Alrededor del año 2011, un amigo me pasó un vídeo de un artista llamado “El Coleta”. El tema era la canción “Olé” y, tras escucharla –hipnotizado– durante todo el día, quedé enganchado a la propuesta artística de este creador. Aunque usaba los esquemas del rap (estilo musical que nunca había explorado), sus temas iban cargados de menciones a los últimos años del siglo XX y a los personajes que poblaron la recién nacida España de la democracia. Esos referentes comunes me sirvieron para explorar su obra más a fondo y, posteriormente, probar con otros autores; jamás habría buscado nada en el rap de no haber sido por ese providencial encuentro con su música. Junto con unas bases llenas de sintetizadores –sonando en busca de la distorsión más macarra– desfilaba el curioso universo de este chico, cantándole a los “alegres bandoleros” de su infancia, allá por los años 80.

Entrevista: Pedro Heredia Fotografías: Rayko elPro

Pedro Heredia (PH): “Soy el mordisco de Mike a Evander, soy el humo del polen virgen, soy un tirón desde una Scooter y moviendo ficha soy Bobby Fischer”. ¿Quién es “El Coleta”?

El Coleta (EC): El Coleta soy yo, y es tanto el nombre por el que me empezaron a conocer en mi barrio –cuando me dejé coleta– como mi nombre artístico. Artísticamente, prefiero que me definan otros.

PH: ¿A quedad comenzaste en esto?

EC: Pues relativamente tarde, con algo más de 20 años.

PH: Entonces no había un político de pelo largo haciendo de okupa con tu apodo… ¿Te molesta esta sobre-explotación de tu nombre artístico?

EC: Siempre da para el chiste fácil. A veces me molesta y a veces me hace gracia; preferiría que le hubieran puesto otro apodo, pero no me quita el sueño tampoco.

PH: ¿Qué te movió a dedicarte a la música? ¿Qué necesidad cubría?

EC: Cuando empecé a hacer música, lo hice medio de coña. La persona con la que empecé, el Junior AKA Dr. Tube, era un amigo de la adolescencia que siempre estaba diciendo de montar un grupo. A mí me hacía gracia, porque no teníamos ni puta idea de música ninguno y éramos unos perlas más que nada. Tiempo después, cuando descubrimos programas para hacer música por ordenador, yo empecé a escribir y le metí a él el gusanillo de hacer ritmos, también con el ordenador. Y así empecé, de coña; luego poco a poco me fue entrando el veneno, hasta ahora. Supongo que, en su momento, hacer música me servía para descargar violencia y mala hostia, de una manera menos peligrosa para mí y para el resto de la gente

PH: ¿Qué es el quinqui-rap o kinki-rap? ¿Ambos términos definen lo mismo?

EC: Yo siempre he definido mi rap como “rap makarra”. Dentro de “lo makarra”, entre otras cosas, está lo “quinqui” y lo “kinki” (separo estos dos términos para remarcar que lo “quinqui” sería lo quinqui ochentero, y lo “kinki” sería lo quinqui contemporáneo). La peña hacía en un principio rap “delictivo”, con mucha influencia de lo yanqui, pero algunos empezamos a llevarlo al rollo kinki de aquí. Habrá gente que me deje por ahí, pero los primeros que podían hacer un rap que se pudiera denominar quinqui, fueron “Hinchu Boys”, un grupo de la vieja escuela. Luego –mucho después– gente de Madrid como Toscano, Javier Petaka o yo mismo.

Ahora mismo, en la escena del rap ya es normal usar este recurso, pero al principio no lo era. Luego, la particularidad que tiene mi rap es que yo –aparte de lo kinki– empecé a usar muy a saco lo quinqui, con todos los referentes estéticos y de contenido del “cine quinqui”. La peña estaba flipando con Tony Montana y yo empecé a fliparlo con el Torete y el Pirri. Ahí fui el primero y prácticamente el único. Tan solo Jarfaiter –que yo sepa–, con su propio estilo y particularidades, va por los mismos caminos en cuanto a referentes.

PH: ¿Qué te hizo flipar de esos “alegres bandoleros” como El Jaro, El Pirri, El Pera, El Torete, El Nani o El Vaquilla?

EC: Cumplieron la máxima de “vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver” (algunos más que otros). No es lo que quiero para mí o para los míos, pero tiene cierto romanticismo. También tiene la parte atractiva de que algunos saltaron al cine, directamente desde el barrio. El fliparlo temáticamente –en mi música– también es por darle el toque ibériko al asunto.

PH: ¿Es preferible acabar como El Jaro o El Nani, o terminar pasándote al enemigo como El Pera?

EC: Ni una cosa ni otra, la verdad.

PH: ¿Qué es ser macarra?

EC: Hay una parte estética y también una de actitud que, evidentemente, están ligadas. Si eres un macarra, aunque te pongas un traje caro, te quedará macarrilmente. También puede estar en la forma de hablar, en el propio contenido de lo que dices o en la manera de actuar ante la vida. En cualquier caso, es un concepto muy abierto, del que cada cual puede tener su significado en la cabeza.

PH: ¿Macarra se nace o se hace?

EC: Pues un poco de las dos, la chulería muchas veces es genética (ja, ja).

PH: ¿Cómo casan RAP y delito?

EC: El rap empezó como una música más festiva, pero fue tornando a una música que contaba lo que pasaba en los barrios bajos. Entre otras cosas, hablaba de la delincuencia y, posteriormente, surgió un género temático en sí, el “GanstaRap”. Delito y rap están relacionados, aunque no es obligatorio que hable de ello.

PH: ¿Te han detenido? ¿Has “tocado el piano” para las FFCCSE?

EC: No. He estado alguna vez a punto y he tenido juicios, pero, por suerte, no.

PH: ¿Qué opinión te merece la policía como institución? ¿Es factible una sociedad sin dichos cuerpos?

EC: Las fuerzas de represión del estado están al servicio de los gobiernos, no de los ciudadanos. Partiendo de eso son, en cierta manera, enemigos del pueblo. A ti te esposan por nada, y a Rodrigo Rato le detienen con mucha delicadeza. Para llegar a una sociedad sin esos cuerpos habría que hacer muchos cambios, muchísimos, pero creo que sí que se podría.

PH: Quiero perros que muerdan al amo, y no perro-flautas levantando las manos… ¿Cómo ves la realidad de la relación entre la policía y el ciudadano hoy en España?

EC: Pues creo que entre la gente que está en la calle, y no me refiero a que esté delinquiendo sino que sepa de qué va la vaina (gente normal, trabajadora), hay división de opiniones. Una gran parte de ella desconfía totalmente de la madera, sin tener nada que ocultar ni ser delincuentes potenciales. Y eso se palpa.

PH: Cuando grababas el vídeo de M. O. Torsport… ¿se presentó la policía nacional en medio del rodaje?

EC: Sí, pero sin que sirva de precedente, confieso que esa vez no nos tocaron mucho la polla.

PH: Si tienes que elegir pasar por un control con nacionales, civiles, o municipales… ¿cuál consideras que es la mejor opción?

EC: Las Guardia Civiles de mi vídeo de “Siempre”.

PH: ¿La música acerca o aleja del delito?

EC: Yo creo que cualquier cosa que te mantenga ocupado –y te dé motivaciones– te aleja de caer en adicciones, que te pueden llevar al delito al tener que cubrirlas económicamente. En el caso de la música, poder decir lo que quieras te sirve de válvula de escape: te puede ayudar a soltar lo malo y ser menos agresivo. Y si además lo escucha gente y les mola pues te vas a sentir bueno en algo, te va dar confianza en ti mismo y te va alejar de la frustración. Ya si puedes ganar pasta con ello, pues te debería alejar del delito porque no te vas a tener que buscar la vida de mala manera.

PH: ¿Son las drogas algo intrínseco al RAP?

EC: Puede parecerlo, pero no tiene por qué; las drogas son consustanciales a todos los ámbitos de la vida. Se ve droga por todos los lados: en la política, en el deporte, en todo. De estilos musicales no hace falta que ponga ejemplos, desde el punk al flamenco, pasando por cantautores… No quiere decir que todo el mundo se drogue, evidentemente, pero muchos sí lo hacen. Y si incluimos el alcohol que –evidentemente– es una droga legal, ni te digo ya.

PH: ¿Y cuál es tu opinión sobre el cannabis y su actual situación legal?

EC: Mi opinión sobre el hachís y la hierba es que, como con toda sustancia, su uso moderado puede ser positivo, pero su abuso y estar enganchado no es bueno; depender o necesitar cualquier sustancia te hace débil. Evidentemente, estoy en contra de su prohibición y marginación, estando el consumo de alcohol normalizado, cuando su abuso es infinitamente más dañino y peligroso que el abuso de la hierba. El alcohol causa mayores daños derivados para sus usuarios, y no digamos ya para la sociedad; sólo tienes que tratar con personas que sean unos auténticos fumetas y otra que sean unos borrachos para comprobarlo; y no sólo alcohol o las sustancias ilegales: hay montones de anuncios en la tele –a cualquier hora– anunciando casas de apuestas. Salen famosos anunciándolas, te meten cuñas en la radio y los propios comentaristas deportivos promocionándolas, diciendo que las cuotas ofrecidas son la hostia. Los barrios obreros se llenan de casas de apuestas mientras tú no puedes bajarte a un parque a fumarte un canelo, o ni siquiera llevarlo encima.

No sé si estoy a favor de un modelo legal para el cannabis, porque eso llevaría a la regulación y seguramente el estado lo monopolizaría. Lo que sí estoy a favor –sin duda– es de la despenalización del autocultivo para el consumo propio. En todo momento estoy hablando de fumarla, porque sus otras vías de consumo y propiedades medicinales me parecen de puta madre pero realmente no tengo grandes conocimientos sobre ello como para opinar con propiedad.

Igualmente que me parece bien controlar que la gente no conduzca fumadísima, me parece una vergüenza y un ataque a la libertad personal los drogotest con los que le están encalomando multones a la peña, por haber fumado días o semanas antes. Eso ni es justicia ni es seguridad vial.

PH: Desde tu tema con Jarfaiter –“El Pico 3” –, grabado casi como un homenaje a la serie de “El Pico” de Eloy de la Iglesia, si hay una droga que se distingue en tus temas, esa es la heroína. Y siempre con un mensaje negativo al respecto como “el caballo sólo te lleva al hoyo”. ¿Por qué?

EC: Porque de pequeños vimos a los yonkis y los estragos que causaba en la peña. A mí se me grabó a fuego que sería la droga que nunca probaría, aunque la cocaína es igual de peligrosa y encima, al estar mejor vista, es más peligrosa aún.

PH: Hace poco has colaborado en un tema de los Narco –“Dame Argo”– en el que sales parafraseando el tema “Caballo Galopando” de Queco. También has sacado un tema con Vinnie Dollar con el título de “Yonki”, que dice: “Yonki no naces, yonki te haces. Y si te haces pues yonki te mueres”. ¿Un mensaje preventivo?

EC: En ese tema estoy hablando principalmente de los yonkis de heroína y cocaína. Y viene a decir eso: que nadie es yonki de nacimiento –aunque pueda tener tendencia a consumir drogas– y que una vez que uno se engancha, aunque se quite, siempre será yonki.

PH: Sé que apoyas la tesis de que la heroína fue usada –de forma intencional y directa– para “controlar” el País Vasco en la época de ETA. ¿Por qué?

EC: Aún no he leído el libro de J. C. Usó sobre ese tema –cuando caiga en mis manos lo leeré– pero sí he leído el de A los pies del caballo, de Justo Arriola. Mi opinión ya era esa misma antes de leerlo y su argumentación la refuerza. Mi padre siempre ha sido bastante conspiranoico en todos los temas políticos, le gusta mucho la historia –como a mí–, y sabiendo de historia (que obviamente nos llega ya manipulada) se puede aprender cómo funcionan los estados y los mecanismos del poder.

PH: ¿Qué paso en Cuéntame con la señora del tercero?

EC: Sólo se la metí pa‘ dentro (la bombona)

PH: ¿Cómo se gestó tu aparición (como butanero) en dicha serie?

EC: Tras publicar con Cecilio G. el tema de “Antonio Alcántara”, desde la cuenta oficial de la serie nos lo agradecieron. Yo les contesté diciendo que a ver si me sacaban en algún episodio. Tras eso, se pusieron en contacto, lo hablamos y se pudo hacer al final, aunque hubo suspense (ja, ja).

PH: Hace unos días ha salido un tema de C. Tangana en cuyo vídeo participas y, podemos añadir que das cojonudamente en cámara. ¿Cómo surgió? ¿Difería mucho de lo que suele rodear a un vídeo tuyo?

EC: Conocía al Tangana de hace tiempo (de antes de que fuera Tangana) y en lo que habíamos coincido me llevaba bien con él. A través de un colega común me contactó, me contó el proyecto, lo pensé y lo hice. Estuvo bien el rodaje, yo ya tenía algo de experiencia en otro rodaje serio. No tiene nada que ver con un rodaje mío, eso es un vídeo hecho con medios y a través de una productora; sólo tienes que ver los títulos de crédito para ver cuánta peña está detrás e imaginarte el presupuesto. Mis rodajes son muchos más familiares, más vertiginosos (siempre nos falta tiempo) y sacarlos adelante es toda una experiencia. Desde aquí aprovecho para agradecer a toda la peña que lío para mis vídeos y que siempre lo dan todo.

PH: Al mismo tiempo que salía el tema de “Bien Duro” de C. Tangana, sacaste tú un tema llamado “Yo quiero ser Tangana” que es una versión del “Yo quiero ser Alaska” de Siniestro Total. ¿Cómo se conjugan estas dos cosas al mismo tiempo.

EC: Ese tema lo tenía pensado de hace tiempo. Alguna vez he cantado en directo la versión original de Siniestro Total con “Novedades Carminha” y de ahí se me ocurrió. Entonces, al salir este vídeo, se daba el momento perfecto para sacarlo. El tema es un vacile, no dice ninguna mentira y no es un ataque personal a Tangana. Como te he dicho, a Tangana como persona le conozco, y me cae bien. El tema puede criticar su figura artística, pero también denuncia la hipocresía de criticarle cuando muchos harían lo mismo que él para estar en su lugar. C. Tangana no me ha dicho nada del mismo, pero lo ha retuiteado desde su cuenta (ja, ja). Todo bien con él. ¡Desde aquí le mando un saludo!

PH: ¿Te has planteado abrir nuevos horizontes fuera de lo musical y dentro de la pantalla? Eres un tipo que tiene una imagen realmente peculiar y eso tiene un mercado.

EC: Claro que me lo he planteado, estoy en ello. He rodado una película como protagonista Quinqui Stars, que es una peli medio documental, pero actúo bastante. Hay alguna otra cosa abierta por ahí, y espero que después del estreno de la peli me salga algún papel más, aunque lo que me fliparía en el futuro es dirigir.

PH: ¿Practicas la autocensura al escribir tus letras?

EC: Al final no somos ajenos a la sociedad, y alguna vez te puedes plegar a ser políticamente correcto. Aunque la autocensura que me pueda aplicar siempre va ser de palabras y no de ideas, lo cual es bueno porque te lleva a decir lo quieres decir con metáforas o dobles sentidos, y eso enriquece las letras.

PH: En tu serie X, en temas bakalaeros como el de “Bakaluti Durruti” o con Muéveloreina en “Camaradas Cañeros”, hay una clara tendencia a la denuncia social. ¿El bakalao se presta mejor a ello musicalmente? ¿Pedirá el pueblo, en su hartazgo, que salven a Barrabás?

EC: Hice “Vota al Partido de la Ruta – PDR” con “Niño de Elche” y, de ahí, se me ocurrió hacer una serie de temas con música bakalaera pero con contenido político; entre otras cosas porque me parecía curiosa la mezcla. La labor de los poderosos es que se salve siempre Barrabás y, de momento, hacen bien su trabajo.

PH: Me encanta la canción de “Las kinkis son guerreras” –un canto a la mujer activa– pero… ¿el rap hecho por varones es irremediablemente machista, salvo puntuales excepciones?

EC: Eso está bastante en la idiosincrasia del propio género musical, como también ese machismo ha estado en la sociedad; y al igual que la sociedad avanza –o eso nos hacen creer–, el propio género evoluciona e imagino que, cada vez más, se irá despojando de ello.

PH: ¿Y homófobo? No es difícil encontrar lenguaje que lo parece en el rap y es tan difícil encontrar un rapero varón que sea abiertamente homosexual, como un futbolista o un torero que lo haga público.

EC: Bueno, van saliendo raperos que se declaran homosexuales y que hacen gala de ello en las letras explícitamente, bastante más que futbolistas y toreros, creo yo.

PH: De los últimos temas que has sacado en vídeo está “Siempre”, una rumba canalla de tu próximo disco. ¿Es una advertencia sobre lo que vamos a encontrar? ¿Se puede pisar con soltura en el rap, el neobakalao hispano y la rumba quinqui al mismo tiempo?

EC: Bueno, es una confirmación más que una advertencia. Mi próximo trabajo se llama Neokinki, y lleva tres EP de distintos géneros: el ya publicado “La Ruta de los X’s”, “RumbaPop” y un tercer EP de otros cuatro temas titulado “Flamenko & Knife Fight”

PH: Otra de las características más relevantes de tu trabajo es el uso de términos que no encontramos con facilidad en el lenguaje actual. ¿Qué es un kelebra? ¿Bima equivale a coche? ¿Qué son “etruscos y questras”? ¿Aros y riñones?

EC: Kelebra viene del hebreo y significa “perro malo” (o eso dicen en la peli del “Caso Slevin”, de donde lo he sacado, ja, ja). Bima es un BMW, viene de bimmer –pronunciado “bima” – y sería un anglicismo acastizao. Etrusco’s y Questra’s son los balones oficiales de los mundiales de fútbol de Italia 90 y U. S. A. 94. Los aros son el símbolo de Audi, mientras que los riñones son los cromados con forma de riñón en la rejilla de la delantera de los BMW.

PH: ¿Por qué ese gusto por los coches antiguos y por el oro? ¿Qué coche antiguo escogerías?

EC: El oro brilla, es hipoalergénico y se lo puedes dejar a tus descendientes o empeñarlo si lo necesitas para comer. Los coches antiguos son preciosos, es imposible escoger uno sólo, pero un BMW 850CSi no estaría mal.

PH: ¿Eres de los afortunados que puedes decir que vives de la música o eso queda aún lejos?

EC: Se puede decir que sobrevivo, pero al menos hago lo que me gusta y puedo llevar mis niños al cole e ir a recogerlos, casi todos los días

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.