Esta variedad de cannabis narcótico es, a mi entender, una de las mejores marihuanas que se pueden encontrar dentro del marcado actual. Fácil de cultivar, productiva y de colocón más que contundente la Caramel ha ido subiendo puestos a marchas forzadas dentro de las preferencias de los jardineros y consumidores españoles. Sin lugar a dudas es todo un motivo de sentirse orgullosos ya que esta joyita bien puede competir con las mejores variedades disponibles en el mercado internacional.


Cream Caramel de interior

Hola amigos. En esta ocasión quiero hablaros de la Caramel, una de las marihuanas más deliciosas disponibles en estos momentos y, además, de un precio muy razonable y disponible en versión feminizada. Os voy a contar cómo la he cultivado yo personalmente y cómo he sacado posteriormente uno de los mejores hachís que he probado.

Partí de semillas feminizadas. Concretamente un paquete de cinco. Las puse 48 horas en un vaso de agua (siempre lo hago así) y trascurrido este periodo de tiempo las puse directamente en tierra, una tierra especial que merece un apartado propio, y en macetas de siete litros. Personalmente creo que esta medida es la ideal para cultivo en interior ya que el sistema radicular de la planta tiene espacio de sobra para desarrollarse con comodidad y sin agobios. Más grande puede ser una pérdida de dinero ya que estamos añadiendo tierra, que es cara, y que no nos va a repercutir en una mayor productividad; al menos de una forma notable. Quizás ganemos un par de gramos más por planta pero no mucho más.

La tierra fue de encargo. Sí señor, como lo oís. Una fábrica de substratos me hizo una tierra “a mi medida”. La encargué de la siguiente manera. Para hacer 10 litros ponía las siguientes medidas y productos: – Cinco litros de turba rubia sphagnum. -Dos litros de fibra de coco de gran calidad. – Un litro de perlita. -Un litro de lava volcánica de calibre medio (de 4 a 6 milímetros) y finalmente un litro de humus de lombriz roja. Una vez conseguida toda la mezcla homogeneizada y bien mezclada añadía un pequeño puñadito de fertilizante químico especial para vegetativo (nitrofoska) y otro puñadito del mismo producto pero especial para floración. Hablo de cantidades mínimas ya que mi interés es y era conseguir un cultivo orgánico y, aunque los puristas puedan decir que al añadir el compuesto químico ya no se puede hablar de cultivo orgánico, lo cierto es que la cantidad empleada es tan pequeña que apenas se aprecia. La tierra obtenida así tenía un ph de 5,8, perfecto para el cultivo de cannabis. El abonado fuerte se hizo con abonos orgánicos al cien por cien. Después hablamos de ello.

La mezcla obtenida es de una calidad insuperable. La turba rubia, sphagnum, por supuesto, y el coco hacen que el sistema radicular crezca a una velocidad de vértigo y de forma muy sana y saludable. Y la perlita y la lava volcánica consiguen que el substrato tenga siempre mucho oxígeno, lo cual es decisivo para obtener plantas sanas, fuertes y productivas. Insisto en este tema ya que os recuerdo que el punto débil del cannabis es su sistema radicular, que es muy flojo y perezoso. O le pones una buena tierra, bien suelta y aireada, o nunca conseguirás raíces sanas y adventicias, que son las que nos interesan. Y como las raíces son la boca de la planta imaginad que mal alimentado estaría alguien con problemas bucales. O tienes la boca sana y bien o dejas de comer. Pues a las plantas les sucede exactamente lo mismo.

Las semillas germinaron todas sin problema alguno y pronto se pusieron a crecer sin problema alguno. No les di mucho tiempo de vegetativo. Tan sólo unos diez días bajo una lámpara Agrolite de 250 vatios. Es más que suficiente ya que personalmente prefiero plantas bajitas y que sean todo cogollo. Y precisamente las Caramel son de esta constitución: achaparradas y todo un denso y prieto cogollo. ¡Qué delicia! Durante estos días no aboné nada en absoluto pero sí que regué con un estimulador de raíces de BAC que es muy eficaz y que nos garantiza que llegado el momento de darles abonado fuerte la planta dispondrá del sistema radicular “perfecto”.

A continuación pasé las plantas a la sala de floración. Soy de los que creo que en esta fase cuanta más luz mejor. Así que las puse en una mesa de tres metros cuadrados iluminada con tres lámparas de Agrolite: dos de 600 vatios y una de 400 vatios. Puse la de 400 en el medio y las dos de 600 a los lados. Las paredes del jardín se recubrieron totalmente de mylar, quizás el material más reflectante que existe, y el agua era rigurosamente limpiada con un filtro de ósmosis que me proporcionó la empresa Telegrow. Antes disponía de un filtro que se averiaba continuamente pero finalmente este nuevo filtro me dio un resultado perfecto y a un precio muy razonable.

El agua, cuando se trata de cultivo de cannabis, es fundamental. No hace falta comprar una bomba de ósmosis inversa pero sí un filtro, que a un precio muy moderado nos proporciona un caudal de unos 300 litros de agua osmótica al día. Y digo que el agua es un capítulo esencial ya que se debe abonar siguiendo criterios de electro conductividad. Y así fue cómo yo lo hice para fertilizar estas deliciosas Caramel. Os cuento. En esta ocasión he usado distintas marcas de fertilizantes orgánicos y todas ellas de gran calidad. Voy a hablar de dos que usé por igual en mi tarea de abonado: Biobizz y BAC organics. Estas dos marcas tienen dos productos que a mi juicio son determinantes para conseguir supercogollos. Además del abono normal de floración, rico en fósforo y potasio, tienen un abono de refuerzo de este y además un estimulante de floración. El primero nos vale, como su nombre indica, para reforzar el alimento de floración. Y el segundo es precisamente un estimulante de floración. ¿Qué es un estimulante de floración? Pues eso: un producto que induce a la planta a florecer antes de lo normal. Esto nos permite cosechar un poco antes y un poco mejor tanto en exterior como en interior. Pongo un ejemplo. Un banco catalán de prestigio tiene una variedad cien por cien Haze, o sea, sativa al ciento por ciento. Sus instrucciones de cultivo nos dicen que en exterior se cosecha a primeros de diciembre. Sin embargo, algunos cannabicultores se quejan de que no está lista para cosechar hasta febrero, lo cual la hace impracticable en la mayor parte de nuestro territorio ya que las heladas del invierno acaban matando a la planta. Sin embargo, si usamos el estimulante de floración conseguimos que la planta adelante su proceso y en consecuencia finalice su vida a primeros de diciembre. La diferencia significa la posibilidad de cosechar una Haze cien por cien o, por el contrario, ver morir a la planta por los fríos intensos de finales de diciembre y enero. Tanto Biobizz como BAC tienen estos productos que son de especial utilidad.

Aboné las Caramel siguiendo criterios de EC. Al principio de la floración aboné llegando hasta 1,00 milisiemens. Y sin embargo al final del proceso llegué hasta 1,8 milisiemens. No pasé de esta cifra no porque la Caramel no pueda aceptarlo sino más bien por pereza. Debería haber experimentado un poco más pero como vi que las plantas estaban tan lozanas y espléndidas opté por quedarme así y dejar las cosas como estaban. No obstante es mi intención experimentar más en este sentido ya que esta variedad es exquisita y merece más estudio para ver sus verdaderas posibilidades. Os la recomiendo para exterior. Me han dicho que es una verdadera pasada con la fuerza del solaco español.

Durante todo el proceso de 12/12 las plantas se comportaron de una forma un tanto atípica. Creo que no se parecen a ninguna planta que yo conozca. Son de forma absolutamente piramidal y manteniendo muchas hojas. Verdaderamente recuerdan a un árbol de navidad más que ninguna otra variedad de cannabis. Son muy densas y repletas de hojas monolobuladas (de un solo lóbulo) al final del proceso. Al mismo tiempo produce una muy considerable cantidad de resina y un olor que la hace inconfundible. Cuando has olido una Caramel ya la reconoces siempre. Esto sólo pasa con algunas variedades, como la Shiskaberry y pocas más.

Produce cantidades de resina muy considerables y extremadamente “pringosas”. Esto último es tan notable que puede llegar a convertirse en un engorro y ensuciarnos las manos más de lo normal. A la hora de manicurar las manos se nos quedan completamente negras y con la resina lo cual es perfecto si queremos cosechar charas (* Nota del autor). Esta característica convierte a la Caramel es una candidata “ad hoc” para una posterior extracción de resina y así conseguir un hachís digno de los dioses.

Las tres últimas semanas sencillamente dejé de abonar y me dediqué a regar con el agua osmótica lo cual, obviamente, contribuyó a un lavado a fondo de las raíces que se vieron limpias así de sales metálicas que pudieran haber quedado adherido a las mismas. Tanto Biobizz como BAC y muchas más marcas tienen unos complejos encimáticos muy interesantes que nos permiten una limpieza a fondo de las raíces. Pero como soy bastante holgazán prefiero optar por mi forma que consiste en dejar de abonar unas semanas antes de la cosecha y así dejar que el agua haga mi trabajo. Puede que hacerlo “de manual” y haber abonado unos diez días más hubiera conseguido todavía cogollos mejores pero en definitiva los que he conseguido “a mi manera” son bastante buenos y, creedme, de colocón de primera.

El pedete es uno de los más agradables que yo personalmente he probado. A mí me gusta fumarla por las noches, en la tranquilidad de mi casa, y dejarme llevar por su creatividad. Tras fumar me dedico a mis árboles y mis bonsáis, mi jardín en general, y a imaginar nuevos proyectos artísticos. La cabeza se te pone en “mode” creativo y desaconsejo totalmente mezclarla con cantidades considerables de alcohol. Un par de birras va bien pero pasar de ahí es desaconsejable entre otras cosas porque el alcohol eclipsa las verdaderas sensaciones de esta maravilla de planta.

(Continuará)

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