Se aferra a su producto más polémico para remontar los ingreso

El fármaco más polémico de Almirall, el único del mercado que contiene extractos de cannabis, ya le supone a la farmacéutica catalana más ingresos que el medicamento más famoso del laboratorio de los hermanos Gallardo, el antiácido Almax.

Así, el medicamento Sativex -usado para tratar la epasticidad asociada a la esclerosis múltiple y que contiene los dos principales compuestos del cannabis, el THC y el cannabidiol-, ha facturado en el primer trimestre de este año más de 7 millones de euros, una cifra similar a la que le ha supuesto las ventas de Almax, con la diferencia de que el producto con cannabis está en plena expansión de ventas, con un crecimiento cercano al 30% en el último año, mientras el antiácido ha visto congeladas sus ventas en este periodo.

De hecho, en su última presentación a los analistas, los gestores de Almirall destacan el aumento a doble dígito de las ventas de Sativex como uno de las palancas principales para confiar en el futuro de la compañía, que viene de sufrir el peor año en ventas de su historia y cerró el ejercicio de 2017 con unas pérdidas superiores a los 300 millones.

De todas formas, el fármaco más vendido de Almirall sigue siendo Ebastel, su tratamiento contra la alergia, con unas ventas el pasado año de 53,2 millones de euros, aunque el producto se encuentra en retroceso y el pasado curso sus ingresos se redujeron un 5,6%. Actualmente, Sativex y Almax ocupan la séptima y la octava posición dentro de los once medicamentos con mayor facturación anual de la compañía.

El medicamento con cannabis no es un producto propio de Almirall, sino que fue desarrollado por la farmacéutica estadounidense GW Pharmaceuticals -que lo vende en EEUU y la farmacéutica catalana le compró los derechos de comercialización para Europa y México. Actualmente, además de en España -donde las autoridades sanitarias lo aprobaron en 2010-, la compañía catalana ya lo vende en otros diez países europeos: Dinamarca, Austria, Polonia, Finlandia, Suiza, Alemania, Noruega, Suecia, Italia e Islandia. Reino Unido y Canadá fueron los primeros en aprobarlo y en todo el mundo ya se vende en 27 países.

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Trabas en las fronteras

Sin embargo, sigue siendo un medicamento con trabas a la hora de ser aprobado y, sobre todo, financiado por las autoridades públicas. En algunos países la compañía ha tenido primero que llegar a un acuerdo con los gobiernos, como en el caso de Italia, para modificar la ley sobre importaciones, ya que al contener compuestos de la marihuana, el medicamento tenía prohibida su entrada en el país como una exportación. De hecho, el producto se fabrica hoy en día en un lugar desconocido del Reino Unido para evitar posibles robos y su transporte se realiza también simulando su contenido.

Además, Almirall negocia desde hace meses con los Gobiernos de Francia e Irlanda la entrada en sus mercados del fármaco. Los dos países han aprobado ya el medicamento, pero las diferencias sobre su precio para poder ser financiado por el sistema público están dificultando su llegada a los pacientes. En Francia, las negociaciones están enquistadas desde 2015. El laboratorio pide 350 euros por caja y las autoridades ofrecen sólo 60 euros.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.