negocio del Cannabis.

La última vez que se habló de su vínculo con este rubro fue cuando se asoció con la empresa canadiense Tweed, que provee marihuana y accesorios. Pero el rapero tiene su propio emprendimiento, LBC Holdings, y promociona cigarrillos electrónicos de cannabis y otros productos relacionados.

No es el único ícono de la música cuya imagen es directamente asociada con el consumo de marihuana. Sin embargo, el segundo no está haciendo negocios con ella: Bob Marley, cuyo rostro, pese a los años que lleva muerto, se ve permanentemente como logo de la marca “Marley Natural” que quiere convertirse en la primera marca global de cannabis.

Quien está detrás de ese emprendimiento es la sociedad Privateer Holdings de Seattle, que logró asociarse con los herederos de la estrella jamaiquina. A su vez, el célebre inversor de Silicon Valley Peter Thiel, que ya hizo fortunas al ingresar en una fase temprana en Facebook y Paypal, tiene participación en Privateer.

Pese a este dato, lo cierto es que el sector aún espera los millonarios aportes de los inversores.

Se suponía que iban a llegar, pero aún no están a la vista, seguramente porque la legislación federal sigue catalogando la marihuana como ilegal. Los bancos tampoco quieren entrar en este terreno por miedo a pasar a integrar alguna lista sospechada de lavado de dinero, y eso hace que los start-ups no tengan acceso a crédito y a financiación en gran escala.

Los estados sí obtienen una buena recaudación de la venta. Colorado, que cuenta con más tiendas de Cannabis que Starbucks y que es conocido como “The High State” -y no precisamente por las Rocky Mountains-, registró un ingreso de 135 millones de dólares en 2015 en concepto de impuestos y licencias. El aumento en relación con el año anterior fue del 77 por ciento.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.