Hola queridos lectores, bienvenidos a una nueva entrega de Cultivo Básico en Cannabis Magazine. Hoy, en la sección de cultivo básico vamos a retomar el tema del cultivo a partir de plantas madre, explicando pormenorizadamente cómo construir un espacio de cultivo de ciclo continuo a partir de dos plantas madres

 por Gospodin Konopí

Veremos los diferentes espacios y materiales necesarios para llevar a cabo un cultivo con el que podremos estar generando cogollos para el consumo de manera periódica. De esta manera se abaratan precios reduciendo el gasto y se acorta el tiempo entre recolección y recolección.

En el primer número de esta serie hemos hablado de la selección de plantas madre que una vez listas nos servirán para sacar esquejes de ellas y realizar un cultivo a partir de los mismos: “Para realizar el proceso de selección vamos a comenzar por germinar un buen número de semillas de la o las variedades que más nos convengan y hacer algunos esquejes de los diferentes fenotipos que encontremos y realizar un cultivo con ellos. Una vez hecho esto podremos apreciar las características de la planta tanto en producción como en su sabor o efectos. Con esto ya podremos hacer la elección que nos parezca más adecuada según nuestros gustos y necesidades”.

Primeramente vamos a abordar las cuestiones de espacio. Para este tipo de cultivo se necesitan dos espacios diferenciados. Uno de los espacios será el que albergue a las plantas madre y a los esquejes y el otro espacio se reservará como espacio de cultivo en el que crecerán y florecerán nuestros esquejes.

La zona de plantas madre no ha de ser demasiado grande para dos ejemplares, como hemos proyectado, y para los esquejes. La zona de cultivo dependerá de la cantidad de plantas que queráis cultivar. Lo ideal, bajo mi punto de vista, sería poder tener una buena superficie de cultivo para por lo menos unas 15 o 20 plantas en cada remesa de cultivo. Como el tipo de cultivo que proyectamos no requiere que nuestras plantas tomen mucha altura una opción sería hacer varias repisas de dos alturas con una lámpara en cada sección.

Una vez que hemos seleccionado nuestras plantas madre debemos dejarlas hasta que alcancen por lo menos dos meses de edad. Estas plantas han estado en periodo vegetativo todo este tiempo y su destino será ese. Con esto queremos decir que el tiempo de exposición de luz de estas plantas ha de ser de 18 horas durante toda su vida como plantas madre.

La iluminación en este tipo de cultivo no supone un gasto excesivo y existen diferentes posibilidades ya que hoy día el mercado se encuentra más que saturado de marcas y modelos. Podemos elegir fluorescentes convencionales de diferentes vatios (W) con un consumo moderado y un precio normal. Ahora bien, las lámparas PL son un tipo de lámparas fluorescentes compactas que ofrecen muy buenos resultados por su ahorro de energía y por su funcionamiento altamente eficaz. Estas lámparas permiten una emisión luminosa de máxima intensidad y brillo. Además de esto, resultan más sencillas de reciclar. Ambos tipos de lámparas de bajo consumo nos servirán para nuestro propósito.

Cabe la posibilidad de decantarse por lámparas de alta presión de sodio que harían que el crecimiento de nuestros ejemplares fuese más rápido y vigoroso pero el gasto energético sería mayor con lo que tendríamos facturas con importes más elevados. Esto es ya una cuestión personal de capacidad y recursos. Si una persona se lo puede permitir puede utilizar leds para este proceso, ya hemos hablado en otros artículos sobre las bondades de la tecnología led, pero entre algunas de ellas cabe destacar el hecho de que al no producir calor no tendríamos las complicaciones que habitualmente aparecen en el mantenimiento y cuidado de plantas madre durante los calurosos días estivales.

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El tipo de contenedores que se van a utilizar dependerá de la cantidad de madres. En nuestro caso, aunque podemos utilizar contenedores un poco más grandes usaremos macetas de 12 litros. La preparación del hábitat de nuestros ejemplares es la de siempre. Utilizamos un buen sustrato, perlita, humus y lo acondicionamos todo perfectamente.

Como decíamos anteriormente, el fotoperiodo de estas plantas ha de ser de 18 horas de luz y 6 de oscuridad. No obstante, es posible jugar con estos términos, podemos reducir el crecimiento restando alguna hora o acelerarlo añadiendo horas de luz. Hay personas que utilizan incluso periodos de 24 horas de luz, personalmente creo que las plantas necesitan también oscuridad. Es posible engañar a las plantas para crecer más deprisa pero no para hacerlo con más vigorosidad así que esto es también cuestión de lo que uno busca cuando cultiva. Yo me decantaría por un fotoperiodo de 20 o 22 horas de luz para tener un crecimiento rápido y que las plantas tengan un periodo, aunque corto, de descanso.

El espacio de las plantas madre irá en función de lo que queremos. Como solamente vamos a tener dos plantas madre estas han de ser de tamaño medio. Si tuviésemos 30 o 40 podríamos hacer que se mantuviesen pequeñas y bajitas. En nuestro caso necesitaremos un habitáculo que les permita crecer y expandirse pero más en horizontal que a lo alto.

Los costes del mantenimiento de plantas madre bajo estos parámetros son perfectamente asumibles y más teniendo en cuenta todos los beneficios y ahorros que nos reportarán. Ahora bien, las plantas madre también arrojan complicaciones. Estas plantas son muy susceptibles de padecer plagas y enfermedades debido a las condiciones extremas en las que a veces se encuentran y a la temporalidad de su proceso que es muy largo. Es conveniente realizar un tratamiento fitosanitario con cierta regularidad

Para comenzar con el proceso de clonado solamente tendremos que tener el espacio acondicionado para dichos clones. El procedimiento se hace con un bisturí aséptico y utilizando guantes. Se van cortando clones de la planta madre dejando algunos nudos por debajo para facilitar el crecimiento de las raíces. El corte ha de tener un ángulo de unos 45º lo que va a favorecer el desarrollo de la red radicular. Una vez hecho esto ponemos los clones en su medio vital. En nuestro caso nos hemos decantado por utilizar jiffys. Es importante recortar las puntas de las hojas de nuestros “jóvenes” clones para evitar que se deshidraten perdiendo líquidos. Cuando hemos terminado el proceso de la extracción de clones vamos a meter estos en la incubadora o propagadora. Periódicamente iremos ayudando a nuestros clones, en su proceso de enraizamiento, pulverizando, sobre y por debajo de los jiffys, agua, hormonas de enraizamiento y nutrientes. Esto lo podemos hacer desde el quinto o sexto día y hasta que trasplantemos los esquejes.

Este proceso debería de dar sus frutos a lo largo de unas dos semanas. Es fundamental no utilizar cualquier agua como el agua de la traída o aguas que son bajas en electro conductividad. Esto traerá problemas en el pH de nuestras plantas y estás se verán sometidas a un estrés constante.

Para la clasificación y seguimiento es importante hacerlo desde el principio, en nuestro caso solamente hemos utilizado dos variedades de clones de dos variedades de plantas madre por lo que para nosotros será un proceso sencillo.

El enraizamiento de los clones se puede realizar con las mismas lámparas que mantenemos a las madres. Ahora bien, no conviene ser impacientes con el proceso de desarrollo de las raíces de nuestros clones. Antes de hacer nada es fundamental que cada clon que utilizaremos posea una red radicular fuerte y bien formada.

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A lo largo de todo este proceso de enraizamiento, la temperatura ha de ser óptima de unos 20º y sin excesivas variaciones. La humedad ambiental dentro de la incubadora debe rondar un 85% e ir descendiendo conforme avanza esta primera etapa de desarrollo de nuestros clones.

Cuando la red radicular de cada uno de nuestros clones está bien desarrollada podemos trasplantarlos a macetas pequeñas. Una vez hecho esto podremos dar a nuestros esquejes, durante una o dos semanas, un periodo exposición lumínica de 18 horas de luz y 6 de oscuridad.

Como decíamos en el anterior número de esta serie: “Desde este momento ya podemos realizar un ciclo continuo de esquejado y cultivo a partir de estas plantas madre sabiendo el resultado que tendremos en nuestro cultivo de antemano. Hay que tener en cuenta que una planta puede convertirse en madre sea cual sea su etapa de desarrollo pero existen etapas en las que es más adecuado realizar este procedimiento. Ahora bien, merece la pena descartar plantas que han revegetado o plantas que no muestren una serie de características que marquen la diferencia entre una planta cualquiera o mediocre y un ejemplar con carácter que ofrecerá esquejes de gran calidad.”

Son muchas las ventajas que ofrece el cultivo a partir a partir de plantas madre sobre el cultivo convencional por medio de semillas. La primera ventaja y más evidente es que podréis seleccionar lo que cultiváis de una manera que los grows no pueden ofrecer. Lo siguiente es que los clones son plantas adultas y su vigorosidad y rapidez en el crecimiento está asegurado. Por otra parte, poder mantener genéticas que son de nuestro gusto e incluso creaciones propias por más de diez años no tiene precio.

Con esta técnica de cultivo nos aseguramos la creación de un ciclo continuo en el que cuando realizamos la cosecha de nuestros ejemplares ya florados al día siguiente podremos comenzar a plantar la nueva tanda de esquejes ya enraizados. Es una manera inteligente de aprovechar energías y recursos.

Hasta aquí este número en el que hemos realizado el segundo acercamiento al cultivo por medio de plantas madre y a la utilización de esquejes como forma de reproducción. En él hemos hablado, de forma básica, sobre el proceso necesario para llevar este proyecto a buen fin. Esto lo hemos hecho prestando atención a las necesidades de mantenimiento y saneamiento que las plantas madre necesitan y hemos dado, además, algún consejo práctico para facilitarnos esta tarea. Además, hemos explicado paso a paso cómo construir un espacio de cultivo de ciclo continuo a partir de dos madres.

Hasta el próximo número, queridos cultivadores y amantes de lo verde. 

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.