Cuando conocí la hidroponía, allá por el año 1989, en el mercado todavía existían pocos productos para este método de cultivo. Estábamos en California y creo que la única empresa que ofrecía estos productos en todo el continente americano era General Hydroponics. Nuestra línea de abonos estaba compuesta por Flora Series y reguladores de pH. En ese momento pensábamos que con eso era suficiente, y es que la fórmula de Flora Series era muy precisa y revolucionaria en aquella época.

por Noucetta Kehdi, GHE

Así es, desde que trabajo en el ámbito de la hidroponía he visto una gran cantidad de magníficas plantaciones cultivadas tan solo con esos productos, tanto en tierra como en hidroponía, entre ellas nuestra granja hidropónica White Owl WaterFarm en Sebastopol (California), donde cultivábamos en AeroFlos verduras y lechugas que vendíamos a los mejores restaurantes de la bahía de San Francisco. A pesar de ser los pioneros de la época, he de decir que hemos aprendido mucho desde entonces.

Gracias a los estudios y a las pruebas que hemos realizado, así como al desarrollo de los avances científicos, hemos descubierto que la tierra está compuesta por otros elementos, tan esenciales como las ya conocidas sales minerales, que no nutren directamente a la planta, pero sí intervienen en su salud. Hemos aprendido que cultivar una planta es al mismo tiempo un acto simple y un fenómeno de gran complejidad, pues más allá de las sales minerales existen numerosas interacciones naturales que hacen que una planta no sea tan solo más productiva, esté más desarrollada o contenga más principios activos, sino que también sea “más feliz”. Puede parecer una tontería, pero una planta hermosa y fuerte marca sin duda la diferencia. En ciertos momentos de su vida, con los aportes suplementarios necesarios, parece que la planta tiene más vigor y se desarrolla aún más.

Aportar los beneficios de la tierra a la hidroponía

Hasta que descubrimos la bioponía, es decir, la hidroponía biológica, nuestra última meta era aportar los beneficios de la tierra a la hidroponía. Tanto en la hidroponía, método en el que no utilizamos la tierra, como en suelo, en función de la fertilidad del terreno, a veces es necesario añadir elementos que faciliten el desarrollo, el crecimiento y la producción de los cultivos.

En un primer momento nos interesamos por el silicato, que se convirtió en elemento esencial para la hidroponía y que no solía estar presente en las fórmulas nutritivas. Después descubrimos los ácidos fúlvicos y húmicos, que han demostrado ser potentes estimulantes para el crecimiento. Poco a poco hemos ido añadiendo productos biológicos con el aporte de microorganismos, extractos de aceites esenciales, abonos de gusanos, de algas, de purín, etc.

En la actualidad, algunos de estos productos se utilizan poco o mal, pero su eficacia está probada, teniendo en cuenta que nuestros abuelos y las generaciones que les preceden los han utilizado con buenos resultados durante siglos. A continuación me gustaría hablar del purín de ortiga, de los extractos de humus de lombriz y de los extractos de algas, ya que son mis favoritos, aunque hay muchos más.

El purín de ortigas

El purín de ortigas, que solía fabricarse tradicionalmente en las granjas, forma parte de esos productos altamente eficaces que se han quedado un poco olvidados. Se trata de un producto fácil de hacer en casa, sobre todo si vivimos en el campo. Su preparación es muy sencilla: basta con poner en un recipiente (mejor si no es metálico) 1 kg de ortigas recién cortadas y troceadas y añadir 10 litros de agua. Para el purín se suele utilizar la ortiga verde. Debemos remover la mezcla con regularidad y dejar que fermente más o menos según la temperatura ambiente. La fermentación habrá terminado cuando no haya burbujas. Si queremos una receta más detallada, en internet hay muchas que explican el proceso paso a paso. El único inconveniente de hacer el purín de ortigas en casa es que se trata de un proceso largo y el olor es muy fuerte, por lo que mejor si podemos hacerlo en el campo o al fondo del jardín.

Sin embargo, se trata de un producto excelente y sería una pena no hacer uso de él. También se puede adquirir en viveros y tiendas de jardinería. La ortiga contiene un gran número de minerales, especialmente mucho hierro y silicio, así como nitrato, potasio y magnesio. Se suele aplicar en la primera etapa de crecimiento debido a su alto contenido en nitrógeno, que estimula especialmente el crecimiento. Como abono, se utilizan 2 litros por cada 10 litros para mejorar la productividad y aumentar la calidad de la cosecha. En una dosis más pequeña (1 litro por cada 10 litros), se utiliza como pulverización foliar y repelente contra pulgones y algunos ácaros, sobre todo cuando está bien fresca. También se usa para combatir las enfermedades criptogámicas que provocan los hongos como el mildiu, oídio, botrytis y marchitamiento fúngico.

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Se puede recurrir a otros purines, igual de eficaces, como los purines de consuelda, de cola de caballo, de diente de león, de tanaceto y otros, cada uno con propiedades diferentes. El purín de consuelda contiene potasio y minerales. Fortifica las plantas y les permite luchar contra enfermedades y carencias. El purín de diente de león contiene potasio y silicio. El purín de cola de caballo contiene una alta cantidad de silicio y se conoce por ser un fungicida natural así como un buen repelente contra varios parásitos, en especial contra los pulgones.

Algunos jardineros alternan el uso de purín de ortiga y de consuelda, sobre todo como método de prevención: «Son fertilizantes: la ortiga aporta nitrógeno y la consuelda potasio. Estos “estimulantes” refuerzan las defensas de las plantas». Fuente: http://goo.gl/pn4tsY (en francés). Para más información consulte http://goo.gl/nkAhVu.

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Té de humus de lombriz

Los tés o extractos de humus de lombriz tienen su origen en los abonos de desechos orgánicos de las lombrices, que dan nombre a este proceso. ¿Por qué las lombrices? Estos pequeños animales son capaces de digerir una cantidad impresionante de desechos orgánicos (por ejemplo: todos los desechos vegetales que se quedan en la cocina) en un muy poco tiempo y lo convierten en un abono ligero y muy nutritivo. El humus de lombriz, así como el líquido que de él se extrae, tiene un alto contenido en nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio. Además, nutre la planta y le aporta un suplemento de microelementos beneficiosos. Asimismo, contiene una gran diversidad de microorganismos, bacterias y hongos, y mejora la fertilidad del suelo además de permitir a la planta luchar contra enfermedades e infecciones, estimulando la actividad microbiana en la zona radicular. También acelera la germinación, refuerza y protege las raíces y mejora el sabor y el aroma de los frutos. El líquido, a veces denominado té o extracto de lombriz, permite añadirlo a una solución hidropónica, especialmente después de haberlo filtrado.

Al igual que ocurre con el purín de ortigas, podemos fabricar el extracto de humus de lombriz en nuestra propia casa, tanto en la ciudad como en el campo, e incluso en la cocina. De hecho, se venden pequeños compostadores de lombrices fáciles y listos para usar, que también empiezan a existir a nivel comunitario y colectivo. Asimismo, al menos en Francia y Bélgica, hay lugares privados donde los que se inician en este ámbito o los que necesitan más lombrices pueden ir para abastecerse de las lombrices de la variedad correcta. Se utilizan lombrices comunes, de la variedad Eisenia (andrei, hortensis y foetida), que parece resistente, muy eficaz y que se adapta a condiciones climáticas muy diversas. En la tierra, suelen encontrarse en la superficie, en los 20 primeros centímetros, donde viven en silencio y oscuridad, a temperaturas cercanas a los 20°C.

Los que quieran podrán adquirir fácilmente un compostador de lombrices listo para usar o, si lo prefieren, pueden fabricarlo ellos mismos. Para obtener más información, en Google hay un sinfín de explicaciones sobre ambas posibilidades. No es difícil, pero es necesario seguir las instrucciones y ser limpio y metódico ya que es fácil hacer mal el abono y encontrarse lleno de pequeños insectos, drosophilas, larvas de suelo y otros, o directamente matar las lombrices. Sin embargo, afortunadamente, al igual que el purín de ortiga, también podemos comprar en las tiendas extractos de lombriz ya preparados, fáciles de utilizar y eficaces. Como ocurre con el purín de ortiga, sería una pena no utilizar este producto. Los beneficios de ambos son conocidos desde hace mucho tiempo, además de ser ecológicos y estar catalogados como productos éticos y sostenibles. Los extractos de lombriz se pueden utilizar tanto en cultivo en tierra como en hidroponía, con el método de irrigación y sobre todo con la pulverización foliar.

Extractos de algas

Un alga es una planta como cualquier otra, que contiene elementos beneficiosos tanto para el consumo humano como para el cultivo de plantas. Su utilización para enriquecer las tierras agrícolas se remonta años atrás, en especial (obviamente) en las zonas cercanas al mar. Según la región, se recogían algas pardas, rojas o verdes, o todas en el mismo lugar. Las algas son muy útiles y ricas en diferentes elementos. Poco a poco, esta utilización se fue haciendo tan popular que en el siglo XII hubo que regularla para permitir a los agricultores de los diferentes municipios costeros tener acceso de forma equitativa. Más tarde se descubrieron otras utilidades de las algas en diferentes sectores de la industria, especialmente en el de la cosmética, la alimentación, los biocarburantes y la química verde. La demanda aumentó y la recogida se transformó en grandes cosechas a gran escala. Se suele pensar que las algas son una materia renovable y que, por tanto, se pueden utilizar en abundancia, pero no es tan sencillo. Algunas variedades, como el alga parda Ascophyllum nodosum (es un alga perenne que puede vivir durante muchos años, los tallos podrían llegar a los 25 años y las matas, capaces de regenerarse por su base, podrían vivir varios siglos) de una gran riqueza, crece de forma muy lenta. Así pues, es preciso recogerlas con mucha prudencia. En http://goo.gl/DKnw1I (en francés) podrá encontrar información sobre la recolección de las algas. Por ejemplo, se recomienda no arrancar el órgano de fijación, sino dejar el pedúnculo sobre su apoyo para favorecer el rebrote, así como cortar la planta con cuchillo para permitir que se recupere rápidamente y conservar las especies.

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¿Por qué las algas? Al provenir de mares y océanos, han acumulado una gran variedad de elementos beneficiosos para la planta: un 70% de materia orgánica que puede descomponerse y el resto de sales minerales nutritivas (más de 20) como nitrógeno, potasio, calcio, hierro, magnesio, azufre, zinc, cromo, níquel, yodo, etc. y, por supuesto, sodio. Además, recomendamos a los que recogen algas en las playas que las laven con agua fresca y las enjuaguen para quitarles la sal antes de ponerlas en su huerta. Extendidas en el suelo, se descomponen rápidamente y liberan estos elementos que pueden aprovechar las plantas.

Además de su función como abono gracias a su riqueza en sales minerales, oligoelementos, vitaminas y aminoácidos, también desempeñan la función de bioestimulantes, es decir, estimulan el crecimiento favoreciendo la absorción de elementos nutritivos. También son estimulantes, es decir, activan el sistema de defensa natural de las plantas y refuerzan su resistencia ante insectos y enfermedades. Las algas permiten un abundante desarrollo radicular y un crecimiento prolífico, además de mejorar el rendimiento de sus cultivos. Se pueden utilizar en la solución nutritiva como abono, pero también en la pulverización foliar, durante toda la vida de la planta.

Evidentemente, para los que no vivan cerca del mar pero quieran probar los beneficios de las algas, hay un gran número de empresas que las fabrican y podrán encontrarlas en todos las growshops que ofrecen una amplia gama de productos naturales de calidad. El purín de ortiga, los extractos de humus de lombriz y los extractos de algas son tres suplementos naturales muy satisfactorios que se pueden utilizar para cultivos en tierra, fibra de coco y en aeroponía. Se trata de productos ecológicos y normalmente biológicos. La primavera ya está aquí, es el momento de pensar en las nuevas cosechas y en estos productos simples y eficaces que traerán la felicidad a las plantaciones, tanto en huertos exteriores como en un pequeño jardín hidropónico en el tejado.

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Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.