La reñida pelea entre California y el gobierno federal continúa…
La resolución, aprobada el martes, prohibe que las agencias y empleados de la ciudad ayuden a hacer cumplir las leyes federales sobre marihuana o proporcionar información sobre actividades legales relacionadas con el cannabis.
La decisión en Berkeley, indicó su alcalde Jesse Arreguin, se realizó en respuesta a las amenazas del fiscal general Jeff Sessions, quien en enero terminó con una política federal de la época de Obama, conocida como el “memorándum Cole”, que proporcionó refugio legal para la venta de marihuana en California y otros estados que han permitido su uso lúdico.
La ley de santuario de Berkeley, aclaró Arreguin, no cubre otras sustancias consideradas drogas del Título I por el gobierno federal, y no impide que los recursos de la ciudad se usen para investigar delitos relacionados con el cannabis que sean ilegales de acuerdo con leyes federales, estatales y municipales.
“Millones de estadounidenses pacíficos han sido multados, arrestados, encarcelados o criminalizados y estigmatizados innecesariamente, a veces de por vida, debido al uso de marihuana”, dijo Arreguin en un comunicado. “Peor aún, la aplicación de la legislación sobre marihuana y otras drogas ha tenido un impacto desproporcionado en las (comunidades) de color. Poner fin a esta política errónea es algo que debió haberse hecho hace mucho”
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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.