Tengo 65 años y llevo fumando cannabis de forma habitual (un par de porros todos los días) desde hace 40 años. Hace tres años me diagnosticaron enfermedad de Parkinson. Al principio dejé el cannabis pero me encuentro mejor físicamente cuando fumo ¿Puede el cannabis ser malo o bueno en enfermos de Parkinson?

                La Enfermedad de Parkinson (EP) es una enfermedad degenerativa del sistema nervioso central producida por la muerte de las células de una parte del cerebro llamada sustancia negra que coordina el control de los movimientos del cuerpo. Los síntomas más típicos de la enfermedad son la lentitud de los movimientos voluntarios, la dificultad para el movimiento, rigidez muscular y temblor. Su causa es desconocida, se cree que puede estar en relación con toxinas no identificadas que actúan sobre el cerebro, así como factores de tipo genético o de envejecimiento acelerado. Existen distintos fármacos que contribuyen a aliviar la enfermedad. La mayoría de ellos compensan la falta de dopamina, neurotransmisor que se encuentra disminuido en esta enfermedad.

En el año 2004 se publicó un estudio sobre 339 pacientes afectados de esta enfermedad a los que se envió un cuestionario de forma anónima. El 25% de estos pacientes decían haber fumado cannabis para aliviar los efectos de la enfermedad y un 45,9% de ellos referían algún tipo de mejoría (menos temblor, menos rigidez, mayor facilidad para moverse). Así, existen datos que sugieren que el cannabis podría tener alguna utilidad en esta enfermedad. Sin embargo, los datos son contradictorios y escasos. En 2005 se publicó un ensayo clínico sobre 19 pacientes afectados de EP a quienes se administró un extracto de cannabis oral o placebo. El estudio no encontró diferencias entre el cannabis y el placebo, aunque el cannabis fue bien tolerado y no empeoró la sintomatología de los pacientes. El hecho de que el cannabis se administrara por vía oral es un dato importante a la hora de evaluar las conclusiones, ya que la cantidad de cannabinoides disponibles al utilizar la vía fumada es mucho más elevada.

                Estudios en animales han demostrado que algunos cannabinoides (en concreto el CBD: cannabidiol) pueden tener efectos neuroprotectores. En ratones y ratas a los que se inducen modelos experimentales de EP (inyectando determinadas toxinas), el CBD ha demostrado un efecto neuroprotector. Este cannabinoide tiene también propiedades antioxidativas, neuroprotectoras, antiinflamatorias e inmunosupresoras, como revelan recientes estudios llevados a cabo durante los últimos cuatro o cinco años.

                Es imposible afirmar desde un punto de vista científico si estos efectos pueden aportar algún beneficio a los enfermos de Parkinson, ya que se trata de estudios en animales que no pueden extrapolarse directamente a humanos. Son necesarias investigaciones con un número suficiente de pacientes y con vías de administración que permitan conseguir altas concentraciones de cannabinoides (sublingual, pulmonar…). Los datos disponibles no señalan que el uso de cannabis pueda empeorar los síntomas de la EP o acelerar su evolución aunque poco más podemos afirmar por el momento.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.