PARTE 2

Recuperándolo donde lo dejamos en el número anterior, después de la selección de semillas (Recordamos: Industrial Plant – origen Nothern Lights – y Cheese de Dinafem Seeds, Lemon Skunk de GreenHouse Seeds y Wembley – Bubble Gum x AK47 – de Pyramid Seeds) procedemos a la germinación.

Por Neal C. Borroughs

No vamos a expandirnos demasiado en los detalles del cultivo o productos utilizados y nos centraremos más en las necesidades propias del espacio que nos ocupa. Lo ideal, en cuanto a la germinación, es utilizar un “Jiffy”, como recomiendan las casas de semillas, aunque muchos cultivadores se decantan por un vaso mediado de agua, unas gotas de agua oxigenada y una gota de enraizador.

Una vez germinadas recomendamos no pasarlas directamente a la maceta final puesto que el trasplante nos ayuda a controlar el tamaño de la planta. Lo ideal en estas circunstancias es pasar a un tiesto de entre 2,5 y 3,5 litros y posteriormente, una vez hayamos cambiado el ciclo de luz, procederemos al segundo trasplante a macetas, preferentemente, de unos 5,5 litros.

En nuestro caso usamos una bombilla de bajo consumo de 125 w. La distancia entre las plantas y la bombilla era de unos 10 cm, pudiendo ser ligeramente superior o inferior. De esta forma evitamos el espigamiento y facilitamos un crecimiento fuerte y compacto.

Las plantas Cheese y Wembley mostraron un fenotipo índico muy dominante, especialmente la última (80 % índica según la casa), con mucha cantidad de hoja ancha y tupida, ambas se mostraban más pequeñas y con tendencia de arbusto mientras que Industrial Plant y Lemon Skunk mostraron una distancia intermodal mayor y mayor tamaño.

A las tres semanas desde el comienzo del crecimiento real en maceta, la mayoría de ellas habían superado los 25 cm y el cuarto par de hojas. Procedimos a realizar la poda apical, a algunas en el cuarto y a otras en el quinto nudo, en función al tamaño de cada una y para mantener cierta homogeneidad en el cultivo. También podríamos practicar otra poda apical en cada una de las dos ramas que surgirán como principales una vez hayan superado los dos nudos y así tendríamos cuatro ramas principales, o practicar directamente una poda FIM la primera vez.

Como comentamos anteriormente, los resultados con la bombilla de bajo consumo en estas circunstancias de cultivo son inmejorables. Después de un mes y unos pocos días teníamos plantas bien formadas, compactas (de unos 35 – 40 cm), sanas, adultas y preparadas para la floración. La complejidad de este cultivo radicó en la diferencia de genotipos y la dificultad para mantener un tamaño similar pudiendo proporcionar luz de forma igualitaria. Posteriormente realizamos un monocultivo de Jack Herer en este armario (que explicaremos en posteriores números) y todo fue más sencillo, al menos en este aspecto.

A estas alturas ya podemos distinguir aquellas ramas que pueden alcanzar lo más alto de la planta y cuáles no. Aquellas que se hayan quedado raquíticas, que probablemente no alcancen lugares con suficiente luz, las podaremos usando unas tijeras o cúter desinfectado previamente en alcohol, mediante un corte en diagonal cerca del tallo principal y usaremos algún cicatrizante o un poco de saliva sobre el corte.

Lo ideal es tener entre 6 y 7 ramas por planta. Teniendo en cuenta que dos de ellas son principales, por el corte apical, que las dos inmediatamente inferiores serán muy similares y que habrá otras dos o tres de menor tamaño. La poda se debe hacer de forma progresiva para no provocar un estrés excesivo en la planta. Con esta poda eliminamos las ramas que consumirán energía y espacio y que producirán muy poca cantidad de flor. Dada la potencia de nuestra bombilla de sodio (250 w), si nuestra planta es excesivamente alta, la cantidad de luz que llega a las partes inferiores es muy baja, demasiado baja para producir flores compactas y en cantidad y no merece la pena mantenerlas con vida.

Te puede Interesar
Cultivo de cannabis en armarios pequeños

Si podemos habilitar un pequeño lugar donde conservar los esquejes de estas podas nos permitirá conservar también la planta hasta la floración, donde descubriremos si hemos tenido la suerte de encontrar un material genético excepcional (como tantas veces nos ha pasado) y evitaremos estar constantemente pensando en aquella planta de aquel cultivo que hemos perdido para siempre.

En cuanto al proceder relativo al cambio de ciclo y bombilla, existen diferentes teorías. Dado que la planta está comenzando a asimilar el cambio de ciclo, el espectro de luz que necesitamos al principio debiera ser más azulado, primaveral, y al final de esta asimilación, más anaranjado, imitando la luz del verano. Nosotros cambiamos el ciclo y mantenemos la bombilla de bajo consumo entre 3 y 5 días y, después, cambiamos a la bombilla de sodio. Podríamos cambiar directamente el ciclo y la bombilla a la vez obteniendo, probablemente, resultados muy similares dado que el sodio nos ofrece un espectro muy amplio.

Una vez colocamos la bombilla de sodio las cosas se complican ligeramente. En nuestro caso nos decantamos por un “CoolTube” para solucionar la mayoría de problemas. Éste, junto a nuestro extractor (300 m3/h), nos proporciona unas temperaturas máximas en torno a los 23 Cº y mínimas de unos 15 Cº, con unas humedades relativas comprendidas entre el 40 y el 55 %. Si vuestras condiciones varían ligeramente no tenéis de que preocuparos, sin embargo, cuidado con la humedad alta en floración (superior al 65 %), la condensación y las temperaturas excesivamente altas (a partir de 30 Cº) o bajas (por debajo de los 10 Cº).

El segundo problema radica en la colocación de la bombilla. El “CoolTube” nos permite acercar la bombilla, prácticamente, a la distancia que queramos de la planta, sin embargo, tenemos cuatro plantas a las que alimentar lumínicamente y la bombilla no es lo suficientemente larga como para abarcarlas a todas si está muy cerca de ellas. Aquí entra en juego la creatividad, paciencia y ganas de cada uno. En nuestro caso colocamos las plantas más compactas y bajas justo debajo de la bombilla, es decir, justo debajo de la roseta (Wembley y Cheese) y las más altas en las esquinas opuestas del armario (Lemon Skunk e Industrial Plant).

Como debemos adaptarnos a las dimensiones del armario podemos jugar con diferentes atados y amoldar las plantas al espacio que tenemos. No tengáis miedo de atar unas plantas a otras, a la estructura del armario o incluso a las macetas. Moldeadlas a vuestro gusto para que todas reciban la mayor cantidad de luz posible y ocupen la práctica totalidad de superficie. Eso sí, hacedlo con cuidado, progresivamente y sin doblar las ramas bruscamente y si podéis, utilizad nylon para evitar el deterioro de las ramas.

Una vez distribuidas, colocamos el “CoolTube” de forma ligeramente inclinada, con la parte de la roseta abajo y el extremo contrario ligeramente más arriba. Dado que la bombilla es pequeña y se queda mucho más cerca de las plantas que tiene directamente debajo enviaremos un poco más de luz a las plantas situadas al otro lado.

Te puede Interesar
Genotipos adecuados para cultivos en espacios reducidos

La distancia que dejamos entre la bombilla y las plantas, en este caso, es de entre 15 y 20 cm. Es obvio que habrá partes que recibirán más luz que otras y, lamentablemente, es inevitable. No vale la pena obsesionarse con este tipo de pormenores, lo importante es conseguir un cultivo de calidad.

Durante las primeras semanas de floración notamos lo que muchos cultivadores solemos denominar “el estirón”. En las plantas de tendencia índica éste suele ser el último crecimiento destacable, para luego permanecer en un estancamiento, acompañado de leve crecimiento, el resto de su ciclo vital. En las plantas con tendencia sativa se produce el mismo “estirón” pero el crecimiento suele ser mayor a lo largo de toda la floración.

Aquí suelen complicarse las cosas de nuevo, más aún teniendo diversidad en un espacio tan pequeño. Habrá plantas que crezcan mucho más que otras y las habrá que no dejen de crecer hasta prácticamente el final. Por eso es muy recomendable, en este tipo de espacios, decantarse por plantas similares o llevar a cabo monocultivos. De todas formas, aunque no es una solución final y lo ideal es tener plantas de igual tamaño, podemos “calzar” las más pequeñas e igualarlas a las más grandes poniendo algún objeto bajo las macetas.

En nuestro caso Cheese y Wembley en plena floración (4 y 5 semanas) alcanzaron tamaños similares (unos 55 cm). Wembley es una planta que necesita espacio a lo ancho dada la cantidad de hoja y el tamaño del las mismas. Cheese es una planta que se adapta perfectamente a un espacio menor, teniendo menos cantidad de hoja y más pequeña.

Industrial Plant, con su declarado origen “Nothern”, es una planta perfecta para este espacio, muy poca hoja, tamaño mediano y mucha producción, alcanzando los 65 cm en plena floración. Por último, Lemon Skunk fue la planta más grande de todas y tuvo que podarse hasta dejar 5 ramas. Alcanzó los 75 cm y dificultó mucho el cultivo mostrando cierta tendencia sativa.

En el próximo número os mostramos como superamos los 100 gr de producción, explicando la última fase de la floración y la cosecha. Ya sabéis, paciencia y dedicación.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.