Los lectores de nuestra revista, y buena parte de porreros de pro, saben las ventajas del autocultivo. Entre ellas, aparte de no depender de ningún camello de escaso nivel en fiabilidad e higiene personal y de gestionar tú mismo la calidad de lo que te fumas, hay una fundamental: elegir tú mismo las modalidades de cannabis que cultivarás por tus propias preferencias de sabor, aroma, efecto, producción, plazos de cosecha…

Has hablado con más colegas fumetas y cultivatas, has viajado a Ámsterdam a ponerte tibio (o lo han hecho ellos y te lo han contado), nos lees a nosotros y a la competencia (aunque seamos los mejores de todo el sector, el personal de las otras revistas también tiene derecho a la vida pese a su manifiesta cutrez, pobrecitos), te has empapado de  resultados de Copas nacionales y extranjeras… Entonces decides “voy a cultivar esta y esta otra”. Bien, vas bien.

Vas y te plantas por tu growshop favorito. O por varios. Preguntas qué tienen, qué recomiendan… Lo suyo será que te vendan semillas de modalidades bien experimentadas procedentes de bancos con pedigrí, y harán bien. Pero no has caído en que corres el peligro de estarte encasillando.

Porque lo más normal será que en tu Grow sólo tengan disponibles los productos de seis u ocho bancos de semillas, los más conocidos (que también suelen ser los más grandes y pujantes, las cosas como son). Y, como te descuides, corres el riesgo de pasarte toda tu vida cultivando (en interior y/o exterior, allá tú y tus posibilidades personales e intransferibles) las diez o doce modalidades que planta todo el mundo. Lo cual tiene su lógica, porque están bien constatadas y si tienen buena fama será por algo, pero…

Lo malo es que te tirarás años ejerciendo la cannabicultura y no saldrás de la AK-47, la Jack Herrer, la Chronic, la Kali Mist, unas cuantas skunks, dos o tres que se llamen “White algo”, empiecen por “Bubble…” o “Blue…” o acaben por “..Haze” y poco más. Quizá te dé por explorar los catálogos de Sensi, de Cannabiogen, de Greenhouse, de Nirvana (si hay poco presupuesto) o de Paradise, junto con los de algún banco español de renombre, como Asturjaya, Zenith Seeds, Dinafem, Sweet Seeds,  Pyramid Seeds o le reciente Gehnetik y encargues en tu Grow algo que no tengan en los estantes. Alguna tailandesa o congoleña, alguna autofloreciente con entronque de Rudelaris… Puedes tirarte toda tu -muy- drogadicta vida perfeccionando la cannabicultura y acabar sacando unas cosechas magníficas y no haber pasado de plantar lo mismo que planta todo el mundo. Vale, leer nuestras fichas de cata amplía conocimientos, y mucho.

Si tienes inquietudes al respecto, llega un momento en que decides explorar por Internet bancos de semillas raros, presa de tu -muy noble- afán investigador.

Y entonces te vuelves loco porque descubres que en el Mundo no es que haya docenas de bancos, es que son más de un centenar. Y el número crece cada año.

Sin ir más lejos, nuestros -buenos- amigos de CannabisCafé tienen listados en su famosa “Biblia de Variedades” más de ¡setenta!, bancos y ni siquiera ellos los tienen todos reseñados (tengo que hablar con Galguito al respecto para ofrecerle mis conocimientos al respecto, pero como no va a ninguna feria…). Que los holandeses no se tiren tanto el pegote, porque además de que le deben lo que son a los jipis gringos que huyeron de su país buscando ambientes más relajados y les montaron el chiringuito en los años sesenta y setenta, ni muchos menos son los únicos en el negocio. Los más antiguos, puede (y habría que discutirlo), pero los únicos, para nada. Y lo de que sean los mejores… mejor vamos a dejarlo, que me puedo rebotar.

Hay bancos canadienses, australianos, austriacos, neozelandeses, suizos… y españoles, por supuesto. Hasta ha salido hace poco alguno japonés. Y su gama de precios es increíble, en algunos casos el paquete de diez semillas sin feminizar no llega a los veinte euros y en otros pasa de los cien. Y como empecemos a hablar de abanico de modalidades disponibles, no paramos.

Hay bancos especializados en semillas autóctonas de todas las partes del Mundo (bueno, de casi todas). Puedes encontrar modalidades puras (las famosas “landraces”, si te van los anglicismos) de Tailandia, Laos, Colombia, México,  Marruecos, Perú, Afganistán, Líbano, Canadá, Suiza, China, Nueva Zelanda… hasta de Alaska (que además son legendarias, como la Kodiak Gold y la Matanushka Tundra/Alaskan Thunderfuck).

¿Vives en una zona con problemas de heladas e inviernos duros? ¿O de robos? Hay bancos especializados en modalidades ultra-tempranas; entre ellos no podemos evitar citar en primer lugar al asturiano AsturJaya, porque se lo merece… y porque tienen alguna, como la Estrella Malva, que puedes cosechar el 3 de Septiembre.  ¡Y otras, incluso antes, como la Tormenta Roja y la Cielo Azul, que están en Agosto! Estas últimas están fuera de catálogo, pero da igual porque se las puedes encargar sin problemas ya que si les contactas por teléfono -pregunta por Tao- te van a tratar como si fueras de su familia, como te descuides te regalarán uno o dos paquetes por cada uno que compres (lo hemos comprobado empíricamente).

Después de AsturJaya, los reyes de las ultra-tempranas son los bancos suizos, los austriacos/alemanes y los escandinavos (lógico). Entre los suizos está Darwin Seeds, que asegura que su Carpatian, aún siendo sativa, está lista a principio de septiembre; su Perun tarda una semana más. Otro es Bluehemp, experto en landraces. Su polihíbrido Hi’Noon, de tallo único y efecto triposo-speedoso, está a mitad de septiembre -le tengo ganas-, igual que su Dark Vader -Kush-, su Pakistaní, su Maroc Inspiration y su Red Sonja -Afghana x Thai x Brasileña-; su Chilla -Kush x Nepalí-, su Libanesa pura, su Dark Kush y su Silver Dream, ¡una semana antes! Y tienen más.

Otro Banco suizo es Green Hornet, cuya Very Berry Haze, además de super-productora y muy barata, está para cosechar a mitad de septiembre, igual que su Top Skunk 44; en una semana más tienes listas su Blue Earth Berry (una Swiss Strawberry, célebre entre las tempranísimas, igual que la Swiss Sativa y la Erdbeer/Erdbeerli), su Cash Cropper (superproductora) y su Fig. Entre los escandinavos está Zen Seeds, que además es baratísimo.

Al revés, ¿quieres experimentar con genéticas extra-tardías, dada su fama triposo-brutal? La Vietnam Tourist de Green Hornet tiene fama de necesitar ¡150 días!, pero parece estar agotada porque era de edición limitada (tengo que investigar);  su Sri Lankan Ganja tarda 120 días, igual que la Haze de Bluehemp o la 2046 (requetesativa perdida) de los españoles Medical Seeds.

¿Con que te va lo triposo, so pedazo de alimaña? Las que más fama tienen al respecto son la Inca Spirit de los austriacos Hemcy (carita) y la Sinaloa Hanging de Kannabia (difícil de conseguir ahora que dicho banco está descatalogando su gama no feminizada). Pero en ese caso es insoslayable que pruebes las marías con THCV, como la Royale Haze de los vascos Dinafem, la Mataró Blue de los catalanes Kannabia (Banco recientemente comprado por holandeses), la Jorge’s Diamond #1 y la Perplex de Dutch Passion, o la variedad de Malawi Gold de Afropips. Aunque si buscas THCV donde debes investigar por antonomasia es entre las thailandesas, como la  Wild Thailand de los valencianos World of Seeds (y mira que hay tailandesas, tendré que escribir un reportaje sólo sobre ellas. Igual necesito dos o más, sobre todo si me lío con las vietnamitas y las laosianas, por no hablar de las chinas, que también las hay).

¿Buscas marihuanas erotizantes (está clara tu irredenta ansia incurable de vicio)? La lista la vuelven a encabezar otra de Hemcy, la Alpha Bud (que, además, tiene fama de bastante temprana) y otra de Kannabia, la Afrodita, junto a la Kannasutra de Delta9Labs.  Las tres son algo caras, por cierto.

¿No te queda más remedio que plantar en puñetera guerrilla? Para radical guerrilla total y extrema hay una modalidad marroquí específica, la King Hassan de los canarios Vulkania, a la que lo suyo es no hacerle ni el más puñetero caso porque si la abonas y riegas es cuando la jodes porque sacas cáñamo textil. Luego, aunque te la puedes fumar, lo suyo es hacer hachís con ella. Pero se merece varios reportajes para ella sola, así que lo dejaremos de momento… porque ya caerán, ya ¡Palabra!

¿Tienes opción de sacar auténticos árboles? Felicidades. Hay muchas más opciones de las que te crees, pero el Banco por excelencia es español: Dinafem, rey de las muy gigantescas a la par que buenísimas, fortísimas, inhumanas…

¿Estás sin un puñetero duro, como tantos? Hay bancos baratísimos. A Nirvana lo conoce todo el mundo, y que sus sobres de 10 semillas sin feminizar cuesten veinte euros no quita que tengan variedades míticas, como las superproductoras B-52 y Big Bud. Pero hay más, como KC Brains, de precio aún inferior, unos quince eurapios, y modalidades como la también superproductora TNR (se pone gigantesca plantada en huerto) o la Brains Damage, con fama de durísimo y cruel colocón (sólo por el nombre, Daño Cerebral, ya apetece probarla; a fin de cuentas, por sólo quince euránganos el sobre…).  Zen Seeds anda por precios similares y tiene en catálogo algunas tan interesantes como la landrace pura Lebanon 30, la Jock Horror, la Purple Erdbeer… casi todas tempranísimas, recordemos. Mandala también anda por los veinte euros o menos, y tiene alguna que promete, como la Kalichakra , la White Satin, la Speed Queen, la Satori, la Hasberry…

Sensi, por citar algún banco histórico y gigantesco, tiene modalidades con dolorosos precios entre 120 y 150 euros y nombres extralargos (Marley’s Collie, Ed Rosenthal Super Bud, Northern Lights#5 x Haze Mr. Nice G13 x Hash Plant…), pero se hace perdonar por su Shiva Santi II, a 20 euros el paquete de diez y de brutal pedo mortal de necesidad (si lo sabé yo), y alguna otra más, como la Sensi Skunk (26 euros), la Guerrilla’s Gusto (25 euros) o la Mexican Sativa (22 euros), que además son ideales para principiantes por aguantarlo todo. Y luego tiene detalles de lo más extraño en los precios de sus diversos mix.

Si por las circunstancias que sean has de darte a las autoflorecientes, las famosas Lowriders (con componente rudelaris) que inventó Joint Doctor (que ya tiene tres, la Lowrider pura y las cruzadas con la mítica Santa María -de fama filosófica/introspectiva y erotizante- y con la Diesel), hay unos ingleses, los de Lowlife, que han sacado 7 tipos (Lowrider con Hindu Kush, AK-47, Blueberry, White Russian…); unos germano-austriacos, Mdanzig, tienen tres más (Blue Streak, Masterlow y Power Stout); Highbred, otros cuatro más; Buddha Seeds (no confundir con Big Buddha, los de la Cheese) otras dos, la White Dwarf y la Blue Dwarf; Ceres Seeds, otro, White Panther; Dr. Greenthumb, otro más, Sweet 105; y Nectar Seeds y Zen Seeds, uno más cada uno (ambas tan baratas que se suelen agotar)…

De estirpes superproductoras también os podemos contar varias cosas. O de otras  con fama de resistentes al moho y a las plagas. O de algunas carísimas. O de cogollos de colorines, si te has cansado de tanto verde. O de espídicas, pastillosas, desnucantes, medidativas, artísticas… O de bancos españoles. O de… bufff….

 De momento, vete quedado con unos cuantos nombres más; ya tendrás ocasión de saber de ellos a lo largo de esta serie que acaba de comenzar, ya: el muy histórico Positronics, Bluenose, Pro Seeds (famosos sobre todo, mira por donde, por sus logotipos con dibujitos de churris) Allmighti, Federation, Capricorn, Secret Valley, Great White North,  Seedsman, TH, Magus Geneticus, Dutch Quality, Actual Seeds, Big Buddha, Kiwiseeds, Royal Queen, Sannie’s, Pukka’s, Reserva Privada California Republic, Goldenseeds, Koala, Peak BC… algunos de las partes del mundo que menos podrías imaginarte, otras con las genéticas más increíbles en catálogo… Y no veas cómo molan.

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