Cada día nos cuestionamos más el uso de pesticidas químicos para el control de plagas y enfermedades en los cultivos de cannabis. Los motivos principales son: su efecto negativo sobre los seres humanos, proteger el medio ambiente y porque la realización de tratamientos químicos es claramente antagonista al concepto de marihuana medicinal. Dolores de cabeza, ansia, alucinaciones, brotes sicóticos, etc. son solo algunos de los efectos secundarios de consumir cannabis tratado con los pesticidas más convencionales.

Por Massimiliano Salami (drgrow)

Existen alternativas más eficaces y saludables a los métodos químicos, como por ejemplo el uso de biopesticidas, de enmiendas orgánicas, plantas resistentes, microorganismos beneficiosos y rotación de cultivos, entre muchas otras… Todas estas alternativas no son excluyentes entre sí, todo lo contrario, la combinación de ellas de manera correcta podría llevar a un control más eficaz para este cultivo tan especial.

Este mes nos centraremos en los biopesticidas, definiremos a estos fitosanitarios más ecológicos y sostenibles. El fin es invitar a los cannabicultores a realizar un cambio en sus métodos de control de plagas y enfermedades, que hasta ahora han sido con carácter curativo, por estrategias preventivas, que son más eficientes, y finalmente son la única y verdadera solución a estos problemas que afectan al cultivo de cannabis medicinal.

Los biopesticidas son productos que contienen uno o más microorganismos como ingrediente activo, o bien se extraen de un ser vivo mediante procedimientos que no alteran su composición química. Pueden estar constituidos por toda o una parte de la sustancia extraída, concentrada o no, adicionada o no a sustancias coadyuvantes. El biopesticida más conocido es el Bacillus thuringiensis (Bt) para el control de orugas de lepidópteros.

El empleo de biopesticidas tiene unas claras y definidas ventajas y desventajas, si comparamos su acción con pesticidas químicos, de tipo neurotóxico u otros.

Principales ventajas del empleo de biopesticidas:

  1. La especificidad en su actuación.
  2. Respeto al medio ambiente.
  3. Las plagas y los patógenos tienden a desarrollar menor resistencia a los productos microbianos que a los productos químicos.

Las principales desventajas del empleo de biopesticidas:

  1. Una efectividad de control en general es menor que los productos químicos.
  2. Su acción no es inmediata.
  3. Los biopesticidas presentan muchas dificultades de producción a nivel comercial.
  4. En estrategias preventivas son más efectivos que en estrategias curativas. Casi todos los formulados son preparados que hay que aplicar normalmente antes de que el problema aparezca.
  5. En general los biopesticidas presentan una mayor sensibilidad a factores ambientales como la temperatura, radiación UV y humedad.

NOTA: El punto 4 de las desventajas de empleo de biopesticidas podemos considerarlo también como una ventaja, ya que antiguamente no se disponía de dichas herramientas de carácter preventivo, y estas son más acordes con las estrategias actuales de control. Como bien hemos visto a los largo de estos años, la prevención es mucho más eficaz de la cura (¡nunca me cansaré de decirlo!).

En la cannabiscultura, tanto de interior como de exterior, los biopesticidas usados se dividen en 3 grupos: los bioinsecticidas, biofungicidas y bionematicidas.

Bioinsecticida actuando sobre una mosca blanca.

Bioinsecticidas

Históricamente los bioinsecticidas han sido los más estudiados de los biopesticidas. Los bioinsecticidas suelen estar formulados a base de bacterias, virus, nemátodos u hongos.

Los bioinsecticidas son en general muy específicos, algunos son eficaces sobre varias especies de insectos o ácaros plaga, incluso de distinta familias, mientras que otros son altamente específicos sobre determinados géneros e incluso sobre especies individuales.

Bacterias

La mayoría de productos están basados en diferentes cepas de la bacteria gram-positiva, como el Bacillus thuringiensis, la cual produce toxinas específicas (δ-endotoxinas) altamente letales para diferentes órdenes de insectos.

Otro tipo de productos se basan en la extracción de la δ-endotoxina que es incorporada a un plásmido que se inserta a un aislado de Pseudomonas fluorescens. A las células bacterianas recombinantes se les permite crecer en un medio de cultivo adecuado para que expresen la δ-endotoxina y posteriormente se les aplica un tratamiento de alta temperatura. Las células bacterianas muertas sirven de microcápsulas que protegen a la frágil toxina de Bacillus thuringiensis.

Virus

Los formulados a base de virus no se han extendido todavía en la cannabiscultura medicinal. Un motivo es el desconocimiento por parte de los cultivadores de la existencia de dicho producto y el miedo subjetivo asociado a la naturaleza de los bioinsecticidas virales. Otro factor a tener en cuenta es que estos compuestos microbianos se han formulado para el control de plagas como las langostas o determinadas orugas de mariposas más frecuentes en la agricultura extensiva.

Los inconvenientes relacionados con los biopesticidas virales son: una elevada especificidad en sus huéspedes, bajo nivel de virulencia, poca estabilidad a la luz UV, dificultades en la producción y una pobre persistencia en el entorno que además va muy sujeta a las condiciones ambientales.

Hongos

De todos los bioinsecticidas, los formulados micóticos son los más frecuentes en el control de plagas en el cultivo del cannabis. Aunque su eficacia es muy variable y dependiente de las condiciones ambientales, estos bioinsecticidas, son por lo general una herramienta muy eficaz.

Los formulados compuestos por el hongo Beauveria bassiana y Paecilomyces fumosoreus para el control de la mosca blanca son muy comunes, al igual que Verticillium lecanii para homópteros como los áfidos y moscas blancas. Para el control de la mosca del mantillo se usan las enmiendas orgánicas con efecto bioinseticida, Jumus Black Gold y Jumus Doble Cero.

Los Steinernema feltiae se usan como biopesticidas para el control de la mosca del mantillo.

Nemátodos

Existen algunas especies de nemátodos como los Steinermema feltiae, que se emplean para elaborar bioinsecticidas contra la mosca del mantillo, trips (durante la fase que realiza en el suelo) o el Steinernema carpocapsae, para orugas de mariposas y polillas.

Biofungicidas

Muchos han sido los microorganismos que de manera experimental se han aislado y probado su actividad funguicida, aunque no todos han desarrollado finalmente un producto comercial.

En general los biofungicidas son productos formulados a base de bacterias u hongos.

Bacterias

Es posible encontrar en el mercado distintos productos de origen bacteriano para el control de hongos de raíz y cuello a base de diferentes aislados de los géneros Bacillus, Pseudomonas y Streptomyces. Recordemos la importancia que tiene la bacteria Bacillus subtilis en la prevención del Oidio, hongo biotrófico altamente infeccioso en la península ibérica.

Hongos

Existe un considerable trabajo realizado con Trichoderma y Gliocladium debido a su fácil aislamiento, cultivo y fermentación a gran escala. En el nº94 de la Cannabis Magazine se habló más profundamente sobre las Trichoderma como parte de la microbiota del suelo. Otros hongos menos conocidos pero no por eso menos importantes son Ampelomyces quisqualis, de algunas razas de Fusarium oxysporium, Phytium oligandrum, Coniothyrium minitans y Phlebiopsis gigantea también se han desarrollado distintos productos comerciales.

Bionematicidas

Pocos son los productos bionematicidas que se comercializan actualmente. Los nemátodos no se consideran todavía un grave problema en el cultivo del cannabis. La mayoría de organismos estudiados son de tipo fúngico aunque también existen algunas bacterias.

Larvas de mosca del mantillo muertas por una infección de Jumus Doble Cero.

Bacterias

Ensayos realizados desde hace décadas con Pasteuria penetrans demuestran su capacidad para controlar nemátodos, pero la complejidad de su cría, la dificultad de producir esporas en cantidades elevadas y la especificidad huésped-bacteria, son las principales limitaciones para su uso a nivel comercial. Otra bacteria usada en el control de los nemátodos agalladores (Meloidogyne sp.) es el Bacillus firmus.

Hongos

Ciertas especies de hongos como Nematophtora gynophila, Arthrobotrys oligospora, Paecylomyces lilacinus y Verticillum chlamydosporium son parásitos de nemátodos. No existe su producción a nivel comercial debido a su lento crecimiento en condiciones in vitro, el poco tiempo de supervivencia del cultivo, sus requerimientos nutricionales y algunas inconsistencias entre los distintos ensayos de campo.

El uso de agentes de control biológico está empezando a asumir un papel importante en el campo de la cannabiscultura moderna. Su aplicación junto otros métodos alternativos (control parabiológico) a los productos químicos permitirá obtener rendimientos satisfactorios sin peligros, de mejor calidad organoléptica, mayor concentración en cannabinoides y con el sello de “Marihuana Medicinal”.

Agradeciemientos: Fede (Dr. Grow´s Productions)

 

Referencias:

BACKMAN, P. A, WILSON, M., MURPHY J. F. 1997. Bacteria for biological control of plant diseases. Rechcigl, N.A. y Rechcigl, J.E. (Ed.), En Environmentally safe approaches to crop disease control. Boca Raton, Florida, USA.

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SALAMI, M. 2008. Cannabis sativa L., Dr. Grow´s Productions.

SALAMI, M. 2012. Agentes microbianos. Cannabis magazine nº 94.

WILSON, M., BACKMAN P. A. 1998. Biological control of plant pathogens. Ruberson, J. R. (Ed.). En: Handbook of Pest Management. Marcel Dekker.

Acerca del autor

Massimiliano Salami
Massimiliano Salami es escritor, autor del libro Cannabis sativa L., colaborador de Cannabis Magazine e investigador en el cultivo del cannabis. Licenciado en matemáticas, es técnico en gestión de empresas agropecuarias con amplia experiencia como breeder.