Un interesante y detallado artículo sobre las reivindicaciones del movimiento cannábico.

Estimados lectores, durante mucho tiempo, desde distintos ámbitos, se ha venido hablando de las exigencias y reivindicaciones realizadas por el movimiento cannábico, principalmente por cuanto se refiere a las modificaciones legales exigidas por los consumidores y cultivadores de cannabis en España, reivindicaciones que, si bien no se quedan única y exclusivamente en una demanda de cambios legales, pues igualmente exigen cambios sociales, sí que se centran de manera relevante en la modificación del actual régimen jurídico aplicado al cannabis en nuestro país, régimen marcado por una fuerte tacha de ilegalidad ligada a esta planta y a la cultura que gira en su entorno.

Ocurre, sin embargo, que, muchas de estas exigencias o modificaciones legales, y sociales, se han ido planteando de manera dispersa, bien en artículos escritos por personas especialmente identificadas con la defensa de la legalización y la normalización del consumo de cannabis, bien en manifiestos o declaraciones públicas, bien en los programas electorales de diversos partidos, especialmente los denominados partidos cannábicos, o bien en foros o páginas de internet, generándose así un conjunto de exigencias y reivindicaciones que considero, sería interesante sistematizar de algún modo, para poder así, de manera clara, ver y entender las diferentes propuestas realizadas desde diversos ámbitos del movimiento cannábico. Y esa es precisamente la intención de este artículo, presentar de un modo más o menos ordenado las diversas reivindicaciones y propuestas aparecidas respecto a los cambios legales y sociales que en materia de cannabis se demandan a nuestros políticos y a nuestra sociedad en su conjunto.

Lo que es evidente es que, desde el movimiento cannábico, no se aboga por una abolición absoluta de toda norma que se refiera al cannabis, ni se pretende una posición activa de promoción del consumo de ésta u otras sustancias, sino que frente a una política represiva, se propone una política alternativa donde los esfuerzos institucionales vayan dirigidos a prevenir la demanda, a garantizar la seguridad de los consumidores (regulación del mercado), a prestar asistencia socio-sanitaria a aquellos consumidores que la precisen, y donde se eliminasen las sanciones penales y administrativas en lo que se refiere al tráfico de estas sustancias entre adultos, pero estableciendo una intervención administrativa estricta por cuanto se refiere a su producción, distribución y venta, con sanciones (penales y/o administrativas) para todos aquellos que no respeten las nuevas normas, especialmente en aquellas conductas socialmente más reprobables, como la venta de este tipo de sustancias a menores o personas carentes de decisión autónoma (discapacitados o adictos).

Sobre este modelo se han realizado diversas propuestas, debiendo destacarse que algunas de ellas no han provenido del movimiento cannábico, si no de otros foros donde, sin compartir necesariamente la cultura y las motivaciones de este movimiento, ha parecido defenderse un modo distinto de afrontar la cuestión de las drogas. Especialmente relevante en este sentido fue la denominada “Propuesta alternativa a la actual política criminal sobre drogas”, más conocido como “Manifiesto de Málaga”, que fue elaborado en 1989 por el Grupo de Estudios de Política Criminal, grupo de juristas, jueces y catedráticos de derecho penal principalmente, “preocupados por la problemática de la drogadicción” que “desean llamar la atención (…) sobre el fracaso (…) de la política represiva”.  En todo caso, el movimiento cannábico, sus asociaciones y partidos, han planteado fórmulas de acción que engloban buena parte de las propuestas contenidas en dicho manifiesto, adaptándolas, es obvio, al caso concreto del cannabis.

Realizando una labor de síntesis entre las distintas manifestaciones surgidas de diferentes ámbitos del movimiento cannábico, podríamos decir que las principales reivindicaciones o exigencias cannábicas serían las indicadas a continuación. Debe señalarse en este punto que, para articular este ideario o conjunto de reivindicaciones, he utilizado, principalmente, el documento denominado “Bases para un Consenso Social sobre el fenómeno del Cannabis, en clave de normalización”, más conocido como “Manifiesto de Oñate”, suscrito por un grupo de profesionales interdisciplinares y representantes de diversas asociaciones cannábicas; la denominada “Propuesta Barriuso”, modelo ideal presentado por este estudioso y activista cannábico, que recoge propuestas para el establecimiento de un mercado legal del cannabis en España; y los programas electorales del Partido Cannabis por la Legalización y Normalización (PCLyN) y de Representación Cannábica Navarra (RNC-NOK), presentados en las distintas elecciones a las que estos partidos han concurrido.

Así, estructuradas por categorías, las principales reivindicaciones del movimiento cannábico considero que son las siguientes:

1. Respeto a los derechos individuales

A) Respeto de los derechos de las personas consumidoras y de las no consumidoras y protección de los derechos de los colectivos más débiles y vulnerables, con especial atención a los derechos de los menores como personas en proceso de maduración y de aquellos que no tienen capacidad para decidir de manera autónoma.

B) Descentralizar el poder estatal y aprobar reformas estatutarias para que las Comunidades Autónomas adquieran más competencias en el ámbito sanitario, económico, agrícola y social para hacer realidad la Legalización del Cannabis Lúdico, para los adultos con mayoría de edad, y la Legalización del Cannabis Medicinal.

2. Política normalizadora

A) Una política normalizadora en materia de cannabis que permita sentar las bases para que las cuestiones preventivas, sociales, educativas, sanitarias y de reducción de riesgos primen sobre las sancionadoras. Se trataría de generar un debate social para crear un consenso capaz de modificar los criterios actualmente predominantes por otros más coherentes con el Estado social y democrático de Derecho.

B) Aprobación de una propuesta de normalización que promueva cambios legislativos oportunos para poder utilizar y disfrutar del cannabis en todas sus facetas: terapéutica, industrial, ecológica e, incluso lúdica.

C) Profundizar en una política normalizadora respecto al cannabis y sus derivados, lejos de promover la inocuidad y la promoción de este tipo de sustancias, lo que supondría la desaparición de los efectos secundarios de la actual política prohibicionista (adulteración, control social a las personas consumidoras, corrupción, el denominado blanqueo de dinero proveniente del tráfico ilícito,…) y permitiría potenciar una actitud responsable ante el cannabis (que abarca desde el no uso, hasta un uso responsable, entendido éste como una asunción de las consecuencias de ese uso, es decir, asumir los efectos sobre su salud y sobre las secuelas que pudiera dejar en su entorno), por parte de las personas consumidoras y por quienes intervienen en los diversos campos de este fenómeno social.

3. Eliminación de reproches penales y administrativos

A) Fin de la represión penal y administrativa para los consumidores de cannabis, pudiendo sancionarse únicamente aquellas conductas que queden fuera de la nueva regulación propuesta (seguiría castigándose penalmente, por ejemplo, la venta o facilitación de cannabis a menores, y sancionándose administrativamente el consumo en lugares no permitidos por la futura norma, por ejemplo, en un hospital o un centro educativo)

B) Amnistía, indulto, suspensión o anulación de todos los procedimientos penales y administrativos instruidos frente a consumidores de cannabis, siempre que las conductas que se les imputan no infrinjan también las nuevas normas aprobadas. Igualmente la cancelación de todo antecedente penal, policial o administrativo existente al respecto.

C) El consumo y la tenencia para el consumo personal no deben estar sancionados. De igual modo, el cultivo para autoconsumo debería estar regulado para poder proteger la facultad de consumir de las personas adultas.

D) Legalización y promoción del autocultivo y autoabastecimiento de cannabis. La regularización permitiría que cualquier persona con mayoría de edad pueda plantar hasta un número máximo de plantas en exterior o de m cuadrados en interior sin tener que solicitar autorización administrativa. Cualquier cantidad superior a ésta, se consideraría para el mercado y debería adaptarse a las normas al respecto que se estableciesen. Se reconocería el cultivo compartido (sumando las cantidades individuales de cada uno de los participantes) y el intercambio sin finalidad comercial entre particulares mayores de edad.

4. Mercado

A)    La producción comercial se realizaría bajo licencia o autorización administrativa, creándose un registro de productores. Dado que existen ya cultivos autorizados para uso textil y medicinal, se propone crear un registro único de todos los productores de cannabis, especificando en dicho registro el uso textil, lúdico o médico de la producción. A este sistema de producción podrían aplicársele fórmulas ya existentes para otros productos como, por ejemplo, la creación de consejos reguladores, denominaciones de origen, certificados de producción ecológica.

B)    El cannabis y sus derivados deberían estar correctamente identificados con su etiqueta, como todo producto de consumo puesto en el mercado

C) Podrían establecerse puntos únicamente de venta (como estancos) o puntos de venta y consumo (coffeshops). La venta o el acceso, según el caso, estaría limitado por la edad, y la sustancia se vendería en bruto y con un límite por persona/día.
Se incluiría el control fitosanitario por parte de la Administración de todo el cannabis que se produjese y la capacidad de ésta para sancionar a quien venda algo en mal estado. La dispensación para usos terapéuticos seguiría el canal tradicional de venta en farmacia bajo receta médica.

D) Regularización de la producción y del mercado de semillas de cannabis mediante autorización administrativa y control fitosanitario para la producción de semillas de cannabis con denominación de origen para el abastecimiento del mercado y del autoconsumo.

E) Creación de un Consejo Regulador y Controlador del Cannabis, que se encargaría de llevar a cabo un efectivo control de calidad del cannabis puesto en el mercado. Dicho órgano tendrá potestad sancionadora a los establecimientos y gestionará las licencias y autorizaciones administrativas correspondientes. Asimismo, controlaría fitosanitariamente el producto que llega al mercado y velaría por el cumplimiento del resto de normas.

F) Se apuesta principalmente por una producción interna, tanto por el beneficio económico y la revitalización que ello supondría para un sector muy castigado, como es la agricultura, como por la dificultad, dado el estado general de prohibición en el resto de países, que haría bastante complicada una importación legal. Esta producción interna y administrativamente controlada, limitaría en muy gran medida la actuación de las mafias sobre el sector.

G) Establecimiento de un sistema impositivo alrededor de esta actividad de mercado, es decir, se propone que la producción tribute como cualquier otra actividad agrícola, y, a parte, la creación de un impuesto especial que gravara la venta del cannabis lúdico y sus derivados (IMPUESTO VERDE), en la línea de los impuestos especiales que se aplican a tabaco y alcohol. Dicho impuesto iría destinado, principalmente, a sufragar gasto sanitario, gasto en campañas preventivas y de educación y a financiar la estructura administrativa responsable del control de este mercado.

5. Uso Terapéutico

A) La política prohibicionista no puede ser un impedimento para el uso terapéutico del cannabis y sus derivados. En necesario eliminar cualquier tipo de impedimento, que pudiera obstaculizar la profundización en los usos terapéuticos del cannabis y sus derivados. Estas sustancias deben ser investigadas como cualquier otra y deben seguir el mismo proceso que otros productos regulados en la ley del medicamento, para contrastar su capacidad terapéutica. Hasta la conclusión de ese proceso, es necesario legislar para dar respuesta a las demandas planteadas desde diversos colectivos de enfermos crónicos respecto al uso terapéutico del cannabis.

B) Las Administraciones públicas deben, no sólo eliminar las trabas burocráticas que dificultan las investigaciones de los usos terapéuticos del cannabis, sino también fomentar la investigación con la promoción y financiación de ensayos clínicos, y en otros campos de actuación: como prevención, educación o asistencia

 

6. Información e investigación

A) Se propone la promoción y enseñanza gratuita sobre los riesgos y sobre su prevención respecto del consumo de drogas, del cannabis en particular, y ello con el diseño y aplicación de un plan integral de prevención de riesgos en el que participen los agentes sociales y de mercado para que sea realmente eficaz.

B) La creación de un centro común de estudios del cannabis que sirva como centro de documentación y que sea el referente en la investigación y desarrollo de las propiedades del cannabis en todas sus facetas

C) Se propone la creación de un parque temático sobre el Cannabis, cáñamo y energías alternativas, en el que se mostraría todo aquello relacionado con la planta, sus usos y sus implicaciones culturales.

 

7. Política internacional

A) Promover acciones para eliminar el cannabis de la lista de sustancias prohibidas aprobadas por las Organizaciones Internacionales y suscritas por el Estado Español.

B) Denuncia y solicitud de exclusión de los tratados internacionales firmados por España en los que se incluya el cannabis como sustancia sometida a control. (Convención Única de Viena de 1961 y ratificaciones posteriores)

C) Potenciación de la colaboración entre países Europeos a través de cumbres y reuniones que sirvan para acercar posturas políticas para una normativa básica y común de normalización del Cannabis

D) Pacto de garantías al derecho de los estados miembros a generar y gestionar sin interferencias comunitarias sus propias políticas internas de prevención de riesgos y reducción de daños relacionados con el uso y abuso de Drogas

E) La creación de fondos de ayuda y subvenciones comunitarias a los procesos de transformación y manufacturado del cáñamo

F) La búsqueda de Acuerdos de colaboración y convergencia con otros piases miembros de la Unión Europea en Políticas de dispensación y receta de Marihuana terapéutica en su estado vegetal a través de un sistema sanitario comunitario de carácter gratuito

 
Como vemos, el listado de reivindicaciones es extenso, y se realizan propuestas realmente interesantes, pudiéndose así pensar en que un sistema como el propuesto, con los ajustes oportunos, podría funcionar, cosa distinta es que exista la voluntad política para afrontar los cambios necesarios para que ello ocurra. Sinceramente, creo que, hoy por hoy, los grandes partidos no están por la labor de provocar el cambio. Sobre la posición de los partidos políticos no cannábicos sobre la cuestión del cannabis trataré en otro momento, baste ahora dejar plasmada las principales exigencias del movimiento cannábico, para que se genere así la reflexión y el debate sobre las mismas, para poder, de este modo, consolidarlas, mejorarlas y/o completarlas. Os animo a ello.

Lectura, reflexión y opinión (preferiblemente en ese orden…)

 

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