Desde diciembre de 2013, Uruguay es el primer país del mundo que ha legalizado la producción y venta de marihuana, un papel pionero que tiene su precio a la hora de llevarlo a la realidad. La distribución del cannabis está prevista por tres vías: el autocultivo, la inscripción en un registro que dará acceso a la sustancia en las farmacias o la entrada en un club canábico. El Gobierno uruguayo todavía no ha habilitado ninguna de estas formas de consumo, pero en la práctica el autocultivo de la planta se halla en pleno auge a la espera de que la ley tome forma, informa El País.

Las autoridades uruguayas acaban de hacer el primer llamamiento a la licitación para los cultivadores que provean al Estado, según fuentes cercanas al Ejecutivo. El cannabis que produzcan será enviado a las farmacias y estará a disposición de los consumidores registrados. Las empresas trabajarán en campos propiedad del Estado, idealmente alejados de las zonas de frontera con Brasil y Argentina. Serán seleccionadas cinco firmas nacionales o extranjeras cuya “producción se realizará en instalaciones tales como invernáculos o recintos cerrados con condiciones controladas de temperatura, luz y humedad”, precisaron las autoridades. El 18 de agosto se conocerán las empresas.

La Federación Nacional de Cannabicultores de Uruguay calcula que la inversión para iniciar una plantación a gran escala ronda los 1,5 millones de dólares. El Gobierno espera que la marihuana esté en las farmacias en diciembre, pero muchos hablan de enero de 2015, ya que los plantadores tendrán que construir instalaciones y esperar la cosecha. Otro asunto pendiente es el registro de consumidores en el que deberá estar inscrito todo aquel que quiera acceder a la sustancia en las farmacias. Una empresa informática trabaja en el desarrollo de una red protegida ante cualquier intervención externa, ya que la ley garantiza la privacidad de los usuarios.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.