Utilizo cannabis con fines terapéuticos por dolor neuropático lumbar, por vía vaporizada, dese hace meses y con buenos resultados. El cannabis me alivia y parece potenciar los efectos de los fármacos que estoy tomando. Mi consulta tiene que ver con los efectos sobre la conducción. ¿En qué medida puede influirme?¿Si doy positivo en un análisis, puedo alegar que estoy usándolo de forma medicinal?

Los efectos neuropsicológicos del cannabis pueden tener repercusión a la hora de conducir vehículos. Las investigaciones que han explorado esta relación son de muy distinto tipo y permiten hacerse una idea de lo que la ciencia sabe sobre el asunto, aunque los datos a veces son contradictorios.

Algunos estudios han examinado, en condiciones de laboratorio, los efectos del cannabis en algunas de las habilidades utilizadas a la hora de conducir un vehículo (seguimiento, atención, tiempo de reacción, memoria a corto plazo, vigilancia, coordinación ojo-mano, concentración, toma de decisiones). En general, los resultados indican que muchas de estas habilidades se ven afectadas tras haber consumido cannabis de una forma dosis-dependiente.

Otro tipo de estudios han utilizado simuladores de conducción y voluntarios a quienes se administran cantidades variables de cannabis para conocer sus efectos. En general, la capacidad para conducir un vehículo se ve afectada aunque de forma menor que en los estudios en condiciones de laboratorio. Se cree que esto puede ser debido en parte a que los conductores compensan conscientemente los efectos del cannabis, es decir, a que son más conscientes de estar bajo los efectos de un psicoactivo y, por tanto, realizan las pruebas con mayor prudencia.

Otros estudios han estudiado la relación entre el uso habitual de cannabis y el riesgo de accidentes. Los resultados son contradictorios; algunos autores sí han encontrado esta relación, mientras que otros en los que se han controlado variables como el sexo o el comportamiento arriesgado durante la conducción, no han conseguido demostrarla.

La cuestión es muy compleja, ya que los efectos en una persona concreta dependerán de la cantidad de cannabis consumida, su tolerancia y factores de tipo individual. El riesgo parece más elevado durante las dos primeras horas después de haber consumido y decrece después. Un metaanálisis calcula que una concentración de THC de 7-10 ng/ml supondría un riesgo de accidente similar al de dosis medias de alcohol (0.05%) , aunque se trata de una revisión estadística que es difícilmente aplicable a situaciones prácticas reales.

A nivel legal resulta técnicamente muy complicado interpretar un resultado positivo en un test de detección de cannabis. No es sencillo discriminar entre el consumo reciente (estar bajo los efectos de la sustancia) y un consumo más antiguo. Por este motivo muchas de las sanciones que se interponen pueden ser recurridas con éxito desde un punto de vista legal. Sin embargo, desde una perspectiva de reducción de riesgos, la conducción de vehículos es una actividad que puede afectar potencialmente a terceros, por lo que siempre debería realizarse en condiciones psicofísicas óptimas. La conducción de vehículos de motor, manejo de maquinaria pesada u otras actividades que impliquen potenciales consecuencias negativas para otras personas están formalmente desaconsejadas.

Por otra parte, el uso terapéutico de cannabis no sería eximente ni atenuante para una sanción tras dar positivo en un control. Es posible que en pacientes que estén utilizando la forma farmacéutica de spray de cannabinoides aprobada por la Agencia Española del Medicamento un informe médico pudiera evitar una sanción, pero esto no es así para las personas que se automedican con cannabis, al no estar su uso formalmente regulado.

 

Acerca del autor

Fernando Caudevilla (DoctorX)
Médico de Familia y experto universitario en drogodependencias. Compagina su actividad asistencial como Médico de Familia en el Servicio Público de Salud con distintas actividades de investigación, divulgación, formación y atención directa a pacientes en campos como el chemsex, nuevas drogas, criptomercados y cannabis terapéutico, entre otros.