La enfermedad causada por el hongo Botrytis cinerea, conocida comúnmente como ‘moho gris’ o ‘podredumbre’, puede aparecer en forma de tizones en los cogollos, como manchas en las hojas viejas y debilitadas, con aspecto de chancros más o menos graves, debido al ahogamiento de plántulas en los semilleros, o durante el enraizado de esquejes.
Este hongo es completamente cosmopolita; se ha adaptado a la perfección a todas las condiciones, sean urbanas o no, y ataca a gran multitud de especies. Quizá existan vegetales inmunes a este patógeno, pero a día de hoy desconozco cuáles pueden ser.

Por Massimiliano Salami (drgrow)

Para que el moho gris prospere debe hallar un medio propicio. Las condiciones ambientales son primordiales para todas las fases del desarrollo de la botritis. Una atmósfera cargada de humedad, como la que nos podemos encontrar después de una lluvia, es la situación más idónea para que aparezca. En estos casos, el hongo va extendiendo un moho gris sobre los tejidos infectados, una característica propia de esta enfermedad y que le da nombre, como ya hemos dicho. El moho está compuesto por una capa de micelio y cuerpos fructíferos con numerosos conidios o esporas que al dispersarse ocasionan las infecciones secundarias.

Cuando la humedad no es demasiado alta, el micelio que se crea es de color canela, de aspecto similar al que aparece cuando ataca una hoja. En condiciones de total oscuridad, el moho puede ser más blanquecino.

La penetración del patógeno en la planta puede estar ocasionada por heridas artificiales provocadas por insectos (orugas), ácaros o daños mecánicos. Durante la floración, el patógeno puede introducirse en el vegetal, sin mucho esfuerzo, a través de las mismas brácteas florales, en la apertura que tienen donde asoman los pistilos. El hongo, una vez en el interior de la bráctea, encuentra las condiciones ideales para su desarrollo, con lo que infecta el ovario e invade la bráctea. Insistimos en que las condiciones ambientales desempeñan un papel vital para la aparición y posterior desarrollo de la brotitis. Si continúan siendo favorables, el hongo seguirá extendiéndose por el interior de las inflorescencias contiguas. Si no encuentra impedimentos, el moho gris intentará colonizar las cimas y formar nuevos inóculos infecciosos.

El hongo puede invadir la planta y empezar la infección desde fuera del cogollo y caminar hacia dentro, o bien seguir el proceso contrario: empezar por el interior y aflorar al exterior. En este caso, la presencia de una hoja extrañamente amarilla y arrugada, que se desprende con suma facilidad al tirar de ella, nos puede estar indicando que hay infección.

Nótese que el tipo de infección “de dentro hacia fuera” se debe, por lo general, a la actuación de propágulos infecciosos en las flores internas del cogollo. Aquí, en estas primeras flores, la enfermedad queda en estado latente, a la espera de que el cogollo se torne más denso y favorezca las condiciones para el desarrollo fúngico. Las cimas muy compactas y desarrolladas dificultan el movimiento del aire entre las flores, por lo que aumenta la humedad y se crean las situaciones perfectas para el patógeno.

Los pistilos de las flores, cuando maduran o envejecen, son muy susceptibles al ataque de los hongos; por tanto, oportunistas como la botritis lo tienen más fácil.

La proporción de daño que el hongo pueda hacer dependerá de la resistencia que ofrezcan las variedades cultivadas.

Las cimas florales infectadas por moho gris deben ser descartadas sin miramientos: no se deben consumir de ninguna manera, ni fumadas ni ingeridas.

Métodos de control integrado contra la Botrytis cinerea

La prevención es quizá la forma de control más eficaz; no obstante, desglosamos en la siguiente relación los diferentes métodos que se aplican:

  • Control parabiológico. Se basa prácticamente en la vigilancia y el control del medio, en una nutrición equilibrada, así como en la higiene del cultivo y en la aplicación de fortificantes.
  • Lucha biológica. Consiste en la diseminación de microorganismos antagonistas del patógeno.
  • Control químico respetuoso. La aplicación de sustancias de origen químico o natural es la base de este tipo de control.
  • Control integrado de las plagas. Se fundamenta en la prevención y no en la cura.

Recordemos que es la combinación conjunta de estos procedimientos de control lo que compone el método de control integrado, y no su uso independiente.

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Control parabiológico

En interior o en invernaderos, las estrategias de control parabiológico para el moho gris se basan en la corrección del clima a través de la ventilación forzada y en el empleo de aparatos deshumidificadores que disminuyan la humedad ambiental. El uso de filtros de contención de partículas para reducir la entrada de inóculos infecciosos es cada día más frecuente.

En exterior, una cubierta plástica que en los momentos críticos proteja a las plantas encogolladas para evitar que se mojen puede ser una solución sencilla y muy eficaz. Las plantas no deben tocar nunca el plástico, o de lo contrario se acelerará el desarrollo de una infección.

En lo que respecta a la alimentación del cultivo, esta debe ser más rica en potasio que en nitrógeno, como vimos en el número 98 de Cannabis Magazine. Las plantas que crecen con exceso de nitrógeno serán menos resistentes ante una infección de botritis.

En los cultivos de interior e invernadero, la higiene de las instalaciones es fundamental para reducir los propágulos infecciosos. En exterior, la eliminación de restos de cosechas anteriores, la rotación y la biofumigación serán medidas preventivas a tener en cuenta entre cultivo y cultivo.

La eliminación de las hojas y las ramas viejas que dificulten el movimiento del aire por las plantas y que podría convertirse en foco de infección, también son prácticas muy comunes en la prevención del moho gris.

Como sabemos, la Botrytis cinerea es un patógeno débil y oportunista, por lo que la labor preventiva más radical será no darle oportunidades para que encuentre su ‘caldo de cultivo’ donde poder desarrollarse. Los fortificantes inductores de las defensas de las plantas son una herramienta primordial para luchar contra hongos como el que nos ocupa. Tal como su nombre indica, estos fortificantes intervienen en la síntesis de las sustancias que actúan como defensas en las plantas, las fitoalexinas, las proteínas-PR, etcétera.

A continuación vamos a proponer dos productos fortificantes comerciales elaborados con soja, que han resultado ser muy efectivos en varias estrategias de control parabiológico frente a la botritis.

Tiki Moi Lecithin y Fortnutri Lecitina  (Natur Cannabis) sondos productos formulados a base de lecitina de soja y compuestos orgánicos nutricionales, cuya característica principal es el alto contenido en fosfolípidos vegetales (fosfatidilcolina), ácidos grasos esenciales, fósforo, colina y vitamina E.

La lecitina de soja estimula el crecimiento de las plantas, les da vigor y las robustece frente a los ataques de patógenos, y al no aportar alimento a éstos se convierte en un complemento ideal al plan nutritivo que hayamos diseñado para la planta.

Estas son algunas de las propiedades de la lecitina:

  • Mejora la salud de la planta al reducir el ataque de hongos.
  • Ejerce una acción antioxidante, lo que proporciona mayor longevidad y turgencia a las inflorescencias.
  • Funciona como cicatrizante de pequeñas fisiopatías y heridas en las hojas, con lo que disminuyen las vías preferentes de penetración del hongo.

La fosfatidilcolina induce a las paredes celulares de la planta a engordar para dificultar la penetración de inóculos infecciosos, con lo que mejora la resistencia de la planta frente al ataque de botritis

La frecuencia ideal para aplicar el producto es cada quince días, y en floración una vez a la semana. Lo mezclamos a razón de 3 mililitros por litro de agua, y lo aplicamos de forma homogénea en las hojas, tanto en el haz como en el envés. Durante el ciclo vegetativo podemos remojar el vegetal, pero en floración hay que evitar empapar los cogollos: una ligera atomización sobre las hojas será suficiente.

Lucha biológica

La lucha biológica no es una herramienta exclusiva del control de plagas. En la actualidad, el concepto de lucha biológica se puede extrapolar al control de hongos fitopatógenos. Al igual que con las plagas, la lucha biológica de hongos se basa en el mismo principio: usar seres vivos para el control de otras poblaciones de seres vivos.

Es fácil comprender -y así lo demuestra la naturaleza- que para mantener a raya a un hongo, el mejor agente es otro hongo o una bacteria. Por tanto, la lucha biológica contra los microorganismos patógenos que afectan al cannabis se realiza con aplicaciones inoculativas de los conocidos agentes microbianos, a los que podemos considerar como los verdaderos enemigos naturales de muchas de estas enfermedades de las plantas.

Los agentes microbianos (véase Cannabis Magazine, núm. 95) tienen diferentes métodos de acción sobre las colonias de hongos patógenos:

 

  • Destruyen las paredes celulares de los patógenos, por lo que les llevan a la muerte.
  • Inhiben la formación del tubo germinativo, con lo que evitan su colonización y previenen que las esporas germinen y proliferen.
  • Producen compuestos extracelulares que frenan la germinación de las esporas de los hongos patógenos. Compiten por el sustrato, tanto en la rizosfera (raíz) como en la filosfera (hojas), con los patógenos de las plantas.
  • Producen antibióticos altamente tóxicos para los hongos patógenos del cannabis.
  • Microparasitismo.
  • Inhibición de las enzimas producidas por el patógeno.
  • Antibiosis.
  • Competición por nutrientes.
  • Competición por espacio.
  • Mayor resistencia de la planta al estrés y a otros factores.
  • Solubilización y secuestro de nutrientes inorgánicos.
  • Promoción del desarrollo de la planta y de sus raíces.
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A continuación voy a proponerles un producto a base de agentes microbianos que se utiliza para el control de la botritis. Es un producto ecológico al cien por cien, respetuoso con el medio, y muy eficaz al mismo tiempo.

La lucha biológica pretende mantener una población activa de agentes microbianos que protejan e impidan el desarrollo de los conidios del moho gris. Por este motivo, el inconveniente que tiene esta práctica es que la inoculación de estos microorganismos debe ser casi semanal, en especial si las condiciones son favorables a la aparición de botritis.

Botrybel es un producto totalmente natural a base de Bacillus velezensis. Esta bacteria es capaz de producir una elevada concentración de sustancias con una fuerte actividad contra la botritis.

La cepa de Bacillus velezensis usada en esta formulación es autóctona de los suelos de la Península Ibérica.

La aplicación se realiza por vía foliar, a razón de 15 mililitros por litro de agua, cada siete días, en plena época de alerta.

Como siempre, se recomienda no remojar los cogollos durante el tratamiento: una fina atomización sobre las hojas bastará.

Otro consejo: la primera aplicación se dará en prefloración.

Control químico respetuoso

El método químico usado en el cultivo del cannabis para el control de la botritis se limita a un grupo muy pequeño de productos comerciales, debido a la toxicidad de la mayoría de ellos, a su vez causada por la falta de experimentos que garanticen su inocuidad, y por tanto el completo desconocimiento de los plazos de seguridad para este cultivar. Ante esto les voy a proponer dos formulaciones que se pueden incorporar a nuestras estrategias de control de la botritis.

Biofungi (Trabe), elaborada con ácidos grasos saponificados de canela, tomillo y própolis, y Cola de caballo + Urtifer (Trabe). La cola de caballo, que contiene sustancias tóxicas para los hongos, la combinamos con purín de ortigas para aumentar su eficacia. Tanto el Biofungi como la CC + Urtifer deben aplicarse semanalmente por vía foliar, mediante una fina atomización en floración.

Control integrado de plagas

Es vital preparar un buen plan para la prevención y el control de las plagas responsables de la debilitación de las plantas. Esta medida es obligatoria para reducir las incidencias de esta enfermedad tan destructora.

Todas las plagas deben ser vigiladas y controladas durante todo el ciclo, no solo por las pérdidas que ocasionan, sino por los daños indirectos asociados. Ciertas plagas como las de la araña roja, los homópteros (pulgones, cochinillas), y especialmente las orugas, atacan a los cogollos y les causan graves perforaciones que luego son invadidas por la Botrytis cinerea. Estas orugas simplemente buscan alimento y un lugar idóneo para poder realizar la fase de pupa. Su control debe efectuarse con varios métodos que integren extracto de neem con Bacillus thuringiensis (Bt), trampas de feromonas y trampas de monitoreo de color amarillo.

Una estrategia viable para los cultivos en exterior, invernaderos e interiores consiste en colocar trampas amarillas alrededor del cultivo y observar las capturas. Si el problema no es nuevo y conocemos las especies presentes, podremos actuar de inmediato colocando también las trampas de feromonas. Hay que usar para cada especie su feromona correspondiente. El neem y el Bt no se aplicarán hasta ver indicios de plagas. Con esta estrategia integrada nos podemos garantizar un buen control sobre las orugas, a las cuales se asocian muchos ataques de botritis.

Agradecimientos: Carlos Borges

Referencias:

Salami M. 2008, Cannabis sativa L., Dr. Grow´s Productions.

Salami M. 2012. “Agentes microbianos”, Cannabis Magazine n.º 95.

Salami M. 2012. “Nutrición, plagas y enfermedades”, Cannabis Magazine n.º 98.

Acerca del autor

Massimiliano Salami
Massimiliano Salami es escritor, autor del libro Cannabis sativa L., colaborador de Cannabis Magazine e investigador en el cultivo del cannabis. Licenciado en matemáticas, es técnico en gestión de empresas agropecuarias con amplia experiencia como breeder.