El gobierno de Dilma Rousseff manifestó su rechazo a un proyecto de ley de regulación de la droga que pretende resolver el hacinamiento carcelario. “La legalización no está en la agenda”, dijo el ministro de Justicia
En los proyectos de estos legisladors se destaca que la liberación de las drogas, sobre todo de la marihuana,serviría para descomprimir el sistema carcelario,que está abarrotado de condenados por tráfico de droga,la gran mayoría por el comercio de pequeñas cantidades, según destaca O Globo.
El ministro de Justicia ha dicho queno será la legalización de la marihuana lo que solucione el problema del hacinamiento carcelario, sino laconstrucción de nuevas prisiones. Prometió además un sistema de medidas cautelares, como eel monitoreo electrónico y la aplicación de penas preventivas.
Durante el primer gobierno de Rousseff, y sobre todo cuando Uruguay anunció la regulación del cannabis el Congreso iniciò un debate sobre el tema. Pero cualquier cambio en la legislación fue bloqueado de inmediato por la poderosabancada evangélica, que forma parte de la coalición de gobierno liderada por el Partido de los Trabajadores (PT).
Fueron los votos evangélicos los que, en buena medida, permitieron el ajustado triunfo que dio la reelección en segunda vuelta a Rousseff.
En diciembre, sin embargo, laAgencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) dijo en un comunicado difundido en su página de internet quea partir de enero comenzarían las deliberaciones sobre la “reclasificación” medicinal de la sustancia cannabidiol, que está prohibida en Brasil.
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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.