Antonio consume cannabis como uso terapéutico. Desde hace años, este aragonés de 57 años, que prefiere no revelar su apellido, sufre un cáncer que le lleva a someterse a ciclos de quimioterapia que ha podido sobrellevar gracias a esta planta. Cuenta que el médico le recetó muchas pastillas, entre ellas algunas para dormir o comer, pero decidió no tomar ninguna. Con un poco de marihuana podía descansar por las noches, regular el apetito y paliar los efectos secundarios de la quimioterapia, explica Antonio, quien desde el primer momento se lo contó a su médico.

“Ellos conocen que el cannabis funciona, pero no lo pueden recomendar, porque caerían en desgracia, no progresarían, pero claro que lo saben”, indica Antonio, quien asegura que uno de sus médicos se lo comentó por carta cuando se jubiló. La postura de estos profesionales es no recomendarlo, pero tampoco oponerse, precisa. “Nos dicen: si te va bien, sigue”, explica, y asegura que lo ha recomendado a otros enfermos de cáncer del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa en Zaragoza.

Lo mismo le ocurrió a Helena Gracia. Durante una época que califica de oscura y confusa, esta vecina de Zaragoza que padece fibriomialgia tomaba trece pastillas al día, una medicación que el médico fue retirando, al comprobar su mejoría. “Fue una pasada, con el cannabis, los dolores se fueron, empecé a dormir, volví a trabajar de nuevo, a salir con mis amigos, literalmente recuperé mi vida”, precisa.

Cien socios para consumir cannabis terapéutico

Tanto Antonio como Helena confían en que algún día se regule el consumo de la marihuana medicinal. Los dos acuden a uno de los 30 clubes cannábicos que existen en Aragón inscritos como asociaciones, a la espera de que se normalice su situación.

Una de estas organizaciones es el El Código Verde en Zaragoza. Se distingue del resto porque es un club exclusivamente terapéutico. Para poder formar parte de él, el paciente tiene que tener un diagnóstico “susceptible de ser tratado por cannabis”, explica uno de sus fundadores, Mario de los Santos. Se trata de enfermedades donde se ha demostrado “científicamente” que el cannabis es eficaz, indica De los Santos, quien toma como referencia a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Mundial del Cannabis.

“Son 3 casos en los que no hay duda de que funciona: para el dolor neuropático, para el insomnio y como elemento paliativo en la quimioterapia”. Además, “hay un cuarto grupo, como las migrañas, en las que no está demostrado, pero sí hay literatura suficiente como para suponer que va bien”, sostiene.

Los médicos proponen una dosificación

Cuando llega un nuevo socio, los dos médicos que colaboran en El Código Verde ratifican ese diagnóstico y proponen una dosificación de acuerdo a cada caso. Han desarrollado además una app para que los usuarios puedan indicar de forma telemática su evolución en base a una serie de indicadores. “Aquí somos todos científicos, y nos interesa saber si está funcionando o no, queremos ir más allá de la mitología del cannabis, de la planta maravillosa que lo cura todo, porque todo tiene un ámbito de funcionamiento y eso es lo que queremos delimitar ”, comenta De los Santos.

Esta iniciativa, que los colaboradores realizan de forma desinteresada, despertó mucho interés desde el momento en que se puso en marcha. De hecho, a día de hoy, cuenta con más de cien socios y hay lista de espera desde mayo, porque “no dan abasto”.

Pero este trabajo lo realizan asumiendo muchos riesgos, especialmente los médicos, debido a la no regulación del consumo de cannabis. De hecho, Mario de los Santos compareció la semana pasada en las Cortes de Aragón con representantes de las plataformas ‘Zaragoza se planta’ y ‘Regulación Responsable’, donde explicó que con “la legalidad en la mano”, los médicos podrían perder su licencia si recomiendan el consumo de esta planta, lo que dificultan los trabajos que se realizan en esta asociación.

En la Comisión de Peticiones Ciudadanas del parlamento aragonés, estas plataformas presentaron documento ‘Los 5 pilares de una regulación integral del cannabis’ en el que han participado más de cien organizaciones a nivel nacional e invitaron a los grupos a aprobar una Proposición no de Ley para instar al Gobierno de España a regular el autocultivo para uso personal y facilitar el acceso a los tratamientos terapéuticos bajo supervisión médicas para aquellas patologías en las que esté demostrada su eficacia.

Además, solicitaron la creación en el seno de la Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas de una ponencia sobre el cannabis y su posible regulación, desde planteamientos “respetuosos” con los derechos humanos y la evidencia científica. Y recordaron que Aragón es uno de los pocos parlamentos donde no se ha presentado ninguna iniciativa al respecto.

La respuesta de los grupos parlamentarios

A priori, todos los grupos parlamentarios se mostraron a favor de regular el consumo de cannabis para uso terapéutico, aunque el PAR y el PP se mostraron más prudentes.

El diputado Enrique Pueyo, del PSOE, tendió la mano para presentar este mismo año una Proposición no de Ley para regular el cannabis para uso terapéutico, al igual que Podemos que se mostró partidario de llegar a acuerdos con el resto de los grupos a este respecto.

Carmen Martínez, de CHA, indicó que el uso terapéutico del cannabis está “socialmente aceptado”, por lo que se decantó por pedir al Gobierno de la nación desde las comunidades autónomas una regulación en la que “nadie se sienta desprotegido”.

C’s recordó las iniciativas planteadas en el Congreso de los Diputados al respecto por su formación y señaló que la diferencia entre la medicina y la droga está “en la dosis”. Desde el PAR, aseguraron que es un asunto que genera “gran controversia” y que, por tanto, habrá que “estudiar y meditar mucho”. “Ustedes tendrán mucho que decir”, apuntó la diputada Lucía Guillén.

Por su parte, ante las intervenciones del resto de partidos, el PP hizo hincapié en que es una sustancia que genera un “altísimo grado de adición”. “Parece que se están minimizando los riesgos”, señaló, para decir a continuación que no están en contra del uso terapéutico del cannabis. Por último, planteó la necesidad de esperar a las conclusiones de la Comisión de expertos que hay en el Congreso, porque la Comunidad, recordó, no tiene competencias en este asunto.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.