En 2013, el mundo conoció la historia de Charlotte Figi, una niña de 6 años de Colorado que sufría severos y numerosos ataques epilépticos y que, tras someterse a un tratamiento con cannabidiol (CDB), sustancia derivada de la mariguana, logró reducir sus ataques hasta en 99%.

Charlotte, que padece el síndrome de Dravet, un tipo de epilepsia particularmente agresivo, sufría hasta 300 ataques por semana, y no podía hablar, comer o caminar.

Sus padres habían probado todos los tratamientos médicos posibles sin obtener ningún resultado realmente alentador, hasta que decidieron intentar con el aceite de cannabidiol, un derivado de la mariguana medicinal.

Colorado es uno de los 15 estados en los que este producto es legal en Estados Unidos, por lo que los padres de Charlotte consiguieron hacerse de un poco, extraer el aceite y administrárselo en pequeñas dosis a su hija.

El efecto fue visible en poco tiempo, cuando los padres notaron que pasaban las horas y los días sin que la niña tuviera un ataque.

Cuando las hojas que habían conseguido comenzaron a acabarse, Paige, la madre de Charlotte, dio con el negocio de los hermanos Stanley (Joel, Jesse, Jon, Jordan, Jared y Josh), que cultivaban una cepa especial de cannabis, baja en tetrahidrocannabinol (THC), el componente psicoactivo de la mariguana, y alta en cannabidiol (CBD), que tiene propiedades medicinales que, según creen los científicos, calman el exceso de actividad eléctrica y química en el cerebro que causa las convulsiones.

Al poco tiempo de ser tratada con el aceite CBD derivada de esta cepa, los ataques de Charlotte se redujeron de 300 a la semana a sólo tres en un periodo de ocho meses.

Hasta ese momento, la cepa cultivada por los hermanos Stanley había sido catalogada como la “decepción hippie”, debido a su bajo nivel de sustancia psicoactiva.

Sin embargo, al conocer el notorio efecto que tuvo en Charlotte, fue nombrada como “Telaraña de Charlotte”, en referencia al famoso cuento infantil y en honor a la niña que logró una enorme mejora en su salud.

Ahora, el caso de Charlotte ha inspirado un hecho histórico en la visión de la mariguana medicinal en México, luego de que un juez federal autorizara por primera vez en la historia de este país la importación de aceite de CBD, sustancia prohibida por la Ley General de Salud, para el tratamiento médico de una niña de ocho años que sufre fuertes episodios de epilepsia.

Graciela Elizalde Benavides, que padece el síndrome Lennox-Gastaut, una enfermedad que se le ha ido agravando con el tiempo y le provoca hasta 400 convulsiones en un solo día, podría convertirse en la primera mexicana en utilizar legalmente mariguana con fines medicinales.

Los padres de Graciela, que ya le habían suministrado medicamentos lícitos y sometido a una operación para intentar reducir las convulsiones, afirmaron haberse inspirado en el caso de Charlotte y en la notable mejora que tuvo tras el tratamiento con CBD.

En una entrevista para The Washington Post, señalaron que no esperan una recuperación milagrosa, pero piensan que este medicamento podría disminuir o eliminar las convulsiones para que la pequeña pueda progresar en su terapia.

El juez determinó, sin embargo, que previo a suministrarle el medicamento a la niña, profesionales especializados deberán elaborar un informe, vigilar y establecer las dosis, así como contar con un centro hospitalario donde se le atenderá en caso de reacciones negativas y probar que el medicamento se obtuvo legalmente en el país de manufactura.

Fabián Aguinaco, abogado de la familia, calificó este veredicto de “histórico” y de “valiente” y recordó que esta decisión todavía puede ser apelada por las autoridades, aunque de momento no lo han hecho.

Los padres han planificado ya un viaje a EU a finales de este mes para que la niña sea atendida por médicos especializados y le prescriban la medicina.

Fuente 

ae

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.