El sueño del traficante. La pesadilla del consumidor. Así es como muchos resumen la esencia de esa sustancia que los americanos llaman crack y que nosotros llamamos base. Conozcamos, a continuación, algunos de sus secretos.
 
 
 
 
 
 
 
cocainabase
 
 
 
 
 
 
Qué es la cocaína base
 
Químicamente, la cocaína puede presentarse bien en su forma en sal bien en su forma en base. La primera tiene la peculiaridad de ser perfectamente soluble en agua, lo cual permite realizar con ella consumos esnifados o inyectados. Sin embargo, no es apta para fumar, ya que, el principio activo (la cocaína), se echa a perder ante fuentes de calor intenso. La segunda, por el contrario, no es soluble en agua, lo cual imposibilita su administración esnifada o inyectada. No obstante, es perfectamente válida para ser fumada, pues no se degrada tan fácilmente con el calor. En cualquier caso, ha de quedar claro que ambas no son más que dos formas distintas en que puede presentarse la misma sustancia, la cocaína.
 
La presentación en sal es la que, hasta ahora, ha venido siendo la más habitual. Es la que millones de usuarios acostumbran a meterse en la nariz en forma de rayitas. Es el clorhidrato de cocaína, que se obtiene al mezclar la pasta base de coca con ácido clorhídrico. A su vez, la pasta base, obtenida en los primeros pasos de la extracción de cocaína a partir de las hojas de Erythroxylon coca, es, como su propio nombre indica, cocaína base y, por lo tanto, perfectamente válida para fumar. Sin embargo, de una parte, la pasta base suele contener bastantes impurezas y, de otra, habitualmente el acceso a la misma suele darse casi con exclusividad en los países productores (donde, de hecho, se consume fumada) mientras que en el resto de naciones suele comercializarse solamente el mencionado clorhidrato. Así es que, para consumir cocaína base fuera de Latinoamérica, no suele haber más opción que obtenerla a partir de la forma en sal, invirtiendo el proceso (en argot patrasear, es decir, ir patrás –para atrás) que en los países de origen convirtieron la pasta básica en clorhidrato de cocaína.
 
 
 
Dicha reconversión química puede realizarse de varias formas. El método primigenio (freebasing) utilizaba amoniaco y éter, pero, debido a la inflamabilidad de ésta última sustancia, pronto cayó en desuso en favor del cheap basing, en el que únicamente se emplean amoniaco o bicarbonato. De todos modos, cabe destacar que, en lo concerniente a la terminología, existe una notable controversia y divergencia de criterios a la hora de denominar a la cocaína base según se obtenga utilizando una u otra sustancia. Así, hay quien, al producto purificado con éter, lo denomina freebase (base libre) y al obtenido tan sólo con amoniaco o bicarbonato lo llama crack. Otros, sin embargo, consideran que la freebase o base libre es la obtenida con amoniaco, se purifique o no con éter, y que el crack es el que se obtiene al utilizar bicarbonato. Sea como fuere, más allá de estas diatribas terminológicas, la cuestión es que, se obtenga de un modo u otro, el resultado siempre es cocaína base, es decir, cocaína apta para fumar.
 
 
 
No obstante, cabe puntualizar que, dependiendo del método de preparación, el producto final presentará ligeras diferencias en lo que respecta a la presencia de impurezas. Concretamente, la base más pura es la que se obtiene purificando la coca con éter (aunque ya hemos comentado que se trata de un sistema muy peligroso y caído en desuso). El segundo puesto en el ranking de purezas lo ocupa la base obtenida con amoniaco, y el tercer puesto le corresponde a la que se obtiene con bicarbonato. De esta última se dice que, a pesar de ser la menos pura, sería también la más segura, en cuanto que hay quien sostiene que el empleo de amoniaco sería perjudicial para la salud, especialmente para los pulmones. Sin embargo, lo cierto es que, en razón de la evidencia disponible, esta cuestión está lejos de haber sido confirmada y constatada fehacientemente.
 
 
Sea como fuere, consideramos importante realizar una última apreciación sobre la cuestión de la pureza, destacando que la base, el crack o como queramos llamarlo, en contra de lo que muchos piensan, no es un producto de desecho de la cocaína clorhidrato ni suele estar más adulterado que ésta última. De hecho, más bien sucedería al contrario, ya que, en el proceso de conversión quedan eliminados muchos de los cortes, de tal manera que, a no ser que se cometan errores a la hora de llevar a cabo dicho proceso, la pureza de la base será siempre mayor que la pureza del clorhidrato que se ha utilizado de partida (aunque paralelamente también se reducirá el peso de la muestra).
 
 
 
 
 
Placeres
 
 
 
Los efectos del crack aparecen bastante antes que los que se obtienen vía esnifada. Además, son mucho más intensos, aunque también mucho más breves, y suelen dar paso a un bajón más acusado. Estas características determinan que los placeres del crack cuenten, por así decirlo, con un matiz más fisiológico que aquellos asociados al uso esnifado.
 
Podría decirse que la brevedad e intensidad de los efectos de la base dan lugar a que la experiencia de consumirla se centre de forma primordial en disfrutar de esos placeres, en sí mismos y por sí mismos. Por el contrario, es frecuente que la experiencia de consumir cocaína esnifada más que centrarse y limitarse al mero disfrute de los efectos de la coca, se remita al disfrute de otras actividades mientras se está bajo los efectos de la coca. Es decir, los efectos de la cocaína esnifada, menos intensos y bastante más duraderos que aquellos que produce el crack, se disfrutan, en gran parte, porque permiten disfrutar más y mejor de las cosas que se hacen bajo su influencia (hablar, bailar, tener relaciones sexuales…). Los efectos de la base, sin embargo, se disfrutan fundamentalmente por lo que son en sí mismos sin que, generalmente, otras actividades medien con el disfrute y la gratificación.
 
 
(Continuará)
 
 
 

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