Albert Hofmann, uno de los científicos más importantes del siglo XX, el químico más conocido de ese siglo, mundialmente famoso por haber descubierto la LSD —pero creador también de otros fármacos con aplicaciones terapéuticas muy útiles—, falleció el 29 de abril de 2008 después de toda una vida dedicada a la investigación, las humanidades y la defensa del buen uso de las sustancias psicoactivas. Era miembro del Comité del Premio Nobel, de la Academia Mundial de Ciencias, de la Sociedad Internacional para la Investigación sobre Plantas y de la Sociedad Americana de Farmacognosia, además de Doctor Honoris Causa por el Instituto de Tecnología de Zurich, la Universidad Libre de Berlín y el Real Instituto de Tecnología de Estocolmo. Genial químico, buen filósofo y mejor persona, este ciudadano suizo descubrió la droga más potente de todas las conocidas, acontecimiento que marcó su vida y que le reportó muchas alegrías, pero también algunos problemas.

El libro que el lector tiene en sus manos constituye la forma en que el autor de estas páginas desea rendirle el mejor de los homenajes y dar a conocer al público todo lo relacionado con su figura: contar su vida, explicar sus descubrimientos, describir sus investigaciones y dejar memoria de sus aportaciones, tanto en el ámbito científico como en el humanístico. Esperamos de este modo contribuir a terminar con lo que Antonio Escohotado —autor de Historia de las drogas e ‘hijo espiritual’ de Hofmann— llama ‘barbarie farmacológica’ al referirse a la extraña situación que las drogas decretadas ilegales tienen en nuestra sociedad, desde que se inauguró el anormal experimento de la prohibición a comienzos del siglo XX. También deseamos aportar nuestro pequeño granito de arena para deshacer los malentendidos tan habituales en esta materia por culpa de la manipulación informativa, que ha hecho creer al común de la ciudadanía que la LSD, la psilocibina y los demás psiquedélicos son drogas nocivas sin utilidad alguna. En este sentido, consideramos que esta obra tiene, en términos generales, un carácter bastante objetivo. Es evidente que exponemos los hechos con cierta simpatía hacia el tema tratado, pero estamos seguros de no haber caído en ninguna postura extrema, una actitud demasiado común.

Hay hombres que hacen historia, y Albert Hofmann fue uno de ellos. Sin él, el pasado siglo no habría sido tal como se nos ha mostrado. ¿Podemos imaginárnoslo sin psicofarmacología, sin los felices —y en ocasiones alocados— años sesenta, sin hippies, sin música psicodélica, sin movimientos contraculturales, sin corrientes artísticas alternativas y sin drogas como la LSD o la psilocibina? Nuestro buen doctor influyó directa o indirectamente en todos esos hitos históricos que, a su vez, se siguen dejando notar en nuestros días.

En el transcurso de nuestra narración iremos alternando datos biográficos con otros de carácter histórico, cultural, científico o filosófico, en un orden temporal que sólo en contadas ocasiones hemos tenido que romper. El libro contiene también textos y documentos, inéditos en nuestro idioma, que consideramos interesantes por su relevancia y que hemos ido insertando donde la sucesión cronológica nos indicaba que era más adecuado. Algunos de los autores de esos escritos son nombres tan conocidos como Timothy Leary, Allen Ginsberg, Gerald Heard, Andrew Weil y el propio Albert Hofmann. Esta obra es, por tanto, narrativa en su mayor parte, pero también documental. En el apéndice, además de textos adicionales, hemos incluido entrevistas a personas que conocieron muy bien a nuestro biografiado y un cómic sobre la historia de la LSD que encantará a todos los farmacófilos.

Hay asimismo algunos epígrafes —necesarios para que la obra sea completa— dedicados a explicaciones técnicas, inevitables cuando hablamos sobre los aspectos médicos y químicos de los fármacos creados por Hofmann, o sobre los estudios realizados con ellos. El lector más impaciente puede estar tranquilo porque componen sólo una pequeña parte del total; en cuanto al interesado en esta clase de material, estamos seguros de que verá satisfechas sus expectativas y de que podrá ampliar información con las referencias que ofrecemos.

Debemos hacer algunas aclaraciones sobre la terminología empleada. Siguiendo la línea general del libro de evitar los típicos prejuicios relacionados con los psicoactivos, utilizamos indistintamente ‘droga’, ‘fármaco’, ‘medicina’ y ‘medicamento’, como sinónimos que en realidad sólo presentan ligeras diferencias de matiz según el contexto. Por ello, ‘droga’ será empleado en su sentido original, y no con ese sentido negativo que en algunas ocasiones se atribuye al término. También queremos señalar que hemos preferido ‘psiquedélico’ a ‘psicodélico’ —aunque no sea un vocablo aceptado por el Diccionario de la Real Academia de la Lengua— porque nos parece más fiel al original y porque así evitamos las connotaciones que conlleva el segundo.

Por último, una nota sobre la bibliografía. Para no entorpecer la lectura, las referencias a las obras consultadas se encuentran al final, excepto cuando nos ha parecido necesario citar datos concretos de un libro o artículo, o cuando damos la versión de un autor sobre un asunto determinado; en estos casos, aparecen a pie de página.

Sin más preámbulos, les deseo que disfruten del libro y que tengan un buen viaje psiconáutico-literario.

J. C. Ruiz Franco

http://www.alberthofmann.es
http://www.liebremarzo.com/catalogo/albert-hofmann

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.