En ocasiones, por cuestiones económicas, por simple curiosidad, para realizar plantaciones de guerrilla o para abundantes exteriores o invernaderos, decidimos crear nuestros propios cruces de las variedades que más nos gustan, obteniendo así, nuestras propias semillas y evitando comprar cantidades ingentes de semillas u obligándonos a recurrir al esqueje.

Por Neal C. Borroughs

Nosotros lo hemos llevado a cabo varias veces y, también, hemos tenido la intención de hacer una pequeña selección y crianza de alguna de las variedades que mejores resultados nos han dado.

En este pequeño artículo (en relación a lo gigantesco y complicado que es el mundo de la genética vegetal) pretendemos acercaros a la obtención de semillas de mediana calidad (con puntuales resultados excelentes) y ofreceros algunos conceptos básicos de crianza, evitando complejidades y detalles minuciosos, la descripción del largo proceso necesario para la estabilización o una inversión considerable de tiempo y dinero. De nuevo, todo ello ubicado en un espacio reducido.

Lo primero que debemos advertir a nuestros lectores es que es realmente difícil obtener una calidad superior a las semillas que podremos comprar en cualquiera de las consagradas casas de semillas existentes hoy día. Esto se debe, principalmente, a la capacidad de selección que estás casas poseen. Algunas afirman elegir sus plantas entre más de 1000 ejemplares, y esto, rara vez podrá ser llevado a cabo por un cultivador que pretende simplemente autoabastecerse.

Sin embargo también podemos decir que, en algunos casos, las plantas provenientes de estos cruces han sido espectaculares, en producción y calidad, aunque casi siempre se trata de semillas inestables e impredecibles en sus expresiones fenotípicas.

Recordemos que el genotipo es el propio contenido genético que la semilla posee, el heredado de sus progenitores, y el fenotipo es la expresión de estos genes en un determinado ambiente o circunstancia. El fenotipo es, por tanto, lo que vemos cuando la planta se desarrolla: su forma, el tipo de hoja, su tamaño, la distancia internodal, etc. En el ámbito cannábico del uso, serían sus características psicodélicas, su capacidad para provocar euforia o sedación, su olor, su gusto o la duración y evolución de sus efectos.

El espacio y las circunstancias elegidas para realizar estos cruces fueron un armario específicamente fabricado para el cultivo de 60x60x140 cm, una bombilla de 125 w CFL de bajo consumo, específica para crecimiento y una de 150 w CFL de bajo consumo para floración, un extractor de unos 180 m3/h y un pequeño ventilador dentro del armario.

La decisión de usar bajo consumo y no sodio para la iluminación es que no es realmente imprescindible aportar una cantidad excesiva de luz a las plantas durante la floración, dado que la formación de la semilla no requiere estas cantidades para formarse correctamente, al menos no tantas como el proceso de floración sinsemilla, que necesita grandes cantidades lumínicas para poder condensar y hacer crecer sus flores.

Esto trae la positiva consecuencia de reducir el consumo energético en todos los sentidos. La ausencia del calor generado por el sodio implica la reducción de extracción y ventilación dentro del cultivo y, también, poder prescindir de intracción, valiéndose, única y suficientemente, de la intracción pasiva producida por la extracción.

Es obvio que si vamos a llevar a cabo este proceso será porque deseamos reducir nuestro gasto económico en relación a la compra de semillas, por lo que sería absurdo comprar cientos de semillas y proceder a una selección exhaustiva de los individuos más adecuados para comenzar nuestro cruce. Nosotros nos ceñiremos a un proceso muy sencillo.

A la hora de elegir nuestras semillas (que luego se convertirán en individuos que aportarán la consecuente carga genética de las semillas que pretendemos crear) debemos tener en cuenta algunos consejos básicos. Es inevitable que la deferencia hacia algunas plantas que hemos probado nos lleve a querer escoger ciertas semillas que nos han gustado o han dado resultados acertados, sin embargo, lo ideal es acercarse a las variedades de crianza verdadera, es decir, trabajar con sujetos que produzcan resultados estables y consistentes.

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Podemos afirmar, con rotundidad, que existen muy pocas semillas a nuestra disposición que provengan de una crianza verdadera dado que conlleva años de trabajo y dedicación, incluso en circunstancias como las descritas arriba. Normalmente nos encontraremos con semillas que siempre muestran cierta variabilidad, incluso siendo apodadas con nombres de semillas que sí son de crianza verdadera. Las variedades de crianza verdadera responden a nombres como Haze, Purple Haze, Northern Lights, BlueBerry, Afgana, Thai, Mex, Colombiana, Ketama, Hash, etc.

Si elegimos adecuadamente el banco, probándolo uno mismo en circunstancias donde poder evaluar su estabilidad (la poca variabilidad del fenotipo), en condiciones similares y con cuantos más individuos mejor; y también elegimos con cautela el tipo de semilla (en relación a su proximidad con razas de crianza verdadera) obtendremos semillas mejores, más estables y con resultados mucho más similares que si nos decantamos, simplemente, por semillas que nos gusten.

Si cruzamos dos variedades lo más cercanas posibles a razas de crianza verdadera, obtendremos una población híbrida llamada F1. Se sabe que estos híbridos son uniformes y que, sin embargo, si se cruzan entre sí, la generación que producirían no sería ni uniforme ni similar a la generación F1.

Aquí es donde nos encontramos ante esa desventaja frente a una casa de semillas. Las casas pueden elegir sus parental hembra mediante la selección entre cientos o, incluso, miles de hembras. También puede cruzar sus machos, obtener semillas, plantarlas, observar, oler y “catar” los frutos de las plantas sinsemilla y sólo después, elegirlos. Así tienen dos parentales inmejorables elegidos entre grupos, a veces, inmensos.

También debemos enfrentarnos a la idea de que, como el mundo comercial de las plantas de marihuana no está normalizado, las casas no pueden “proteger” esos cruces y sus respectivos nombres para evitar ser copiadas y ofrecen híbridos que implican una variabilidad inevitable si los cruzamos, estableciendo así la barrera que nos distancia de poder partir de parentales estables e invitándonos a repetir si nos gustan sus híbridos.

Es decir, los mejores bancos de semillas suelen comercializar híbridos F1, semillas de gran calidad y homogéneas, pero que dificultan el acceso a la crianza puesto que si cruzamos estos híbridos, obteniendo un F2, los individuos que obtendremos perderán las positivas consecuencias de ser un F1 y no mostraran cualidades similares a sus progenitores.

Debemos tener en cuenta que los híbridos F1 poseen una cualidad llamada heterosis o vigor híbrido. Esto implica que, a menudo, son más grandes, robustas, rápidas y productoras que sus predecesoras y son relativamente uniformes entre sí.

Por eso, principalmente, nuestros F1 se parecerán más bien poco a los de las mejores casas de semillas, que casi siempre escogen verdaderos progenitores de crianza verdadera. Esto no debe desilusionarlos pues la variabilidad genética es impredecible y asombrosa. Incluso podemos encontrar unos progenitores viables entre cantidades pequeñas de individuos si elegimos bien.

Pues bien, partiendo de estos sencillos consejos, nosotros nos decantamos por Northern Lights de Sensi Seeds Bank, como parental masculino. Esta decisión no solo se fundamentó en la popularidad de su estabilidad, comprobada por nosotros mismos, sino por la inmejorable carga genética que aporta (predominancia índica, rápida, resistente, relativamente pequeña y productora) y por ser una de las variedades de crianza verdadera más aclamada y utilizada por otras casas de semillas para sus propios cruces. Sin olvidarnos, por su puesto, de que nos gusta este tipo de planta.

En lo que se refiere al parental femenino elegimos tres plantas diferentes. Dada la altura y el espacio en que trabajamos, nos decantamos por la variedad, las macetas pequeñas y la pretensión de aprovechar nuestra superficie de 0,36 m2, obteniendo una cantidad moderada de semillas. Por razones similares a Nothern Lights nos decantamos por un ejemplar feminizadao de BlueBerry de Dutch Passion Seed Company, uno de Brasil Amazonia de World of Seeds (que nos ofrece lo más cercano a variedades puras, provenientes de diferentes lugares del planeta y de crianza verdadera) y uno de BubbleGum de Serious Seeds (la única variedad de la casa que está declaradamente mejorada sobre sí misma y no es un híbrido).

Podéis advertir cierta tendencia índica en todas las semillas elegidas, esto es una cuestión de gustos, pero hay otras muchas variedades cercanas a la crianza verdadera con tendencia sativa (o incluso 100 % sativas) en el mercado, bajo nombres como Haze, Colombian/a, Kilimanjaro, South African, Thai, etc.

Una de las razones más importantes por la que nos decantamos por esta tendencia índica es la rapidez (o moderada rapidez) de floración y por ser semillas objeto de posteriores cultivos medianamente grandes, en exterior y con otoños tempranos, lluviosos y fríos.

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Debemos tener en cuenta para qué vamos a utilizar las semillas que produciremos pues servirá de poco cruzar plantas eminentemente sativas, con periodos de floración excesivamente largos, para sembrarlas en exterior, aquí, en la península, donde las plantas nunca alcanzarán sus estados óptimos de cosecha o padecerán condiciones extremas que pueden dañarlas severamente, provocando enfermedades o moho.

Existen multitud de híbridos y alguna que otra raza sativa de crianza verdadera que demuestran el esmerado trabajo de seleccionar aquellos individuos que mantienen cualidades sativas mientras florecen en un número de semanas mucho menor a la de sus antepasados y que, en algunos de nuestros climas, pueden expresarse en su máximo esplendor.

Por último me gustaría advertiros de que la cantidad de semillas que obtendréis en espacios similares es muy variable, pudiendo obtener cerca de un centenar en algunos casos y unos pocos centenares en otros. En espacios amplios más iluminados o exteriores, con plantas más grandes, produciremos una cantidad mucho mayor, pudiendo llegar a los miles de semillas fácilmente.

En el próximo número explicaremos el proceso básico a seguir para una pequeña selección de entre los 10 ejemplares de semillas regulares de Nothern Lights, quedándonos con un solo ejemplar macho que se convertirá en el parental masculino de nuestro cruce; los tiempos de crecimiento y floración; la alimentación de nuestras plantas para un correcto desarrollo de las nuevas semillas; la forma correcta y el momento óptimo para la polinización y muchas cosas más.

 

LIBROS RECOMENDADOS:

*DJ Short, Cultivating Exceptional Cannabis: An expert breeder shares his secrets (Quick American a division of Quick Trading Co, New York, 2004)

– Este pequeño y asequible libro nos ofrece una visión sencilla y directa de la genética vegetal en su segunda mitad. “El arte de la selección”, la herencia genética, los tipos de cannabis y las variedades originarias son algunos de sus temas

*Green, Greg. The Cannabis Breeder’s Bible (Green Candy Press, Canadá, 2005)

– Esta extensa, detallada y muy recomendable publicación, con 237 páginas y multitud de fotos, ilustraciones y diagramas nos dará una visión compleja y adecuada para cualquier tipo de tarea de cruce, incluso a un nivel avanzado. Greg Green es también el autor de The Cannabis Grow Bible. Un gurú del cultivo y la mejora genética.

*Cervantes, Jorge. Marihuana: horticultura del cannabis. La biblia del cultivador médico de interior y exterior (Van Patten Publishing, 2007)

– En el capítulo decimosexto, sobre crianza, Chimera, un consagrado conocedor de la biotecnología y ciencia de las plantas en el mundo cannábico, nos ofrece una visión sencilla pero detallada, llena de todo tipo de imágenes en color, sobre la crianza. Una completa y más que suficiente introducción al entorno del criador y las casas de semillas.

 

 

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.