Tilray Portugal aspira a convertirse en el principal productor europeo de cannabis terapéutico y alcanzar los 10 millones de clientes y una facturación de 40 millones de euros

 

En el Norte de Portugal, a apenas 200 kilómetros de la frontera con España, se ultiman los preparativos para la que el próximo año se convertirá la mayor plantación de marihuana de la península ibérica. Y legal. Tan legal como que cuenta con la colaboración del Gobierno luso, que apoya el proyecto de producción de cannabis para uso terapéutico de la multinacional canadiense Tilray, con una inversión de 20 millones de euros y una previsión de creación de empleo superior al centenar de personas.

Será en en la pequeña Catanhede (Coímbra), una localidad de 7.000 habitantes donde se ubica el parque de biotecnología público Biocant Park. Tilray Portugal, creada en marzo de este año, desarrollará en él su “planta de procesamiento industrial y purificación” del cannabis con fines medicinales, con una producción en 2018 de 62 toneladas. Este mismo mes comenzarán la construcción de las instalaciones para el cultivo y procesamiento del cáñamo, incluidos campos de siembra, un invernadero de 10.000 metros cuadrados y un nave de procesamiento de 1.500 metros cuadrados, con laboratorio y banco genético incluidos. La compañía prevé concluir las obras la próxima primavera.

La inversión en Portugal se hará en dos fases. Tras la puesta en marcha de la planta, de cara a 2020 se abordará una ampliación de 15.000 metros cuadrados del espacio de cultivo en invernadero y de otros 1.500 metros cuadrados para procesamiento, que le servirán para duplicar ampliamente la producción. Portugal se convertirá así en el principal productor europeo de cannabis terapéutico, dentro de un proyecto denominado EU Campus con el que aspira a alcanzar los 10 millones de clientes y una facturación de 40 millones de euros. En suelo europeo, la competencia de Tilray se llama Bedrocan y MGC Pharmaceuticals, con centros de producción en la República Checa y Países Bajos.

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Según declaró a la prensa lusa el presidente ejecutivo de Tilray, Brendan Kennedy, la elección de Portugal para esta inversión se debe a que es un país “con acceso al mercado común y a trabajadores altamente cualificados en el área de la salud biotecnología”, pero sobre todo al clima favorable para el desarrollo de la planta cannabis. “Portugal tiene el clima ideal. El clima fue extremadamente importante en la elección, porque podemos producir productos más adecuados al entorno”, reconoció.

Portugal se convertirá así en el principal productor europeo de cannabis terapéutico, dentro de un proyecto denominado EU Campus

Tilray opera en la actualidad en Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Su proyecto portugués está planteado como su puerta de entrada en Europa, principalmente de cara al mercado alemán, donde se registra un gran incremento del consumo de cannabis medicinal desde de que se autorizó su uso, a principios de año. “Vimos que existe una demanda masiva desde Alemania y necesitábamos construir una gran factoría rápidamente”, explicó Kennedy. La empresa exporta sus productos a seis países, aunque prevé introducir sus productos a corto plazo en otros cinco, impulsado por los crecientes cambios en la legislación de distintos estados europeos.

El apoyo del Gobierno de izquierdas portugués ha sido fundamental para lograr la implantación de la canadiense en el norte del país, a pesar de que, al igual que en España, el uso de cannabis para fines medicinales está prohibido en Portugal. A principios de este año, el Bloco de Esquerda, socio del Ejecutivo, avanzó la presentación de iniciativas para legalizarlo tanto para uso terapéutico como recreativo, aunque hasta el momento no ha formalizado ninguna propuesta en ese sentido.

Pese a ello, el Gobierno de Antonio Costa inició ya en 2016 contactos con Tilray para la creación de la gran fábrica de marihuana terapéutica. Ese mismo año se firmó un acuerdo con la Agencia para la Inversión y Comercio Externo de Portugal (AICEP). El pasado mes de febrero, la autoridad nacional de medicamentos del país vecino, Infarmed, reveló la existencia del proyecto de Coímbra. La factoría se desarrolla en un parque empresarial de carácter público. La existencia de suelo industrial a bajo coste es una de las causas que explican la recuperación económica en Portugal, junto con las bonificaciones fiscales y los bajos salarios. El país, castigado duramente por las políticas de la Troika los últimos años, mantiene ahora índices de crecimiento similares o incluso superiores a antes de la crisis.

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En la planta portuguesa se realizarán labores de investigación sobre la eficacia medicinal de la marihuana. En la actualidad ya se emplea en casos de estrés postraumático, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), epilepsia pediátrica y náuseas provocadas por los tratamientos con quimioterapia. Los estudios se realizarán a través de alianzas con investigadores académicos y hospitalarios de Portugal.

El Congreso de los diputados aprobó en marzo la creación de una subcomisión parlamentaria que estudie regular el uso terapéutico del cannabis

Privateer Holdings admite que opera en una industria “estigmatizada por percepciones negativas y prácticas comerciales deficientes”, y que pretende “elevar las expectativas de los consumidores a través de una calidad y servicio consistentes”. “Cuando la prohibición termine, tenemos la intención de mantener la posición más envidiable en el mercado y generar enormes beneficios, tanto financieros como sociales”, asegura la compañía.

En los últimos años Estados Unidos ha vivido un proceso de legalización y comercialización del cannabis, la droga ilegal más consumida en el mundo. Colorado, Alaska y Oregón autorizaron su venta al por menor. Washington, por su parte, legalizó el uso de la marihuana para el ocio, aunque su tráfico está prohibido. En total son 23 los estados que permiten su uso médico. En España, el Congreso de los diputados aprobó en marzo de este año la creación de una subcomisión parlamentaria que estudie regular el uso terapéutico del cannabis, para que, “basándose en las evidencias científicas, dé garantía en materia de salud a los pacientes”.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.