Utilizo cannabis fumado desde hace meses para relajar mis músculos, ya que padezco esclerosis múltiple. Me ha ido bastante bien, pero los efectos mentales eran muy potentes y he decidido cambiar a una administración oral. ¿Sería más adecuado el aceite o la tintura? ¿Cuál es el máximo que puedo tomar?

La vía de administración más frecuente del cannabis es fumada, aunque presenta algunos inconvenientes. Al quemar cualquier vegetal, se producen productos tóxicos que irritan el árbol bronquial. Los efectos aparecen de forma rápida y brusca, y además no todo el mundo sabe fumar o le gusta. La vía oral puede suponer una alternativa eficaz, sobre todo en personas que ya conocen los efectos de la sustancia y saben manejarlos. Aun así, es necesario guardar algunas precauciones, ya que la sobredosificación es más probable por vía oral que por vía fumada.  

La tintura de cannabis es una elaboración que se hace partiendo de la marihuana macerada en alcohol etílico. Lo ideal sería disponer de etanol absoluto para realizar la disolución, aunque el alcohol de farmacia es también válido. La marihuana se cubre de suficiente alcohol, se mantiene en un lugar frío y oscuro durante una semana, y se remueve cada día. Después se cuela (por ejemplo, con un filtro de café) y se repite el proceso dos o tres veces. La diferencia entre la tintura y el aceite es que en este último se ha evaporado todo el alcohol, lo que da lugar a una especie de pasta oscura con una concentración elevada de cannabinoides. También se llama en ocasiones “aceite de cannabis” al producto de disolver marihuana en un aceite vegetal (de oliva o de girasol). En este último caso, la concentración de cannabinoides será menor que en la reducción alcohólica.

El problema con estas elaboraciones es que son artesanales, y por ello no es posible conocer con certeza la concentración de cannabinoides que se obtiene en el producto final. Ésta dependerá en primer lugar del tipo y la cantidad de principios activos que estén presentes en la planta, ya que existen variedades con muy distintas proporciones de THC, CBD y otros cannabinoides. Además, habrá que tener en cuenta la eficacia en el método de extracción, que también puede ser variable. ONGs como Energy Control (http://www.energycontrol.org) ofrecen un servicio de análisis en el que se puede determinar la concentración de los distintos cannabinoides en una muestra de tintura o aceite, lo que puede ser muy útil a la hora de facilitar la dosificación.

Por otra parte, también hay que tener en cuenta que la absorción de los cannabinoides es algo más errática por vía oral que por vía fumada. Dependiendo de características personales, sexo, complexión, etc. la absorción puede variar. La dieta y el contenido del estómago es otro factor importante, y para minimizar este efecto puede ser eficaz el uso de la vía sublingual (colocar debajo de la lengua la cantidad deseada de aceite, hasta que se absorba) o ingerirlo con cierta cantidad de alimentos grasos (leche entera, mantequilla, chocolate…).

Acerca del autor

Fernando Caudevilla (DoctorX)
Médico de Familia y experto universitario en drogodependencias. Compagina su actividad asistencial como Médico de Familia en el Servicio Público de Salud con distintas actividades de investigación, divulgación, formación y atención directa a pacientes en campos como el chemsex, nuevas drogas, criptomercados y cannabis terapéutico, entre otros.