“Si no crees que las drogas han hecho cosas buenas por nosotros, hazme un favor, vete a casa esta noche, coge todos tus discos, todas tus cintas y todos tus CD y quémalos. Porque, ¿sabes qué?, los músicos que compusieron toda esa gran música, que ha mejorado tu vida a lo largo de los años, estaban bien colocados”. Fin de la cita del comediante estadounidense Bill Hicks (1961 – 1994).

Texto: Ferenz Jacobs | Fotos: Hash Marihuana & Hemp Museum Barcelona/Ámsterdam

La relación estrecha entre la música moderna y el cannabis empieza a principios del siglo XX, en los prostíbulos de Storyville, el barrio rojo de Nueva Orleans, para ser más preciso. Los músicos tocaban jazz y fumaban marihuana. Según el historiador cannábico Ernest L. Abel, los músicos de jazz preferían fumar cannabis a beber alcohol, puesto que trabajaban hasta las últimas horas de la noche. El cannabis no les hacía perder la sensibilidad en su forma de tocar y despertaba toda su imaginación sin dejarles resaca. Como recordaba el trompetista Louis Armstrong (1901 – 1971) más tarde en su autobiografía: “Es mil veces mejor que el whisky. Es una ayudante, una amiga.”

Grandes nombres de la escena del jazz, como Thelonious Monk, Count Basie o Duke Ellington, desarrollaron un gusto particular por el cannabis como sustancia que expande la mente para inspirarles o ayudarles a relajarse. Se empezaron a llamar a sí mismos vipers (víboras) debido al sonido silbante que se produce cuando se da una calada rápida a un reefer (porro).

En 1923, la ciudad de Nueva Orleans, preocupada por “esta música satánica que pervertía a las mujeres decentes”, prohibió el consumo de cannabis. El cannabis, que facilitaba la inspiración, tenía que ocultarse detrás de unas palabras de jerga, con el fin de que los entendieran sólo aquellos que ya estaban en el ajo. Los músicos de jazz empezaron a referirse a su planta favorita con términos como muggles (una palabra que J. K. Rowling resucitó en el universo de Harry Potter para llamar a los que no tienen habilidades mágicas), muta, gage, té, grifa o espinaca.

Esta última metáfora se puede escuchar, por ejemplo, en el tema The Spinach Song, I Didn’t Like It the First Time (La canción de la espinaca, no me gustó la primera vez) de la banda de jazz Julia Lee and Her Boy Friends, que también tuvo un éxito con Lotus Blossom, Sweet Marihuana (Flor de loto, dulce marihuana).

“La espinaca tiene vitamina A, B y D, pero la espinaca nunca me atrajo / Pero un día, mientras cenaba con un chico, decidí darle una oportunidad / No me gustó la primera vez, fue tan nuevo para mí / No me gustó la primera vez, yo era tan joven, ya ves / Solía huir de estas cosas, pero ahora, de alguna manera, no tengo bastante / No me gustó la primera vez, oh, ¡cómo creció en mí!”

Dios le dio la hierba

Años más tarde, cuando los “chicos guays” ya no escuchaban jazz y usaban la palabra dope (maría) para denominar a la planta prohibida, el rockero neoyorquino David Peel y su banda The Lower East Side lanzaron el álbum The Pope Smokes Dope (El papa fuma maría). El álbum, de 1972, fue una protesta política contra la prohibición del cannabis (a partir de la Marijuana Tax Act del 1937) y consta de doce temas incluyendo el pegadizo Everybody’s Smoking Marijuana (Todo el mundo está fumando marihuana). El polémico título del álbum fue prohibido en casi todo el mundo y el disco sólo se lanzó en Estados Unidos, Canadá y Japón.

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The Pope Smokes Dope fue producido por John Lennon y Yoko Ono. David Peel y John Lennon se conocieron durante una de las actuaciones de Peel en el Washington Square Park, en 1971. Los dos hombres fueron presentados por Jerry Rubin y Abbie Hoffman, los coloridos líderes del movimiento Yippie. Los tres inmediatamente comenzaron a cantar (y fumar) junto con Peel su tema bastante repetitivo The Pope Smokes Dope, hasta que la policía intervino.

“El papa fuma maría, Dios le dio la hierba / El papa fuma maría, le gusta fumar en masa / El papa fuma maría, es un fumeta / El papa fuma maría, el papa fuma maría (3x).”

Lennon y Peel comenzaron a actuar juntos y Lennon lo contrató en Apple Records (la compañía discográfica de los Beatles) para el álbum The Pope Smokes Dope. Lennon pensó que las canciones de Peel eran maravillosas y que, si un día ya no escribía temas polémicos e inspirados en el cannabis, llegaría fácilmente a las listas de éxitos. El cantante de los Beatles admitió la crítica a menudo repetida de que David Peel realmente no podía cantar ni tocar la guitarra (con sólo tres acordes). Llamó simple a la música de Peel, pero añadió directamente: “Picasso tardó cuarenta años en llegar a ser tan simple como eso”.

David Peel (1943 – 2017) siguió siendo un admirador de la planta del cannabis durante toda su vida. En 2011, la leyenda del rock actuó durante las manifestaciones del movimiento de protesta Occupy Wall Street (llevando sus gafas de sol de John Lennon). Su éxito I Like Marijuana (Me gusta la marihuana) del álbum en directo de 1968 Have A Marijuana (Toma marihuana) y una nueva canción sobre cannabis fueron, por supuesto, parte de la actuación. En 2015 lanzó el que iba a ser su último álbum, Give Hemp A Chance (Dale una oportunidad al cáñamo).

Le gusta fumar en masa

Pero no sólo los músicos de jazz y rock vieron el cannabis como fuente de inspiración, también los cantantes de reggae. Peter Tosh (1944 – 1987) consumía cannabis antes de que lo hiciera Bob Marley. Tocaron juntos en los Wailers, pero Tosh dejó el grupo en 1974, después de once años. Su primer disco en solitario fue Legalize It (Legalízala), donde se incluye la canción del mismo título. En él, Tosh pide la legalización global de su querida hierba, argumentando que todo el mundo, incluso médicos, jueces y abogados, la fuman.

Los músicos de reggae añaden más términos al diccionario cannábico como tamjee y ganja, pero Tosh no cree en las palabras de jerga para esconder el consumo del cannabis. Para él no importa cómo quieras llamarla, hay que legalizar la planta.

“Legalízala, no la critiques / Legalízala, y la anunciaré / Algunos la llaman tamjee / Algunos la llaman hierba / Algunos la llaman marihuana / Algunos la llaman ganja / No importa, hay que legalizarla.”

En la segunda parte del tema Peter Tosh subraya los poderes curativos del cannabis. Según él, es bueno para combatir la gripe, el asma, la tuberculosis e incluso para curar la trombosis. Para no dejar lugar a duda, en la portada del álbum aparece Tosh fumando su pipa en una plantación secreta de cannabis en el campo jamaicano.

Legalize It fue prohibida en la radio de Jamaica por el polémico tema que trataba, así que Tosh decidió imprimir las letras de la canción en un periódico jamaicano. Además, hizo un llamamiento al primer ministro de Jamaica Michael Manley para levantar la censura después de entregarle una copia firmada con la frase: “De una leyenda viviente a otra”. Los intentos de suprimir la canción en Jamaica fallaron, y en su lugar catapultaron al músico de reggae a la fama internacional. Legalize It se convirtió en un himno para los consumidores de cannabis alrededor del mundo.

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Es un fumeta

El siglo XXI empieza con la llegada de una nueva ola de músicos jóvenes que hablan abiertamente y defienden el consumo de cannabis. No sólo se trata de artistas de la escena hip hop como Wiz Khalifa y Rihanna, sino también cantantes más pop como Lady Gaga (con su alter ego cannabico, Mary Jane Holland) y Miley Cyrus, a las que no les importa decir que son fumetas. Aunque, hace poco, la ex chica Disney hizo público que había dejado de consumir cannabis después de tener una pesadilla en la que se moría tras haber fumado demasiada marihuana. Quizás se deba a que no quería convertirse en la primera persona en el planeta que se haya muerto de una sobredosis de cannabis.

Una canción cannábica que destaca es Purple Haze (2002) por el dúo de house inglés Groove Armada. La portada del disco muestra el dibujo de un gran porro púrpura al estilo de Andy Warhol. El título de la canción se refiere a un tipo de cannabis de tono púrpura conocido por su potencia sin precedentes y que, a su vez, lleva el nombre de la famosa canción de Jimi Hendrix de 1967.

“Neblina púrpura en mi cerebro / Últimamente las cosas no parecen lo mismo / Actúo raro pero no sé por qué / Discúlpame mientras beso el cielo.”

Como dijo Barend Toet, el fundador de la revista musical holandesa Oor: “Si realmente Hendrix se benefició en un sentido musical de todos los porros que fumaba, sería una parte vital de la herencia de la unión entre la música y el cannabis”.

El amor que la música moderna muestra hacia el cannabis es el tema central de la exposición The Pope Smokes Dope – Discos y Portadas Cannábicas en el Hash Marihuana & Hemp Museum de Ámsterdam. Se puede visitar hasta el 3 de septiembre, www.hashmuseum.com.

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Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.