Se dice, se cuenta, se comenta que los pérfidos camellos adulteran con matarratas las ya, de por sí, perniciosas drogas que despachan a su fiel y entregada clientela. ¿Será verdad? ¿Será mentira? ¿Qué será… será? Sigan ustedes leyendo y, muy pronto, lo sabrán.

Por Eduardo Hidalgo

A la hora de hablar de la adulteración de las drogas, ya sea en los medios de comunicación de masas, en los foros de Internet, en la literatura drogabusológica, en los panfletos preventológicos, en las conversaciones de quienes consumen sustancias psicoactivas prohibidas y en las de quienes no las consumen, es ley universal e impepinable que, más pronto que tarde, salga a relucir el corte por excelencia y antonomasia, aquel que todo el mundo conoce, ese del que todos hemos oído hablar, el que, por encima de cualquier otro, resulta inconcebible que nadie en su sano juicio podría jamás emplear, pero que, sin embargo y a pesar de los pesares, todo parece indicar que, efectivamente, se emplea, con relativa frecuencia, en el enloquecido y desalmado submundo de la droga. Si, en efecto, nos referimos -¿cómo lo han adivinado?- al matarratas (afinando y concretando un poco más, a la estricnina).

¿Consideran, ustedes, necesario que, en este punto, nos encarguemos de aportar testimonios contrastados y contrastables que avalen lo que, tan alegremente, acabamos de afirmar? Pues, tanto si lo creen conveniente y oportuno como si no, se los vamos a dar.  

Testimonio nº 1 – Antonio Escohotado: “En lo que respecta a casos de muerte por sobredosis, debe recordarse que tanto la heroína como la morfina, la codeína y el opio no adulterado producen una depresión respiratoria que conduce a un coma de horas. La inmensa mayoría de los casos actuales -cuyo prototipo es alguien que aparece muerto con la aguja clavada todavía en el brazo, por ejemplo en los servicios de un bar o sala de fiestas- provienen de sucedáneos mucho más fulminantes por esa vía (estricnina, quinina, otros matarratas, etc.).”

Testimonio nº 2 – Letra de la canción “matarratas” de El último ke zierre: “Encontraron los dos cuerpos/ y heroína adulterada/ a sabiendas los mataron/ con veneno para ratas.”

Testimonio nº 3 – Web de la RACE: “La cocaína es una droga que se adultera muy frecuentemente y en numerosas ocasiones se corta con estricnina, sustancia química utilizada en los matarratas.”

Testimonio nº 4 – Foro La Marihuana.com: “Lo de la estricnina se lo he comentado también a mi hermano y el me da la razón, de hecho él cortaba el LSD de los secantes con sulfato de estricnina (C21H22O2N2) que lo compraba en las farmacias americanas como tratamiento terapéutico del reuma.”

Muy bien, es suficiente, queda demostrado que, como apuntamos en su momento: se dice, se cuenta, se comenta que los pérfidos camellos adulteran las drogas con matarratas. La cuestión es que, de ser así, uno no puede dejar de pensar que, tales camellos, aparte de pérfidos deben de ser un poco gilipollas, quiero decir, bastante gilipollas, tanto o más gilipollas que pérfidos. Porque, vamos a ver: pongámonos en su lugar. Imaginemos que nosotros mismos nos dedicamos a vender sustancias psicoactivas prohibidas. Recordemos que dicha actividad es, en sí misma, ilegal, delictiva, y que, en caso de ser descubierta se castiga con largas penas de prisión. Es decir, tengamos presente que el narcotráfico y el trapicheo entrañan serios riesgos –para la libertad-. Riesgos que difícilmente nadie asumiría de no ser porque ambas actividades conllevan, también, considerables beneficios de tipo, adivinen… en efecto: económicos. En otras palabras, no olvidemos que vender drogas reporta dinero, mucho dinero, y es, precisamente, para obtener ese dinero que los narcos se juegan la libertad vendiendo sustancias ilegales. La venta de drogas es, por lo tanto y principalmente, una actividad comercial, arriesgada e ilícita, pero comercial; y los camellos, en consecuencia, no son más que comerciantes, ilícitos, pérfidos y todo lo que ustedes quieran, pero comerciantes; y como tales, se guían por los mismos principios, las mismas motivaciones y las mismas leyes del mercado que el resto de los comerciantes. La mayoría, por lo tanto, trata de hacerse y de mantener una buena y fiel clientela, lo cual sólo es posible cuando se le depara al cliente un buen trato y se le ofrece un buen producto. Una minoría, en lugar de trabajar con clientes estables, optará por sacar el máximo provecho realizando transacciones puntuales y fugaces con consumidores o con otros proveedores, a los que timará todo lo que pueda y más, para luego desaparecer sin dejar rastro. No obstante, en ambos casos, el empleo de un veneno, de una sustancia altamente perjudicial para la salud carece de toda lógica. Tanto si uno quiere ofrecer un buen producto como si quiere timar a sus clientes, el objetivo sigue siendo el mismo: ganar dinero, y punto, cuanto más y cuantas más veces, mejor. Siendo así, ¿Qué comerciante iba a ser tan tonto, tan loco y tan malvado como para pensar: bueno, me saco una buena pasta y, de paso, me los cargo a todos? ¿Quién podría ser tan estúpido como para echar por tierra sus futuras posibilidades de seguir enriqueciéndose matando o poniendo innecesariamente en riesgo a las personas que han de hacerle rico? ¿Usted, tal vez? Noooo, ¿verdad? Pues, como usted, tampoco los demás. Sobre todo porque, aun queriendo adulterar el producto, existen infinidad de sustancias más baratas, más fácilmente accesibles, menos nocivas e, incluso, más satisfactorias para el gusto y los intereses del consumidor –es decir, mucho más provechosas desde una óptica puramente comercial- como, por ejemplo: los azúcares (glucosa, sacarosa, lactosa, manitol…), la cafeína, el paracetamol, etc., que son, de hecho, los adulterantes más ampliamente utilizados. En definitiva, que cortar las drogas con matarratas carece totalmente de sentido. Se mire como se mire no hay razón alguna para que los camellos se decanten por este infame producto.

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¿O si? Pues si. Si que la hay. O, más bien, la hubo, pues se da el caso de que, a principios del siglo XX, la estricnina era empleada, a dosis bajas, como medicamento, estando indicada, entre otras cosas, para tratar la postración posterior a la neumonía, para casos crónicos y severos de bronquitis asmática, para algunos casos de impotencia, para la prevención de hemorragias post-parto, para tratar las parálisis musculares, para tratar el alcoholismo, para tratar las primeras fases de las intoxicaciones con opio y como antídoto del cloral. Es decir, que se da la casualidad de que se prescribía para el tratamiento de algunas dolencias para las cuales la heroína también era el fármaco de elección, fundamentalmente la neumonía. De hecho, en su día había preparados farmacéuticos que contenían ambas sustancias, como el sirope Herophosphydes, compuesto de hierro, magnesio, lima, quinina, estricnina y heroína o las pastillas para tratar la morfinomanía, compuestas de cafeína, estricnina, quinina y heroína y que fueron la primera presentación de diacetilmorfina utilizada en los usos recreativos por vía pulmonar. Por lo tanto, todo parece indicar, que la presencia de estricnina y quinina en las muestras de heroína ilegal de los años 70 y 80 sería simplemente una herencia de las antiguas preparaciones médicas. Resumiendo y recapitulando: los primeros usos recreativos de heroína se hicieron con preparados médicos legales que en muchos casos contenían estricnina, de modo que, cuando la diacetilmorfina fue ilegalizada, los químicos clandestinos se dedicaron a ofrecer un producto que mantenía la misma composición que los antiguos preparados médicos. Por su parte, el abandono de tales sustancias probablemente fue el resultado de varios fenómenos, entre ellos, la constatación de que tales adulterantes no eran los más idóneos, las mayores facilidades de adquisición que ofrecían otros productos e, incluso, los cambios en las redes de producción que, al incorporar nuevos miembros, clanes y familias, habrían facilitado a su vez los cambios en las recetas. Sea como fuere, el hecho de que con el tiempo los usos médicos de la estricnina fueran abandonados y su utilidad básica quedara relegada al exterminio de roedores, grabó a fuego en la cultura popular y en la subcultura de la droga la idea del uso de venenos en la adulteración de la heroína y otras drogas, idea que parece haber quedado consolidada para la eternidad y cuyo arquetipo paradigmático es el universalmente mencionado matarratas.

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Ahora bien, si en su día pudo tener sentido el empleo de estricnina como adulterante, llegado determinado momento, dejó de tenerlo (los motivos los acabamos de apuntar). De hecho, tanto en España como en otros países europeos, en los análisis de laboratorio efectuados a muestras de heroína a principios de los años 80 se detectaba la presencia de estricnina en cerca del 10% de las muestras. Sin embargo, a mediados de esa misma década la estricnina terminó por desaparecer y fue sustituida por otros adulterantes (cafeína y paracetamol), tanto que, entre los miles de análisis a los que hemos podido acceder desde entonces no aparece ni un solo caso de adulteración con estricnina, ni en el caso de la heroína, ni en el de la LSD, ni del éxtasis, ni de la cocaína… bueno, si, sabemos del caso de un paciente, consumidor de cocaína, que, en el año 2002, ingresó en un hospital argentino por un cuadro de intoxicación por estricnina… y nos consta que, en el año 1995, la prensa española se hizo eco de la muerte de una usuaria de heroína por supuesta (pero no confirmada) adulteración con estricnina… En definitiva: casos aislados, raras excepciones que no hacen sino confirmar la regla, no más. En serio: no le den más vueltas. Eso es todo.

Referencias:

DIÉZ, T. Intoxicación con estricnina en un paciente adicto a drogas. Medicina Intensiva 2004; 28, (2) 86-848.

Disponible en:

http://www.trainmed.com/trainmed2/contentFiles/1599/es/64v28n02a13059798pdf001.pdf

EL ULTIMO KE ZIERRE. Matarratas.

Disponible en: http://www.mp3lyrics.org/e/el-ultimo-ke-zierreyeaaxd/matarratas/

ESCOHOTADO, A. Historia General de las Drogas. Espasa. 1998. 1542.

HIDALGO, E. Heroína. Colección psiconáutica nº 5. Ediciones Amargord. 2007. 511.

LAMARIHUANA.COM. LSD o tripa.

Disponible en:

http://www.lamarihuana.com/foros/plantas-exoticas-f31/lsd-tripa-t72764-15.html

RACE. Las drogas. Efectos de las drogas en el organismo y en la conducción.

Disponible en: http://www.race.es/seguridad_vial/consejos_seguridad_vial/las_drogas/

Acerca del autor

Eduardo Hidalgo
Yonki politoxicómano. Renunció forzosamente a la ominitoxicomanía a la tierna edad de 18 años, tras sufrir una psicosis cannábica. Psicólogo, Master en Drogodependencias, Coordinador durante 10 años de Energy Control en Madrid. Es autor de varios libros y de otras tantas desgracias que mejor ni contar.