Aunque cada país tenga sus propios problemas, la regulación en la producción, consumo y venta de cannabis y otras drogas atraviesa jurisdicciones y fronteras, alimentando un negocio millonario que algunos países han afrontado con inteligencia (y un extraño sentido común)

URUGUAY MARIJUANA

En la jerga actual, hablar de “casos de éxito” remite inmediatamente a la retórica de ventas y convencimiento, de la cual no queremos formar parte. Sin embargo, una retórica aún peor es la de la “guerra contra las drogas”, que no ha hecho sino generar un mercado para que los cárteles se enriquezcan, dejando a su paso un saldo considerable de muerte y destrucción. Las mejores intenciones no son suficientes, por lo que la voluntad política de generar cambios en las condiciones de salud y seguridad de las personas es necesaria.

Cada país tiene sus problemas particulares (ya sea la economía y la crisis simbólica que atraviesa España, o la hipocresía de Israel respecto a los ataques contra Gaza que lleva a cabo desde principios de julio), pero en este artículo nos enfocaremos a exponer brevemente su política respecto a las drogas, especialmente la cannabis, así como el proceso particular de decriminalización que cada uno ha seguido.

Estos países han decidido no declarar una guerra civil al narcotráfico, como en México, y resolver políticas públicas que traten las drogas (sobre todo la marihuana, la más consumida en el mundo) como un problema de salud y no como un problema moral. Lo irónico es que todas las soluciones y experimentos utilizan las industrias propias de la economía capitalista (el turismo, la terapia asistencial, los valores del liberalismo) para ganarle a los cárteles y mafias en términos de mercado, apropiándose de los mayores canales de demanda.

España

Hoy en día, Barcelona compite con Ámsterdam por el título de la Meca de los fumadores de cannabis. En España, el autocultivo no está criminalizado, y quienes la cosechan pueden formar colectivos cannábicos sin fines de lucro. Un artículo de The New York Times afirma que los clubs de cannabis están ganando popularidad especialmente en Barcelona, y que la ciudad se convertirá próximamente en un destino obligado para quienes deseen fumar porro sin vérselas con la policía. Hay que poner comillas en “sin fines de lucro”, pues los clubes están ofreciendo todo tipo de productos y servicios asociados a la cultura cannábica, como comida, bebida, música y ejercicios.

Portugal

Portugal probablemente haya sido el país que más riesgos asumió cuando decidió decriminalizar la posesión de todo tipo de drogas, incluyendo la marihuana, cocaína, heroína y metanfetaminas, en 2001. En el modelo lusitano, las drogas siguen siendo ilegales, pero los consumidores no son tratados como criminales sino como pacientes en tratamiento médico. Al retirar los cargos criminales por uso de drogas, Portugal financió los recursos necesarios para tratar la drogadicción –o, puesto en otros términos, un adicto al crack terminaría en una clínica de salud en lugar de en una prisión.

João Castel-Branco Goulão, coordinador nacional de sustancias ilícitas y presidente del Centro Europeo de Monitoreo de Drogas y Drogadicción escribió que “aunque los críticos de la ley afirmaron que las ventas se incrementarían, no se han incrementado. Hemos visto reducciones significativas en infecciones de VIH y sobredosis, así como un incremento sustancial de nuevos pacientes buscando tratamientos de rehabilitación”.

Canadá

A pesar de que la cannabis no es legal para consumo recreativo, el país cuenta con un enorme (y corporativizado) programa de marihuana medicinal. Cerca de 20 compañías satisfacen la creciente demanda a nivel industrial. A pesar de esto, los pacientes no pueden cultivar su propia marihuana.

Las leyes canadienses probablemente tomaron en cuenta el potencial curativo de la cannabis al regular su consumo, pues también se llevan a cabo esfuerzos para investigar sus efectos en un contexto de investigación.

Israel

Este país tiene una industria de marihuana medicinal con valor de 40 millones de dólares anuales, además de promover activamente programas de investigación sobre los beneficios médicos de la cannabis en el tratamiento del cáncer, traumas psicológicos y adicción a otras sustancias.

Islandia

Además de ser el país con más alto porcentaje de PhDs en el mundo, Islandia es también el lugar en donde en promedio se fuma más marihuana. Según un reporte de Naciones Unidas sobre uso de drogas y criminalidad, 18.3% de la población islandesa consume cannabis (55 mil de una población de 320 mil). A pesar de que la marihuana técnicamente es ilegal en el país, Islandia no penaliza gravemente su consumo, ni tiene un estigma social tan puritano como otras sociedades occidentales respecto al acceso al ocio. Tal vez por eso hayan sido considerados uno de los países más felices del mundo.

pot

Holanda

A pesar de que Ámsterdam sea lo primero que viene a la mente cuando se piensa en decriminalización y consumo recreativo de cannabis, la marihuana aún es ilegal en Holanda. El gobierno, sin embargo, es extremadamente tolerante al consumo público y a la posesión de pequeñas cantidades, lo cual está decriminalizado. Dos millones de turistas visitan la ciudad para asistir a los legendarios cafés de fumadores (donde, irónicamente, no se puede fumar tabaco), lo que abona a una importante derrama económica para el turismo.

Uruguay

A fines del año pasado, Uruguay decidió inaugurar por sí mismo una nueva etapa en la historia de las Américas contra sus propios prejuicios al echar a andar una industria de marihuana medicinal que ofrecerá la planta a precios extremadamente bajos, lo cual, según las previsiones gubernamentales, dejará a los cárteles del crimen organizado sin margen de ganancia. El presidente José Mujica anunció este mes que una complicación en la implementación de la ley ha retrasado el comienzo del programa hasta 2015; sin embargo, mientras más tiempo tardemos en promover la decriminalización, más tiempo tardarán nuestras leyes en actualizarse al presente.

Corea del Norte

A pesar de que no se tiene un reporte oficial, muchos visitantes afirman que en Corea del Norte la marihuana ni siquiera se considera una droga, y que puede vérsele crecer como hierba silvestre al lado de la calle. Open Radio North Korea y Vice confirman que, aunque el gobierno impone penas severas a drogas como el meth, la gente fuma marihuana con la ligereza de un cigarro cualquiera. La cannabis se llama “ip tambae”, “hoja de tabaco”, la cual es muy popular especialmente entre los miembros del ejército.

pot3

Fuente

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.